Relaciones interpersonales y su influencia en el proceso productivo en una industria metalúrgica Argentina


Trabajo Universitario, 2011

37 Páginas, Calificación: A


Extracto


Contenido

Introducción

Descripción y objetivos

1. Contextualización
Formato de empresa
Procesos y Productos

2. Composición social
a. Los "dueños"
b. Personal de administración
c. El "ingeniero"
d. El pañolero
e. Los operarios de planta permanente
f. Los "contratados"

3. Lenguaje, relaciones y representaciones
Uso del lenguaje
Relaciones interpersonales
Relaciones de los jefes hacia los operarios
Relaciones de los operarios hacia los jefes
Relaciones de los operarios entre sí
Algunas representaciones
Mujeres, familia y vida cotidiana
El trabajo, el presente y el futuro

4. Primeras Conclusiones

5. Conclusión final: discusiones y recomendaciones

Anexo: imágenes: esquemas y gráficos

Bibliografía

Introducción

Durante los años 1999 y 2001, tuve la oportunidad de trabajar en una fábrica metalúrgica de la Ciudad de Córdoba (Argentina); en esa ocasión, y de modo más o menos consciente, dediqué buena parte de mis horas de trabajo a observar y analizar a mis compañeros y jefes. Venía yo de otro entorno social y cultural y no quería ser visto como un "extraño", por lo que hablaba poco y escuchaba mucho, tratando de integrarme paulatinamente. De más está decir que a pesar de la situación precaria de mi vida de entonces, me resultó apasionante estudiar las formas de comportamiento, lenguaje y relación entre los integrantes de aquella fábrica.

Podemos decir que esa experiencia tuvo mucho de "trabajo de campo" antropológico, y es hoy que, revisando las guías de campo para la industria ( Provansal y Molina: 1993) he podido ver que cuento con todos los datos necesarios e incluso algunos más, por lo que me pareció que era el momento de darle "forma" a todos los experimentos, observaciones y conclusiones que nunca había puesto por escrito, a la vez que dejar un testimonio que por sus características -más que observador participante he sido participante "y" observador- creo que tiene el valor de que la "investigación" no causó ningún tipo de distorsión en el entorno, dado que yo nunca fui visto como un "observador" sino como uno más de la comunidad fabril. Esto conlleva también, haber podido ser partícipe de situaciones que un observador externo tendría absolutamente vedadas y que hacen a la esencia de los comportamientos y relaciones.[1]

También por esta causa y dado que la fábrica continúa aún en actividad, he cambiado los nombres tanto de los trabajadores como de la empresa. Fruto de aquellos empíricos empeños y del estudio sistematizado de ahora, resulta este informe.

Descripción y objetivos

El contenido de este informe, se centrará en la reseña de las principales características que marcan "uniones" de una parte y "divisiones" por la otra, a las relaciones entre los integrantes de un complejo fabril. Cómo cada sector se ve a sí mismo y a los otros; cómo son sus formas de comunicarse, de transmitir afecto o aprehensión; cómo se constituye la imagen del "nosotros" y el "ellos" y, en estos tiempos en que los sistemas de producción han sufrido cambios sustanciales en lo que hace a las características de los "recursos humanos", también la forma en la que se instituye el "aquellos" en referencia a los que no pertenecen al entorno de trabajo pero están allí, ya sea como consultores externos, trabajadores contratados, proveedores, pasantes, etc. Entiendo que en momentos de cambios vertiginosos e incertidumbres como son los actuales, conocer que pasa "dentro" de cada sector es importante para comprender la dinámica de la producción en cuanto grupos de personas que deben estructurar su vida entera (y esto no es una metáfora) en torno a un ámbito laboral que, depende para quien, es propio, ajeno, un castigo o un deseo.

También debemos destacar que las condiciones de vida de los trabajadores van a constituir representaciones e ideas acerca del "otro" y del mundo en general, y cómo estas representaciones van a dar forma a los diversos modos de relación para con el entorno laboral.

