Extracto
CONTENIDO
Dedicatoria
1. El acto creativo estético humano como resultado biológico de procesos de re-acción
1.1. Heisenbergsche Unschärfe, el Principio de la Incertidumbre
1.2 El oportunismo biopolítico
2. Anatomía de la creatividad de un primate
3. Hermano lobo. La fantasía del otro
4. El arquetipo. Naturalismo filosófico y a la inversa
5. Conclusión
Bibliografía
La Autora
Dedicatoria
Arañamos la superficie de la tierra, desesperadamente, para desentrañar sus secretos, sin comprender del todo cual es nuestro verdadero papel aquí… y cual no.
Vaya dedicado este trabajo a mi primer perro Chispa, un fox terrier de pelo corto, inteligentísimo, traído por mi padre a casa. A mi super Rex, pastor belga, muerto hace un año. Y, a mi queridaPepi, fallecida hace un mes, cruce de pitbull y labrador, mestizos, todos de la antigua perrera municipal de Canto Blanco de Madrid. De haberles prestado más atención, mientras tocaba el piano o pintaba un cuadro, hubiera descubierto en ellos, como en los mirlos, gorriones y la gata callejera del jardín, mucho más sobre mí. Y se habría despertado mucho antes el interés de lanzarme a la aventura de investigar sobre la verdadera naturaleza de las cosas, su sentido y su porqué.
Formamos parte de un sistema. Creemos que nuestra fantasía y nuestras capacidades son algo verdaderamente diferente a las de los otros animales, y no es así.
1. El acto creativo estético humano como resultado biológico de procesos de re-acción
Hay personas que vienen al mundo con unas dotes especiales para el teatro o la danza. Algunos niños nacen predestinados para la biología, son los que coleccionan conchas del mar en cajas de zapatos y animalitos muertos en sus neveras desde que tienen memoria. Otras, como yo, a pesar de haber machacado flores de espliego (lavandula angustifolia o lavandula officinalis) en un mortero, para mezclarlas con alcohol y fabricar perfume a los ocho años, llegan a las ciencias naturales más tarde, por otros derroteros, veladamente y sin buscarlo, a través de artificios como la música, las artes plásticas, la filosofía o la filología. La interdisciplinaridad está omnipresente por doquier, basta con ir con los ojos muy abiertos para descubrirla. Uno no es solo lo que es sino también lo que, a veces, produce. Un escritor es solo escritor cuando escribe. Pero un ser humano es siempre un ser humano. En los procesos evolutivos es definitiva la interacción de los individuos entre sí, así como del sistema con su medio. La selección del medio comunicativo correcto se produce solo si el sistema estético dispone de una respuesta adecuada. La sociedad es un sistema vivo compuesto de seres con un alto grado de necesidades. Norbert Luhmann afirma que: “[…] la comunicación de esos seres es la fusión de una triple selección: la de las referencias informativas actualizadas, la de la acción de la comunicación en sí misma y, por último, la de la comprensión por parte del grupo receptor. La resultante sería la síntesis de estos tres fenómenos selectivos”[1]. Es obligación de la teoría de la literatura y de la cultura tender puentes entre esos tres fenómenos, sintetizando las informaciones de campos aparentemente opuestos con los que el individuo se ve confrontado. La psicología de la cognición demuestra que, antropológicamente hablando, la literatura responde con un bello poema a un complejo entramado de información biológica. Este intercambio de información tiene lugar dentro de una red social altamente desarrollada. Puede considerarse que se trata de un comportamiento humano dentro de un mundo animal. Dado que ni el gozo, ni la capacidad de producir algo (sea arte o artilugios mecánicos o digitales), es facultad de la que el hombre haga escaso uso en su vida cotidiana, “debemos situarla entre las más misteriosas de nuestras dotes”[2]. Crofton y Faser atribuyen ese gozo solo a la música, pero podemos ampliarlo a cualquier proceso creativo. Históricamente, los instrumentos musicales conservados más antiguos datan de hace unos 30.000 años. No descarto que la música ya entonces se utilizase con fines de seducción sexual para la elección de pareja así como, por supuesto, la danza. Desde el punto de vista de mostrar una especial debilidad por lo bello podemos deducir que en este aspecto en el neolítico, hace unos 10.000 años, nuestros antecesores actuaban como nosotros hoy. Quizá esto choque con cierto escepticismo pero, a la hora de la elección de pareja con toda seguridad, el hombre primitivo se comportaba de forma exigente, sabiendo diferenciar entre sus sentimientos, sus pensamientos y sus expectativas[3]. Según Junker, posiblemente sus baremos eran muy semejantes a los nuestros e inteligencia, humor, rango social y fiabilidad entre otras, eran cualidades que se tenían muy en cuenta y así dice: “[...] die Gefühle und das Werbeverhalten früherer Zeiten lassen sich erstens mit archäologischen Mitteln rekonstruieren und zweitens stammen wir von einer ununterbrochenen Linie von Vorfahren ab, die als Partner geschätzt wurden und sich die richtigen Partner suchten”[4].
