Lectura y escritura en tiempos digitales. Una breve revisión de la literatura

TABLA DE CONTENIDO

1. PROPÓSITO

2. REVISIÓN DE LA LITERATURA

3. IMPLICACIONES PRÁCTICAS

BIBLIOGRAFÍA

1. PROPÓSITO

El presente texto tiene como finalidad describir la dinámica de la lectura y la escritura, con su medio de estimulación/expresión. De manera puntual, se abordan medios tradicionales (impresos) y digitales. Para ello se realiza una revisión a investigaciones científicas, desde las cuales se discuten sus implicaciones.

2. REVISIÓN DE LA LITERATURA

La evolución y dependencia tecnológica altera la dinámica cognitiva asociada a los procesos de aprendizaje. Un ejemplo de la misma se denomina el “efecto Google”, según estudios realizados por este se caracteriza por una relación simbiótica entre el humano y la tecnología. El almacenamiento de información, acumulada sobre estructuras digitales, ha creado un esquema asociativo en el cual se vincula la necesidad de conocimiento al acceso virtual de la misma (Sparrow, Liu, & Wegner, 2011). Tal dependencia se refleja en modificaciones memorísticas, en la que el sujeto tiende a olvidar aquella información la cual asume estará externamente disponible. Por otro lado, recordará con mayor facilidad los datos que no son fácilmente accesibles desde la web u otros medios virtuales. Adicionalmente, los individuos evocan con mayor precisión la ubicación de la información, que la información en sí.

En la actualidad universitaria es común que el catedrático complemente su ponencia con presentaciones visuales, proyectadas ante su clase. La decisión de compartir con los alumnos una copia de la presentación podría influir en los procesos de atención y aprendizaje del estudiante. Particularmente si los alumnos saben con antelación que dicho documento estará externamente disponible.

Tradicionalmente el aprendiz asumía un rol pasivo, como mero receptor de información. El proceso receptivo se complementa con el uso de tecnología cuya complejidad instrumental varía desde el simple uso de lápiz y papel o más recientemente, el uso de computadoras y tabletas electrónicas. Tomar apuntes implica una acción motora compleja, altamente elaborada, en la que se asimila, plasma y organiza la información que se captura del ambiente.

Existe una diferencia funcional entre la toma de apuntes con el uso de lápiz y papel y aquella que utiliza medios electrónicos. Tal divergencia impacta en los procesos de aprendizaje del alumno. Según estudios realizados, aquellos individuos que hacen apuntes en computadoras tienen un aprendizaje menos efectivo que quienes toman notas a mano (Mueller & Oppenheimer, 2014).

Se teoriza que esta diferencia puede ser explicada por el incremento de las funciones kinestésicas asociadas a la toma de apuntes a mano (Smoker, Murphy, & Rockwell, 2009). Los mismos crean estructuras memorísticas más complejas que las elaboradas mediante la escritura en un teclado de computador. Los usuarios que optan por escribir apuntes en una computadora tienden a transcribir textualmente la información que captan de su ambiente. Por otro lado, el hecho de hacer anotaciones manualmente conlleva un mayor nivel de análisis y síntesis, en el cual el sujeto tiende a procesar y personalizar con mayor profundidad aquellos estímulos que ha percibido. Tal dinámica facilita el aprendizaje de conceptos teóricos, vitales para la construcción de estructuras analíticas posteriores.

La personalización de la información incluye todos aquellos esfuerzos sintéticos en el que el individuo adecua información a sus propios esquemas cognitivos, lingüísticos e inclusive icónicos. Por lo que el alumno escribe “en sus propias palabras” aquello que considera importante. Tal acción requiere de un mayor esfuerzo cognitivo que la simple transcripción motora, carente de análisis.

La influencia de la tecnología en el aprendizaje no se limita a la expresión escrita del lenguaje, sino que también abarca aspectos receptivos como la lectura. La experiencia ergonómica y perceptual de leer un texto varía dependiendo si el mismo se presenta escrito en papel o de manera digital. Se ha encontrado que aquellos sujetos asignados a leer textos digitales tenían una menor comprensión lectora que quienes leían el mismo contenido en papel (Mangen, Walgermo, & Brønnick, 2013). Tal fenómeno tiene fuertes implicaciones pedagógicas, particularmente en un mundo tecnológico en el que los estímulos digitales son una herramienta clave del proceso pedagógico. Pero a pesar de ello, se ha encontrado que los alumnos tienden a preferir el uso de libros impresos sobre los libros electrónicos (Woody, Daniel, & Baker, 2010).

Similarmente, otras investigaciones han concluido que el aprendizaje basado en papel es más eficiente que el aprendizaje basado en medios digitales. Esto puede deberse a que la primera condición permite un mejor desenvolvimiento metacognitivo que la segunda. Además, al realizar evaluaciones que involucran una presión temporal, se encontró que los alumnos sometidos a pruebas computarizadas poseen un menor rendimiento que su contraparte en papel (Ackerman & Lauterman, 2012).