Como ya mencionara, he seguido, como punto de partida, la guía propuesta por Provansal y Molina, y demás informes mencionados en la bibliografía[2], que me han ayudado a dar a éste una "forma" más o menos ordenada. En principio haré una contextualización de circunstancias, tiempo y lugar, para a partir de esa información, comenzar a desarrollar los aspectos particulares de la investigación, Tomando algunos indicadores básicos, como ser el uso del lenguaje, procedencia, representaciones de cada sector y, posteriormente su articulación estructural para conformar el "mundo" de la fábrica, tanto desde lo material como en sus aspectos simbólicos. A partir de las definiciones de las representaciones simbólicas junto a las realidades concretas de cada sector y con vistas a sus aspiraciones, intentaré hacer un "mapa" de estas relaciones, con el objetivo de precisar en qué aspectos esta trama beneficia y en cuales perjudica a la industria.

1. Contextualización

La fábrica objeto de este informe, "Elásticos Argentinos" se encuentra ubicada en el barrio "Florida" de la ciudad de Córdoba. Este barrio está en vías de dejar de ser zona industrial, dada la expansión de la ciudad; aún así subsisten todavía algunas fábricas y grandes depósitos.

Su ramo es la metalurgia, concretamente la producción de ballestas y paquetes de elásticos de suspensión para camiones, trenes y remolques. En la época en que ingresé a trabajar (mayo de 1.999) se fabricaban además repuestos de elásticos para automóviles y camionetas, en pequeña proporción, a fin de paliar la inminente crisis que se comenzaba a cernir sobre el país y que tuviera eclosión en los estallidos sociales de noviembre de 2.001. Hacia la época en que cesé en mi trabajo (octubre de 2.001) estos repuestos constituían ya la parte principal de la producción. Con casi cincuenta años de antigüedad, la empresa tenía en ese entonces un tamaño mediano, con aproximadamente unos cuarenta y cinco empleados de planta permanente y un número variable de operarios externos[3], que aumentaba o mermaba según las necesidades de producción; mientras duró mi empleo, varió desde un operario (yo mismo) hasta unos veinte de máximo. Formato de empresa La característica principal de la fábrica es ser una empresa mediana, familiar, con formato de Sociedad Anónima. Su dueño y fundador aún vivía cuando comencé mi trabajo, y murió un año después. Si bien este no trabajaba dada su avanzada edad, sus hijos lo sentaban -casi no podía caminar- al iniciar su jornada (a las 9 a.m.) en el interior de la planta, junto a la puerta de ingreso, y este ocupaba su día en observar a los trabajadores y proferir gritos de alarma si veía que alguien se "distraía" en su tarea, por lo cual los que estaban al alcance de su vista no podían parar ni a respirar. Además del titular, la directiva estaba compuesta por dos de sus tres hijos (gerentes/accionistas) -la tercera hija era accionista pero no cumplía tarea alguna-. Luego venían los empleados jerárquicos, casi todos profesionales: un nieto del fundador (ingeniero, encargado de los proveedores de la planta); el marido de una nieta del fundador (no profesional, viajante); un ingeniero encargado de diseño y desarrollo de productos; el yerno del fundador (contador); el jefe de producción (ingeniero).

En la administración, además trabajaban tres mujeres, dos empleadas de la planta y una tercera, estudiante, que cumplía sus pasantías universitarias en la fábrica. Una cuarta mujer se encargaba de la limpieza de oficinas y baños y el reparto de "la leche"[4] por la mañana, siendo a la tarde repartida por un operario cualquiera que designase el jefe de producción.

Finalmente se encontraba el capataz de la planta, quien era en ese entonces el operario de mayor antigüedad -había ingresado a trabajar con 18 años, cuando se inició la empresa-. Luego los operarios rasos, cuyas únicas diferencias eran su mayor o menor antigüedad, aunque esto no redundaba en ningún tipo de privilegio o jefatura. Dentro de los operarios, había dos que se ocupaban exclusivamente de mantenimiento de máquinas y equipos. El resto, si bien tenía cada cual "su" sección, podía eventualmente ser cambiado temporalmente.

