La adopción por parejas homosexuales. ¿Qué tiene que decir la psicología al respecto?


Essay, 2018

23 Seiten


Leseprobe


La adopción por parejas homosexuales, ¿Qué tiene que decir la psicología al respecto?

Exploración bibliográfica de algunas revisiones realizadas sobre el tema.

Camilo Arenas

Magister en psicología clínica y psicopatología de la Universidad de Caen, Francia.

Docente de investigación del programa de psicología de la Universidad Minuto de Dios.

Resumen

En el siguiente texto pretendo realizar una exploración bibliográfica de las principales revisiones de investigaciones realizadas sobre la adopción por parte de parejas homosexuales. Mi objetivo es tomar revisiones tanto opositoras cómo a favor de esta situación. Se concluye que los estudios que no avalan la posibilidad de la adopción homosexual carecen de objetividad, presentan graves fallas en su manipulación estadística y contienen errores de razonamiento lógico que impiden tomar en serio sus conclusiones. Finalmente doy algunas sugerencias al estado Colombiano para abordar dicha situación.

Palabras clave: Adopción igualitaria, Adopción homoparental, matrimonio igualitario, homofobia.

Actualmente no solo en Colombia se vive un fuerte debate sobre si las parejas del mismo sexo tienen o no el derecho a adoptar. La adopción homoparental es legal en Holanda, Bélgica, España, Canadá, Sudáfrica, Noruega, Suecia, Portugal, Islandia, Argentina, Dinamarca, Uruguay, Nueva Zelanda, México (unicamente en el Distrito Federal), Brasil. Además es reconocida en 22 de los 50 estados de los Estados Unidos y en el Territorio Local de Canberra (la capital), Australia Occidental, Nueva Gales del Sur y Tasmania , provincias de Australia. Estados como Alemania (2014), Israel (2005), Groenlandia (2009), Finlandia (2009), Austria (2013), Croacia (2014) y Colombia (2014) avalan y permiten la adopción del hijo biológico del cónyuge homosexual, es decir, la adopción por parte de una pareja homosexual del hijo o hija que uno de los integrantes de la pareja haya tenido o adoptado previamente con una pareja del sexo . [1]

En Colombia, un importante sector político y ciudadano se ha declarado en contra de la adopción por parejas del mismo sexo. La exfiscal y hoy senadora liberal Vivian Morales, abierta opositora a esta iniciativa, propone un referendo para consultar al pueblo colombiano si está o no de acuerdo sobre si parejas del mismo sexo tengan derecho a adoptar niños en nuestro país. La idea ha tenido aceptación en sectores conservadores del Congreso y por supuesto en la iglesia católica. Recientes encuestas de diversos medios de comunicación (El tiempo, Semana) muestran que entre el 70% y el 90% del pueblo colombiano se opone a la adopción por parejas homosexuales. Esto sin duda, respalda a aquellos legisladores que no están de acuerdo con esta posibilidad, pero ¿es la opinión del pueblo la que debe decidir sobre el derecho de un sector de población vulnerable? (en este caso, población vulnerable referida a niños y niñas) ¿es la opinión de la mayoría quien debe legislar sobre los derechos y deberes de los ciudadanos? Si así debiera ser, difícilmente la mujer hubiera logrado el derecho al voto en los años 50; los seres humanos de piel oscura gozaran hoy de derechos civiles y humanos. Al aceptar la tesis de la senadora se abre una caja de pandora que permitirá por ejemplo, linchar y/o asesinar a los ladrones, a quienes violen niños, entre otras situaciones. Pienso que en los casos donde se discuten los derechos de una población minoritaria y vulnerable (como la de los niños e incluso la de los homosexuales) la opinión del pueblo dista mucho de ser lo primordial para decidir. ¿Qué debe entonces guiar a nuestros legisladores en este asunto?

La convención de derechos del niño señala que “Los Estados Partes que reconocen o permiten el sistema de adopción cuidarán de que el interés superior del niño sea la consideración primordial”; mientras que la Declaración de los Derechos del Niño dice que «el interés del niño debe ser el principio rector de quienes tienen la responsabilidad de su educación y orientación”, el artículo 44 de nuestra Constitución Política, expresa que “los derechos de los niños priman sobre los derechos de los demás”. Por tal motivo, son los intereses y derechos de los niños quienes deben primar en la decisión de permitir o no la adopción por parte de parejas del mismo sexo.

Claramente el interés superior de los niños y niñas no puede ser determinado por “la opinión de las mayorías” sino debe ser la ciencia y especificamente, la psicología , quien nos debe dar luces sobre cómo afrontar dicha situación, en el marco de los derechos humanos y los avancen en el derecho internacional.

Sin duda, este asunto es bastante importante en el actual debate nacional e internacional ,puesto que se pone en juego los derechos de los niños. Por un lado, quienes están en contra y alegan que se vulneran los derechos de los niños porque tener padres del mismo sexo puede generar graves problemas de salud mental en los hijos y, por otro lado, quienes están a favor y sustentan que no permitir la adopción niega el derecho fundamental de los niños a tener una familia.