El mismo Darwin sabía que la teoría de la evolución serviría de base a una nueva era de especulación investigadora en muchos aspectos. La Psyche, el psiquismo humano, la mente y las capacidades intelectuales del Homo sapiens, seguían las mismas pautas evolutivas biológicas que las de la propia física y, como consecuencia era plausible que “todas las capacidades físicas y psíquicas pasasen, forzosamente, por periodos de transición y por un desarrollo gradual”[5].
Detrás de una tradición cultural, de un autor brillante, hay siempre un sistema biológico que maneja los hilos a través de genes específicos de cultura. La dificultad está en definirlos y aislarlos como tales, identificándolos como específica y necesariamente humanos. Las facultades mentales creadoras se sitúan entre las necesidades biológicas basadas en la psicología de la evolución. Así también, sabemos que todo órgano que no se utiliza o se usa con escasa frecuencia, pierde importancia y termina por atrofiarse primero, hasta desaparecer por completo después, y a la inversa. Así las capacidades creativas pueden potenciarse o no. Debemos pensar que existió y existe una motivación real física del comportamiento estético para entender hasta donde nos ha conducido esta función.
1.1. Heisenbergsche Unschärfe, el Principio de la Incertidumbre
Los seres vivos con un sistema nervioso complejo, crustáceos, insectos o los vertebrados, también el hombre, disponen de una capacidad de anexionar y ampliar su saber que supera todos los mecanismos de interacciones conocidas, pueden aprender. Esta capacidad ha sido obtenida, exactamente igual que el desarrollo de sus ojos o el de sus extremidades, por convergencia evolutiva, “konvergente Anpassung”[6]. Todas las especies han llegado de forma autónoma e independiente a resultados paralelos. El aprendizaje, el comportamiento complejo, es descrito por Lorenz de la forma siguiente: “Der Verhaltenkomplex, den Heinroth als arteigene Triebhandlung bezeichnet hat, besteht, wie wir bereits wissen, aus Appetenzverhalten, Ansprechen eines angeborenen Auslösemechanismus und dem Ablauf einer genetisch programmierten Verhaltensfolge mit schließlichem Erreichen einer triebbefriedigenden Endsituation”[7]. Así, todo organismo tiende a un equilibrio entre los procesos externos y los suyos internos. Para su supervivencia es vital ese equilibrio. Un estímulo puede suponer alerta o peligro, puede interpretarse como amenaza o ser causa real de muerte o de destrucción, pero del mismo modo puede funcionar como inicio y motor para crear una nueva estrategia o una nueva vida. Estas estrategias relacionan las teorías de la psicología evolutiva con el placer.