Esta es la composición de la fábrica en sí, por "fuera" de la planta permanente estábamos los operarios "contratados", cuyo número era variable semana a semana, como mencioné anteriormente. Cabe señalar, que contrariamente a los empleados de planta, dada la alta rotación de contratados, no teníamos mayormente -salvo yo mismo, que terminé por alternar exclusivamente entre "temple" y "pintura"- una sección asignada, sino que se nos llevaba donde hiciera falta según el día y el estado de por antigüedad; los salarios de empleados de comercio son en mucho menores que en la industria, lo mismo vale para las horas extras, que eran cubiertas casi en exclusiva por contratados a causa de su ínfimo costo -cabe aclarar que el contratado NO puede negarse a cubrir las horas extras, por poco que le paguen, pues de lo contrario sería despedido por "no tener una actitud de colaboración con la empresa". En caso de accidentes o demandas por accidentes o enfermedades tampoco es la industria responsable, siéndolo la tercerizadora. Aquí no se agotan las ventajas de la industria, esta lista es sólo una pequeña muestra.

los procesos; durante cierto período fuimos controlados y examinados por asesores externos pertenecientes a una consultora encargada de optimizar los procesos de producción y calidad con el objeto de obtener la certificación ISO-9001[5], para poder intervenir en el mercado internacional; dentro de esa optimización, también trabajaron durante tres meses dos ingenieros en seguridad, quienes, de uno en uno, nos daban "cursos" de seguridad industrial; También durante poco más de un mes estuvieron trabajando dos pasantes universitarios de ingeniería, que debían investigar sobre un proceso real de producción, y fueron ocupados como nexo entre la dirección y la planta y administrativos de producción (llevaron planillas con datos de los procesos, resultados, tonelajes, fallos, etc.).

Procesos y Productos

El proceso de producción de las ballestas y paquetes, fueran del tipo que fueran, comienza indefectiblemente en el depósito de material, y lo digo en singular, ya que el único material que procesábamos eran lingotes de acero de 6 metros de largo por anchos y espesores variables. Los procesos que a continuación se describen son los totales que se realizan en planta, aunque debo señalar que no todos los productos llevan todos los procesos, en cuyo caso, serán señalados como "opcionales".

Descarga y almacenamiento

Todo comenzaba con los encargados de "descarga"[6], quienes debían descargar los camiones con el acero y ubicarlo en el depósito de acuerdo a su espesor y ancho, regla por la cual se lo clasificaba; además se dividía según el tipo de acero, aunque se utilizaba siempre el mismo tipo de porcentaje de carbón y, en raras oportunidades, esta variaba por uno de mayor dureza. Generalmente se utilizan dos operarios.

Corte

En esta sección se iniciaba el proceso de producción propiamente dicho, el encargado de corte y su ayudante seleccionan el material del depósito, según ancho y espesor, y lo trasladan a las guillotinas con arreglo a las planillas con los requerimientos diarios de diversos productos. Este trabajo se hace mayormente en frío, aunque las hojas de gran espesor (10 mm. ó más) se cortan en caliente a fin de "ablandar" el material. Cabe señalar que los cortes sólo se hacen a lo largo del lingote, ya que los anchos y espesores, variaban en de lingote a lingote según el pedido de la fábrica, y se selecciona el adecuado a cada caso. Se precisan dos operarios para esta tarea.

Punzonado

El punzonado es un proceso en caliente, que tiene por objeto realizar el agujero central de la hoja de elástico, donde se va a ubicar un buje que "ordena" la distribución de las mismas (ver esquema); lo realizan dos operarios, uno carga el horno y el otro maneja el balancín con el punzón.

Laminado (opcional)

Eventualmente se necesita que la hoja termine con "filo", por lo cual se la somete a una prensa rotativa que "afina" el espedor de la punta. Lo realiza un operario. (Ver esquema).

Ojalado (opcional)

Algunos modelos llevan en un extremo un "ojo" con un buje para sujeción. Se utiliza sólo un operario. (Ver esquema).

Plegado (opcional)

Otros modelos, en lugar de "ojo" llevan un pliegue en uno o los dos extremos para el anclaje de la ballesta. Lo realiza un operario. (Ver esquema).

Granallado (opcional)

Si el producto debe recibir un tratamiento final con pinturas epoxílicas, debe eliminarse todo resto de escoria o suciedad, para lo cual se lo somete a un bombardeo con microesferas de acero. Se realiza utilizando dos operarios.

Rectificado (eventual)

Puede suceder -aunque es más bien raro- que un "ojo" quede fuera de centro, entonces se rectifica la pieza y sigue normalmente su proceso. Un operario basta para este proceso.