La facilidad de acceso a medios digitales en el contexto educativo ha fomentado el uso recurrente de los mismos. Es natural que el docente asigne lecturas y obligaciones por medio de plataformas virtuales, correo electrónico, blogs e inclusive redes sociales. Consecuentemente es de vital importancia que el catedrático comprenda la influencia de los medios tecnológicos en los procesos de aprendizaje del alumno.

A pesar de esto, un estudio elaborado por Francisco (2006) concluyó que no existe diferencia significativa en los logros cognitivos de los estudiantes cuya enseñanza se basa en estrategias instruccionales, mediadas por tecnologías digitales, y aquellos que reciben instrucción tradicional. Por lo que el uso masivo de tecnología no es un determinante concluyente en el rendimiento académico del educando.

Cabe mencionar que el uso de tecnologías de la información y comunicación acrecienta en gran medida la cantidad y variedad de estímulos visuales y auditivos al que el sujeto tiene acceso. El alumno rápidamente puede encontrar información en forma de imágenes, vídeos, grabaciones y textos académicos. Trascendiendo así los límites espaciales de un aula de clase. El libre acceso al conocimiento fomenta el aprendizaje autónomo, por lo que el rol del alumno se dinamiza y pasa de ser un ente pasivo-receptivo a un buscador activo del conocimiento.

Sin embargo, no todos los estímulos se procesan de la misma manera, por lo tanto, los procesos cognitivos asociados al aprendizaje varían en función el formato en el que se presenta el objeto percibido. Una investigación elaborada por Hilton (2001) concluyó que la presentación visual de un estímulo se evoca con mayor precisión que aquellos que se perciben mediante estructuras sensoriales auditivas. De igual manera argumenta que el esfuerzo de evocación auditiva conlleva un mayor agotamiento mental que su contraparte visual. Tales resultados son confirmados por Bigelow & Poremba (2014) quienes encontraron que la capacidad de retención para estímulos visuales y táctiles es superior a la auditiva.

3. IMPLICACIONES PRÁCTICAS

La progresiva penetración tecnológica en la dinámica educativa influye en los estilos de aprendizaje utilizados por los alumnos, tales estilos pueden repercutir en el rendimiento académico de los mismos. Evidentemente estas implicaciones pragmáticas deben ser consideradas al estudiar la dinámica estructural y operativa del acto docente. El creciente interés y utilización de formatos electrónicos como medio de lectoescritura, debe evaluarse en función a la eficiencia con la que el receptor captura y asimila la información.

Los hallazgos anteriormente recopilados indican la vigencia y efectividad del uso de herramientas tradicionales, como lápiz y papel, en contextos de aprendizaje. Sugiriendo que las mismas no deben ser descartadas ya que tales métodos han de complementar a la instrucción tecnológica. De tal manera que se encuentre un punto de equilibrio entre la innovación educativa y aquellas prácticas clásicas cuya utilidad esté científicamente respaldada. De igual manera el docente debe comprender que no todos los estímulos impactan de la misma manera en el receptor. Se debe seleccionar con particular cuidado el formato del material didáctico que se ofrece a los alumnos, ya sea este de tipo visual, auditivo o táctil.

BIBLIOGRAFÍA

Ackerman, R., & Lauterman, T. (2012). Taking reading comprehension exams on screen or on paper? A metacognitive analysis of learning texts under time pressure. Computers in Human Behavior, 28, 1816-1828. doi:doi.org/10.1016/j.chb.2012.04.023

Bigelow, J., & Poremba, A. (2014). Achilles’ Ear? Inferior Human Short-Term and Recognition. PLos ONE, 9 (2). doi:10.1371/journal.pone.0089914

Francisco, J. (2006). Efectos de una estrategia instruccional mediada por tecnologías digitales sobre el desempeño estudiantil. Compendium (17), 5-20.

Hilton, E. (2001). Differences in Visual and Auditory Short-Term Memory. Undergraduate Research Journal, 4.

Mangen, A., Walgermo, B., & Brønnick, K. (2013). Reading linear texts on paper versus computer screen: Effects on reading comprehension. International Journal of Educational Research, 58, 61-68. doi:10.1016/j.ijer.2012.12.002

Mueller, P., & Oppenheimer, D. (2014). The Pen Is Mightier Than the Keyboard: Advantages of Longhand Over Laptop Note Taking. Psychological Science, 25 (6), 1159-1168. doi:10.1177/0956797614524581

Smoker, T., Murphy, C., & Rockwell, A. (2009). Comparing Memory for Handwriting versus Typing. Proceedings of the Human Factors and Ergonomics Society Annual Meeting, 53, pág. Comparing Memory for Handwriting versus Typing.

Sparrow, B., Liu, J., & Wegner, D. (2011). Google Effects on Memory: Cognitive Consequences of Having Information at Our Fingertips. Science, 333, 776-778. doi:10.1126/science.1207745

Woody, W., Daniel, D., & Baker, C. (2010). E-books or textbooks: Students prefer textbooks. Computers & Education, 55, 945-948. doi:10.1016/j.compedu.2010.04.005