La pregunta de por qué el hombre se siente tan atraído por todas las formas de expresión artística, a pesar de que los sueños por sí mismos ya son capaces de ser excelentes placebos para cumplir deseos y pueden producir alivio, no queda resuelta después de Freud. Más aún, la cuestión no soluciona el por qué una sociedad humana cada vez más sexualizada y con menos tabúes no era capaz de motivar un interés menor, caduco o en declive por lo sexual en el arte, al contrario. La respuesta es un desafío. La soledad del hombre, persiguiendo una oscura quimera interna, es una representación de un tema básico arcaico de supervivencia en la propia naturaleza. Piénsese en la ansiedad y el desconsuelo que supone para el lactante la ausencia real (o supuesta) de su madre. No cabe duda que los procesos creativos se basan en una proyección del sujeto hacia un determinado objeto. A ello le sigue una decodificación de la información de retorno que finaliza con una introspección final, como propone Ehrenzweig. Pero, no por ello sin embargo, deja de ser el hipotálamo el primer receptor del estímulo instintivo-biológico, el primer filtro hacia la Psyche. El instinto es el directorio original de toda conducta emocional porque no hay creatividad sin emoción. La naturaleza ofrece en el objeto, lo externo, en cada color, cada imagen, cada sonido, animal, proceso físico, geológico, trueno, tormenta, torrente, el despliegue de un abanico interpretativo de posibilidades en la recomposición de este rompecabezas que llamamos “vida”. El artista es solo un instrumento equilibrante más que funciona como catalizador. Lo que produce es de utilidad tanto para la estabilización anímica de sí mismo como para la restauración de otros espíritus gemelos. Éstos, quizá, no dispongan de las mismas disposiciones y cualidades que él, pero sí compartirán idénticos o muy similares problemas. El proceso sabemos que, como un alumbramiento, puede ser doloroso. Cuando intentamos descubrir la verdadera composición y esencia de la poesía o de la música encontramos una gran dificultad en la distribución de los tres factores conocidos del psiquismo: el espíritu o el Yo del sujeto creativo, la inspiración que evoca el origen evolutivamente biológico del Ello y del Súper-ego (social) y por último, el soporte, fundamental en arte para la exteriorización de la idea. Esto es así, por la misma teoría del conocimiento y el problema epistemológico del arte. Los dos no están lo suficientemente diferenciados, ni pueden estarlo. Esto se explica porque el específico acto de reconocer, analizar y racionalizar una idea de forma poética en el marco artístico supone, casi siempre, su misma destrucción. Me gustaría utilizar para explicar esto el ejemplo de un experimento de física aplicada. Heisenberg demuestra que es imposible fijar dos cosas, la posición y el movimiento de un electrón, simultáneamente. La fijación del electrón falsea los mismos resultados, es la llamada Heisenbergsche Unschärfe o principio de incertidumbre. El mismo haz de luz que se utiliza para observar el electrón en su recorrido lo aparta de él. Tanto en el arte como en el seguimiento de la posición de un electrón el sistema de observación y reconocimiento se encarga de falsear los resultados. La posición del segundo y el sentido del primero. El reconocimiento y análisis literario y artístico, a cargo de un observador crítico convierte lo observado en un objeto estático, fijo y seguro que poco ya tiene que ver con la realidad que lo formó. Orígenes, desarrollo y desplazamientos de significados de un sistema como el de la literatura, por ejemplo, exigen una agudeza extraordinaria y un “enfoque” correcto en su interpretación. Para que sean de utilidad para sociedades futuras, debemos saber que el arte y la naturaleza van de la mano. La complejidad de la vida solo puede entenderse desde una consciencia atenta y superior porque la creatividad no marcha en solitario, sus orígenes se basan en procesos primarios que responden a una matemática y a una física universal. La evolución explica convenientemente no solo lo social sino lo literario y como afirmaba el germanista Karl Eibl en München: “der Darwinismus soll die Dichtung erklären”[8]. Y esto es así porque arte y literatura no solo persiguen entretenimiento y placer, el arte busca una nivelación. Es importante interpretar según nuevos criterios algunos rasgos de los orígenes literarios. Existen nimias desigualdades, elementos estructurales inesperados pero causales que son, precisamente, los que señalan las claves de lo oculto y valioso en la naturaleza humana. Muchas veces se trata de fenómenos anclados en el subconsciente y las representaciones o las manifestaciones nacen en las zonas más irracionales de él. La fuerza, efecto y repercusión de un manuscrito u obra artística será manipulada, malinterpretada por el receptor o no, según la época en que se reciba. Habrá técnicas, capacidades e intereses diferentes en una segunda o tercera lectura.
1.2 El oportunismo biopolítico
¿Qué consecuencias físicas conlleva lo creativo a medio y largo plazo?