Temple

A fin de dotar a las hojas individuales de la dureza y resistencia adecuadas para cada caso, se procesa el acero mediante el proceso de temple al acero; el material es calentado a unos 800/900 grados C, y "enfriado" posteriormente en aceite. En este mismo proceso se curvan las hojas de acuerdo a cada modelo de elástico. En temple trabajaban 3 operarios, actualmente lo hacen cuatro.

Revenido

Una vez templado el acero, se procede a "revenirlo", esto es volver a calentarlo a una temperatura precisa y por un tiempo preciso para que adquiera la resistencia exacta necesaria. Se realiza a través de un operario[7].

Calidad (eventual)

Luego del proceso anterior, se van tomando muestras al azar de cada conjunto de hojas para hacerles el control de calidad mediante partículas magnéticas y luz ultravioleta a los fines de detectar microfisuras. Este trabajo es realizado por un operario.

Armado

Finalmente, las hojas están listas y queda reunirlas para formar el paquete, ubicar los zunchos de sujeción, el buje central y el buje del "ojo", si tuviera. Este es el paso final en la confección del armado, restando solamente el pintado y empaquetado. Se utiliza un operario.

Pintura

Es la terminación final del producto. En líneas generales, se pintan los paquetes con esmalte color negro y se les coloca el logo de la empresa. Diversos clientes solicitan a su vez que se pinten del color distintivo de sus fábricas y se les ubique también el logo de su empresa. El mismo pintor arma los paquetes para despacho. El trabajo de pintura se realiza con uno o dos operarios.

Stock

Los productos que no son para entrega inmediata, pasan a stock, donde son almacenados por un operario.

Despacho

En planta, el despacho y carga es realizado por el mismo conductor del autoelevador.

Autoelevador

Debemos mencionar que atravesando la totalidad de los procesos se encuentra el "mulero"[8] quien realiza la totalidad del transporte y distribución del material entre secciones de la planta y la carga final para transporte externo.

Pañol

Sección de depósito de materiales e insumos para cada sección, atendida por un administrativo.

Los productos finales consisten como señalaba, en muelles tipo ballestas para automotores, remolques, semirremolques y ferroviarios. Los tipos y modelos son muy variados por lo cual la producción es ampliamente diversa. La empresa provee a fábricas y terminales automotrices y a distribuidores en el caso de los repuestos, no realiza ningún tipo de venta minorista.

2. Composición social

Haremos en este punto un breve análisis de la composición social de los diferentes sectores que componen la fábrica y, en base a ello, podremos comenzar a establecer la dinámica de las relaciones entre los individuos de cada sector entre sí y hacia los de otros sectores. Las características para cada caso las definiremos en base a su clase social, sector social de pertenencia dentro de esa clase, lugar de procedencia, aspiraciones de vida, y por supuesto, el tipo de relación laboral que tiene cada uno con la empresa.[9]

a. Los "dueños"

Como mencionara anteriormente, los "dueños", como eran llamados habitualmente, son básicamente los dos hijos del fundador que allí trabajaban. También una tercera persona accionista menor, socio originalmente del fundador, que se encargaba del desarrollo de productos. Estos, según los comentarios habituales, no se llevaban bien entre ellos, aunque jamás presencié discusiones o situaciones tensas entre ellos, aunque hay que señalar que muy poco entraban a la planta propiamente dicha, permaneciendo mayormente en las oficinas, las que se encontraban junto a la planta pero totalmente separadas de la misma, sin ningún tipo de comunicación visual. En los contados casos en que ingresaban a la planta, salvo una situación excepcional, no entablaban ningún tipo de contacto con los operarios. No tenía ninguno de los dos un alto perfil y su apariencia, modales, ropa y vehículos eran los de una persona de clase media.