Un nuevo comportamiento sexual, por ejemplo, conduce a un nuevo comportamiento socio-cultural y a su institucionalización. Existen muchos grupos de mamíferos, peces y aves en los que puede observarse que cuando la carga de sacar adelante a los más jóvenes es excesivamente pesada, surgen entre las parejas fuertes lazos de unión. El compañerismo y la ayuda aumentan. Debemos entender este amor animal como una vinculación que no se diferencia en nada de la humana y, además, incluye también sacrificio, auto-negación y altruismo. Se persigue un fin común, dotar a la especie de mayores posibilidades de éxito. El instinto, entonces, ha modelado un sistema social nuevo de cultura. El comportamiento social familiar de nuestra propia especie hoy demuestra que, a menudo, con la creación de nuevas construcciones y vocablos se intenta dar cierta coherencia a conceptos que no son más que una concesión a situaciones atípicas extraordinarias entre primates inteligentes[9]. Para el hombre es muy problemático y estresante una sociedad dividida, incapaz de soportar las exigencias de la convivencia y, como consecuencia, con resultados desastrosamente negativos para la prole. Sufre, entonces, tanto lo neoténico como la creatividad. La germanista y psiquiatra infantil Christa Meves escribe, refiriéndose a los conflictos de ruptura de mujeres y hombres en edad de educar: “Warum soll ich das so machen? Fragen sie sich, lohnt es sich, für einen Mann (Frau) ein ganzes Leben zu opfern? [...]”[10]. El caso es que en esas rupturas, el sentimiento generalizado de culpa infantil del que ya se ocupa Freud, (en los niños/as totalmente infundado por lo demás), arrastra consigo un gran número de patologías. La teoría de la evolución y el psicoanálisis ayudan a comprender el porqué. Somos animales sociales en los que el instinto de supervivencia dicta normas de conducta que no tienen por qué coincidir con tendencias o manipulaciones biopolíticas, sea cual sea su encuadre. El oportunismo cultural no debe inducir a ignorar los estudios clínicos al respecto (aunque el peligro de una mala interpretación existe incluso en ámbitos culturales de prestigio). El desarrollo ha proporcionado enormes avances tecnológicos, sociales, filosóficos y artísticos gracias a la socialización del hombre. Pero socialización y creatividad tienen sus bases más primarias en el seno de un núcleo “familiar” canalizador de instintos básicos: Romance instinct, Power instinct, Independence instinct, Curiosity instinct, Acceptance instinct, Order instinct, Saving instinct, Status instinct[11]. Estos instintos se nos antojan, según una lógica natural, razonables, intrínsecos al ser humano y determinantes en todas sus actuaciones. En literatura son el Rahmenmodell[12]que despierta las emociones desde la detección inicial del estímulo de una situación determinada, hasta la movilización de todo un sistema de comunicación interno que pasará a ser externo. Si el instinto es la motivación originaria, la relectura de una emoción dosificada será por excelencia virtud del arte. Dice Katja Mellmann, apoyándose en Cosmides y Tooby, que la literatura funciona como un simulacro:
[Es] vollzieht sich vieles von unserem emotionalen Erleben in Bezug auf Literatur lediglich auf der Stufe des Auslösemechanismus. Wird ein emotionsspezifischer Situationsdetektor (also z. B. “Gefahr für Leib und Leben” oder “Feindanwesenheit”) in der auf Basis von Lektüre imaginierten Situation ‒ einer Art Attrappe ‒ fündig, wird die betreffende Emotion ausgelöst, d. h. etwaige dazugehörige physische Vorgänge werden in Gang gesetzt und das emotionsspezifische Verlaufsprogramm [...] wird initialisiert. Das Verlaufprogramm aber wird [...] dem Umstand Rechnung tragen, dass der betreffende Reiz in keiner wirklichen, sondern einer imaginären Situation anwesend ist, und die jeweils evolutionär bewährten Konsequenzen daraus ziehen[13].
Si diferenciamos entre el desencadenante de una emoción y su procesamiento para obtener respuesta, resulta que arte y literatura utilizan dobles/personajes (objeto/estímulo) o sea ficciones como detonante, como un Auslösemechanismus[14], para dar respuestas después a emociones: miedos, desencanto, duda, soledad, todo sobre la base de una doble lectura de vivencia no real.