También debemos mencionar al hijo de uno de los dueños, que se encargaba de la provisión de insumos de la planta, cabe decir, era el encargado de compras. No estoy seguro que su trabajo incluyera la compra de materia prima, pero he de asumir que no. Este joven sí tenía bastante relación con los operarios y la vida diaria de la planta. Incluso ante necesidades de ciertos insumos, le hacíamos la solicitud directamente a él, saltándonos al "pañolero" (por ejemplo, si yo observaba que quedaba poca provisión de pintura, o trapos, le avisaba para que se anticipe a la falta). Su relación con los operarios era buena y respetuosa, hasta con un toque de camaradería, como más adelante explicaremos por qué, sobre todo con mi sector.

b. Personal de administración

Para este estudio, quedan totalmente por fuera del análisis, ya que no hubo ningún tipo de contacto con la administración, era un mundo totalmente ajeno a la planta y que un operario sea llamado por cualquier motivo a la administración era un caso absolutamente excepcional. En mis tres años de trabajo, una sola vez vi entrar a una administrativa a la planta, para comunicarle una urgencia al jefe de producción.

c. El "ingeniero"

El "ingeniero" tal como toda persona de la planta y fuera de ella se refería a él, es el jefe de producción. Un profesional de clase media, italiano, que a los siete años había llegado junto a su padre a la Argentina huyendo de los desastres de la posguerra.

Este había visto como su padre comenzó de la nada y logró salir adelante y brindarle la posibilidad de estudiar. Es un hombre muy recto, amable pero con un fuerte carácter. Tenía un excelente trato con los operarios pero nunca cruzaba la frontera de la familiaridad o dejaba en cuestión su jerarquía. A pesar de estar ubicado, no sólo en el lugar de "jefe" sino también en el del que "sabe" (y sabía mucho de los procesos) eventualmente preguntaba a los operarios o aceptaba alguna sugerencia de nuestra parte, pero dejando siempre claro que él tenía la última palabra, nos guste o no.

d. El pañolero

Este personaje, muy anciano ya, no era de la dirección pero para nosotros los operarios era como si lo fuera. Su relación con los operarios era casi paternal, no sólo por su avanzada edad, sino que también nos "proveía" de las cosas básicas que necesitábamos, no me refiero sólo a los insumos materiales de trabajo, sino a los elementos que nos eran imprescindibles para llevar adelante las tareas (guantes, delantal, trapos para limpieza, etc.) por lo cual llevarnos bien con él era absolutamente imprescindible y todos estábamos dispuestos a ayudarlo cuando necesitaba alguna cosa, por ejemplo al ordenar el pañol o recibir alguna entrega, le ayudábamos a acomodar las cosas que, por su avanzada edad ya le resultaban imposibles. Un año y medio luego de mi ingreso falleció y no fue reemplazado; cuando alguien necesitaba algo, había un operario autorizado a ingresar al pañol o nos remitíamos directamente al ingeniero o encargado de compras.

e. Los operarios de planta permanente

La planta de la fábrica estaba compuesta, y eso era ya una rareza en esos años, por operarios de una gran antigüedad (30 años promedio) casi toda gente mayor a los 45 años, aunque algunos más jóvenes. Sólo dos operarios de planta eran menores de treinta y cinco años. Esta característica, de estar "toda la vida" en un mismo trabajo, había dado lugar a que se encontraran dos o tres parejas de hermanos, donde uno había ingresado y luego, al crecer la planta "había recomendado" a su hermano u otro pariente. También estaba el caso de algún pariente político, alguien casado con la hermana de otro operario, cosa que no es de extrañar tampoco. Todo este cuadro establecía un ambiente de gran familiaridad hacia "adentro" de la fábrica. Aclaramos esto porque fuera del horario de trabajo, las relaciones sociales quedaban casi por entero limitadas a la familia directa, salvo algún casamiento, cumpleaños, o evento especial, por ejemplo la comida del día del metalúrgico, en que no se trabajaba, pero a la que se asistía sin la compañía de las esposas.[10]

La procedencia de los operarios de planta, sin excepción, era de familias obreras o campesinas; todos eran hijos de trabajadores rurales o fabriles, y muy pronto (entre 18 y 20 años) habían comenzado su labor en la planta y allí seguían hasta su jubilación. La única excepción a estas aspiraciones la constituían los dos jóvenes ya mencionados, uno de los cuales, con cierta dificultad, estudiaba leyes. El otro, Abel, me comentó alguna vez:

" … yo no me voy a morir ac á , yo quiero otra cosa para mi vida."

En un aparte debemos mencionar al operario "delegado" ante la UOM (Unión Obrera Metalúrgica) sindicato que nuclea a los trabajadores del acero.

[...]