La neotenia sirve de maestra. Cualquier animal superior debe aprender muchas cosas antes de alcanzar la independencia[15]. No solo los hombres, todos los primates, los elefantes, los lobos, las orcas, los delfines y muchos otros, mantienen relaciones familiares durante un periodo reproductor completo y más allá de él[16]. El entrenamiento para la vida, el juego y las conductas dirigidas a instruir y defender a los jóvenes alcanzan un alto grado de elaboración[17] porque estos permanecen ligados a la madre durante toda su infancia y su juventud[18]. El hombre (pero apuesto que muchos mamíferos, aves e insectos también) es capaz de desacoplar y de distinguir entre la concepción de un hecho y su correlativo, un correlato, con las siguientes subdivisiones y secuencias correspondientes, reconociendo la diferencia entre el estímulo que le sirvió de motor y el acto final en sí, o producto del anterior. Aunque el sistema de motivación originalmente es común a todos los animales, en un marco de cultura, el individuo educado será capaz de aislar y separar para siempre, motivaciones instintivas primarias del acto literario, artístico y cultural. La concatenación efecto y causa, o causa y efecto en arte será solo anecdótica y ocasional. Claro ejemplo es el de la percepción de la belleza, lo bello[19], desacoplada del Romance instinct, de la búsqueda de sexualidad y de la creación de pareja, que hace que el hombre no reconozca la idea original instintiva sino solamente su correlato y éste, además, como una entidad propia, absoluta, independiente y con una personalidad definida. Así nace el arte. El entrenamiento cultural conlleva ese desacoplamiento y esa separación. Es un hecho que la sexualidad puede conducir a dar la vida, aunque también lo es que contextualizada en elRomance instinct, dispone de derroteros expresivos del todo sustitutivos y a modo de placebo, que son manejados a la perfección por el erotismo. Existen sobrados ejemplos. Pero es verdad que el placer en este desacoplamiento artístico es subjetivo, y su intensidad menor.
Universal es que ésta forma de correlato es marca de cultura. El instinto y la educación son guía fundamental para la conservación de la propia vida y la de la especie. ¿Es atrevido entender cultura y literatura como sistemas salvadores-desacopladores para asegurar la perpetuidad de la especie humana, en tanto que funcionan como escuelas de la vida, del sufrimiento y del placer? Araújo y Oppenheimer, entre otros, dicen que la mayoría de los animales de los grupos citados anteriormente gozan de un doble seguro de vida, su familia y su educación: “¿Hay algo más instructivo que el sopapo de una madre chimpancé cuando su cría intenta comer una planta venenosa?”[20]. Es lícito argumentar sobre el hombre y la creatividad, adoptando una actitud humilde frente a los desarrollos paralelos de compañeros de camino, los animales de las otras especies: “Wir sind uns kaum mehr dessen bewußt, welch unglaubliches Paradoxon darin liegt, die reale Gegebenheit für ein Bild dessen zu halten, was in Wirklichkeit ihr Bild ist”[21]. Gracias a la descripción de patologías y carencias podemos entender mejor las bases de nuestro comportamiento y el porqué de las soluciones que ofrecen al hombre arte y creatividad. La existencia de un estado de felicidad justa y placentera es la otra cara de la moneda que puede responder a la inseguridad y al miedo. Parafraseando a Lorenz, deseo llegar a observar el espejo desde el otro lado, por la parte de atrás, para aprender. En Die Rückseite des Spiegel el premio Nobel afirma:
Dem philosophisch unvorbelasteten Menschen erscheint es völlig abwegig, zu glauben, daß die alltäglichen Gegenstände unserer Umwelt nur durch unser Erleben Realität erhalten. Jeder gesunde Mensch glaubt, daß die Möbel auch dann in seinem Schlafzimmer stehen, wenn er selbst zur Tür hinausgegangen ist. Der Naturforscher, der von der Evolution weiß, ist fest von der Wirklichkeit der Außenwelt überzeugt: Selbstverständlich hat unsere Sonne äonenlang in perpetuum geschienen, ehe es Augen gab, sie zu sehen. Dasjenige, was hinter unserer Anschauungsform des Raumes steckt, oder die Erhaltungssätze, die uns in Form unserer Kategorie der Kausalität erfahrbar weren, existieren vielleicht seit Ewigkeit, was immer Ewigkeit sein mag. Die Vorstellung, daß all dieses Große und vielleicht Unendliche erst dadurch Realität erhalten soll, daß die Eintagsfliege Mensch etwas davon merkt, erscheint dem Naturverbundenen nicht nur abtrus, sondern geradezu blasphemisch, wobei der “Naturverbundene” ebensogut ein Bauer wie ein Biologe sein kann[22].