[1] Aquí los niveles emic y etic, del estudio etnográfico se "cruzan" constantemente, y a riesgo de pecar de "naturalista" puedo afirmar que este relato es, básicamente, emic. Para una mayor precisión ver Díaz de Rada: 2010.

[2] Fundamentalmente a Velazco y Díaz de Rada: 2009. También el interesante trabajo de Barrientos y otros: 2009.

[3] En Argentina como en muchos países, se utiliza en la industria, desde hace algunos años, el sistema de contratación a través de empresas proveedoras de mano de obra. El empleado es contratado por la tercerizadora, quien lo destina a una fábrica con la que tiene convenio. De este modo, la fábrica reduce su costo de personal, pues el empleado no pertenece al gremio de la empresa, metalurgia en este caso, sino que se lo sindica como "empleado de comercio" -rubro de la tercerizadora- por lo cual la industria se exime del pago de todos los extras que debe pagar a "sus" empleados -en mi caso, por ejemplo, trabajaba al frente de un horno y no se me pagaba el plus por "altas calorías" que estipulan los convenios colectivos de trabajo de la industria metalúrgica, plus que sí cobraba mi compañero de tareas, que era empleado de planta permanente-. Otras ventajas para la industria son: la imposibilidad de que los "contratados" participen en huelgas o protestas del gremio, ya que no pertenecen a él; en caso de despido, la industria no tiene relación laboral con el empleado, quien depende de la contratista; no tiene obligación de dar ropa de trabajo ni elementos de seguridad; tampoco se acumula mayor salario

[4] Por convenio, debe servirse un vaso de leche a las 9:00 Hs. y otro a las 15:00 Hs., ya que supuestamente ayuda a limpiar los pulmones de las emanaciones tóxicas de los procesos de producción. Este servicio era común para todos los empleados, ya fueran o no de planta. Para la toma de "la leche" se nos daban cinco minutos de descanso en cada oportunidad.

[5] Es un conjunto de normas sobre la calidad y las gestiones. La Norma ISO 9001 ha sido elaborada por el Comité Técnico ISO/TC176 de ISO (Organización Internacional para la Estandarización) y especifica los requisitos para un buen sistema de gestión de la calidad que pueden utilizarse para su aplicación interna por las organizaciones, para certificación o con fines contractuales.

[6] Dado que la llegada de material se producía en día y horarios variables, esta tarea la realizaban diversos operarios que, según el día, designaba el jefe de producción.

[7] Después que se ha endurecido el acero es muy quebradizo o frágil lo que impide su manejo pues se rompe con el mínimo golpe debido a la tensión interior generada por el proceso de endurecimiento. Para contrarrestar la fragilidad se recomienda el temple del acero (en algunos textos a este proceso se le llama revenido y al endurecido temple). Este proceso hace más tenaz y menos quebradizo el acero aunque pierde algo de dureza. El proceso consiste en limpiar la pieza con un abrasivo para luego calentarla hasta la temperatura adecuada (ver tabla), para después enfriarla con rapidez en el mismo medio que se utilizó para endurecerla. (www.MITecnologico.com: 2011)

[8] En los ámbitos fabriles de Córdoba, se llama "mulita" al autoelevador, dada su resistencia a las cargas, y por consiguiente "mulero" a su conductor. Debe señalarse que los "muleros" son verdaderos acróbatas al volante y extremadamente diestros para resolver todo tipo de problemas sin bajarse de su equipo, utilizando las uñas de carga para las tareas más diversas.

[9] A modo de complemento puede consultarse el gráfico 1, en el punto "Anexos"

[10] En adelante nos referiremos a éstos como operarios "de planta"

Final del extracto de 37 páginas

Detalles

Título
Relaciones interpersonales y su influencia en el proceso productivo en una industria metalúrgica Argentina
Universidad
( Atlantic International University )
Curso
Licenciatura en Antropología - Etnografía y trabajo de campo
Calificación
A
Autor
Año
2011
Páginas
37
No. de catálogo
V178780
ISBN (Ebook)
9783656009931
Tamaño de fichero
815 KB
Idioma
Español
Palabras clave
relaciones, argentina
Citar trabajo
José Cardoso (Autor), 2011, Relaciones interpersonales y su influencia en el proceso productivo en una industria metalúrgica Argentina, Múnich, GRIN Verlag, https://www.grin.com/document/178780

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