[...]
[1] Luhmann, Norbert.Soziale Systeme. Grundriß einer allgemeinen Theorie,Suhrkamp, Frankfurt am Main, 1991, pg. 194-195.
[2] Crofton, Ian, Fraser, Donald. A dictionary of Musical Quotations, Robinbook, Barcelona, 2001, La música en citas. Diccionario de citas de la música y los músicos, Ma non troppo, Barcelona, 2007, pg. 234.
[3] Junker, T.Der Darwin-Code, C. H. Beck, München, 2009, pg. 55-56.
[4] Ibíd., pg. 56.
[5] Darwin, Charles. On the origin of species by means of naturel selection, or the preservation of favoured races in the struggle for life, Murray, London, 1859, deutsche Ausg., Über die Entstehung der Arten im Thier- und Pflanzen-Reich durch natürliche Züchtung, Faksimile der deutschen Ausgabe von 1860, cit. abstract, WBG, Darmstadt, 2008.
[6] Lorenz, Konrad. Die Rückseite des Spiegels. Versuch einer Naturgeschichte menschlichen Erkennens, dtv, München, 1977, pg. 112.
[7] Ibíd., pg. 112.
[8] Herwig, Malte, Schmundt, Hilmar. “Gene und Goethe”, en: Der Spiegel, Nr. 38, 17-09-2007, pg. 206.
[9] Víctimas de la vorágine de una sociedad postmoderna ‒ postindustrial desarraigada. Estos nuevos “valores”, como el consumismo ciego, están muy lejos de poder saciar las verdaderas necesidades humanas.
[10] Meves, Christa. Wurzeln des Glücks, Herder, Freiburg, Basel, Wien, 1987, pg. 200.
[11] Según William McDougall, precursor de la psicología evolutiva actual y según las clasificaciones sobre el instinto de Steven Reiss, retomadas por Karl Eibl en:Animal Poeta. Bausteine der biologischen Kultur- und Literaturtheorie, pg. 99-100.
[12] Mellmann, Katja. Emotionalisierung. Von der Nebenstundenpoesie zum Buch als Freund. Eine emotionspsychologische Studie zur Literatur der Aufklärungsepoche, Mentis, Paderborn, 2006, pg. 42.
[13] Mellmann, Katja. Literatur als emotionale Atrappe. Eine evolutionspsychologische Lösung des “Paradox of fiction”, Hg. Uta Klein, Katja Mellmann, Steffanie Metzger, Heuristiken der Literaturwissenschaft. Disziplinexterne Perspektiven auf Literatur, Paderborn, 2006, pg. 160-164.
[14] Mellmann, Katja. Emotionalisierung. Von der Nebenstundenpoesie zum Buch als Freund. Eine emotionspsychologische Studie zur Literatur der Aufklärungsepoche, op. cit., pg. 42.
[15] Araújo, Joaquín, Bello, E., Martín, C., Noreña, C., Oppenheimer, C.La Infancia ‒ El reto de la vida, Salvat, Barcelona, 1987, pg. 6.
[16] Ibíd., pg. 6.
[17] Ibíd., pg. 15.
[18] Ibíd., pg. 16. Del cuidado de los pequeños, no solo se hacen cargo sus propias madres sino todas las hembras del clan. Si alguno queda huérfano es inmediatamente adoptado por una hembra que se encuentre amamantando una cría de edad parecida. Esto da fe del nivel de socialización de grupo. Sin esa base cultural no existe la tribu.
[19] Los animales por supuesto son capaces de reconocer “su” belleza, “sus” preferencias y “su” propia cultura.
[20] Araújo, Joaquín, Bello, E., Martín, C., Noreña, C., Oppenheimer, C. Op. cit., pg. 7.
[21] Lorenz, Konrad. Die Rückseite des Spiegels. Versuch einer Naturgeschichte menschlichen Erkennens, op. cit., pg. 29.
[22] Ibíd., pg. 27.