Para adoptar en Colombia se debe ser plenamente capaz, tener 25 años de edad cumplidos, demostrar la idoneidad física, mental, moral y social suficiente para ofrecerle una familia adecuada y estable a un menor de 18 años de edad, tener al menos 15 años más que el adoptable.

Según el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y el artículo 68 del código de la Infancia y la Adolescencia, Ley 1098 de 2006, las personas que pueden adoptar son:

Los cónyuges (esposos).

Las personas solteras, viudas o separadas.

La pareja formada por un hombre y una mujer que demuestre una convivencia ininterrumpida de por lo menos dos años. Este término se contará a partir de la sentencia de divorcio, si alguno de ellos hubiera estado casado o con un vínculo matrimonial anterior; el guardador al pupilo o ex pupilo, una vez aprobadas las cuentas de su administración.

El cónyuge o compañero permanente, al hijo del cónyuge o compañero, que demuestre una convivencia ininterrumpida de por lo menos dos años.

Sin embargo, en Colombia más de 8.000 niños esperan ser adoptados en una interminable fila que día a día desvanece las ilusiones de tener una familia.

Por ello propongo realizar una revisión sobre algunas investigaciones sobre esta temática para analizar posibles consecuencias en los niños y niñas frente a la adopción por parejas homosexuales. Primero, sobre las posiciones oficiales de distintas instituciones expertas en el tema. Luego a través de la investigación titulada “No es igual” realizada por Mónica Fontana y colaboradores (2005) y coordinada para una organización religiosa llamada “Hazte Oír” que ha sido constantemente usada en España para apoyar la prohibición de la adopción igualitaria (término utilizado para referirse a la posibilidad que parejas homosexuales puedan adoptar). Igualmente se tomará un estudio reconocido y controversial realizado en Estados Unidos titulado “Review of research on homosexual parenting, adoption and foster parenting” por George A. Rekers. Este estudio incluso llegó a frenar el derecho a adoptar de los homosexuales en Florida, Estados Unidos. Por ultimo, se revisará una tesis doctoral a favor de la adopción igualitaria que analiza y da algunas sugerencias frente a este tipo de adopción.

Contextualización

En la conferencia titulada “Estudios sobre homoparentalidad: revisión científica y análisis metodológico” del especialista en psicología clínica, Rafael Portugal (2011) para la Universidad de Santiago de Compostela, aclara un primer punto muy importante: Si bien la posibilidad de adopción por parejas del mismo sexo ha suscitado un candente debate internacional, las familias homoparentales no provienen en su mayoría del mecanismo de la adopción (Portugal R, 2011). Los niños que crecen en familias homoparentales son en su mayoría hijos biológicos de uno de las dos personas que conforman la unión homosexual. Son producto de uniones heterosexuales anteriores e incluso son producto de un proceso de inseminación artificial o de una relación sexual heterosexual tenida únicamente con el fin de procrear. En Colombia, por ejemplo, una sola persona (sin pareja) puede adoptar un niño e igualmente puede hacerlo la persona que demuestre una convivencia de más de 2 años con su pareja (en relación heterosexual u homosexual), abriendo aún más los mecanismos que pueden ser usados por parejas homosexuales para adoptar. (Ibíd.)

Por lo anterior, el lector podría inclinarse a pensar que el debate es más ideológico que pragmático, siendo que aunque no se aprueben o rechacen iniciativas a favor de la adopción igualitaria las familias homoparentales seguirán existiendo.

Posiciones institucionales

En 2002 la Academia Americana de Pediatría dió su concepto favorable sobre la adopción igualitaria, argumentando que no existen estudios que comprueben que los homosexuales no pueden ser padres idóneos. Al igual lo hizo la Asociación Americana de Psicoanálisis en un comunicado publicado igualmente en el 2002 titulado “declaración institucional sobre homoparentalidad”. Esta asociación, al igual que la de pediatría, argumenta que no hay bases científicas para impedir el acceso a la paternidad por parte de parejas homosexuales y hace un llamado a combatir la homofobia. En noviembre del mismo año, la Asociación Americana de Psiquiatría y la Asociación Americana de Psicología abogan a favor de la adopción homosexual citando numerosos estudios que demuestran que no hay diferencias entre niños criados por parejas heterosexuales y homosexuales. Igualmente invitan a luchar contra cualquier forma de discriminación como la homofobia. Como se puede evidenciar, las asociaciones americanas de pediatría, psicoanálisis, psiquiatría y psicología están a favor de la adopción igualitaria.

Revisiones en contra de la adopción homosexual.

George A. Rekers, Review of research on homosexual parenting, adoption and foster parenting

George A. Rekers, profesor de neuropsiquiatría y ciencias del comportamiento de la universidad de California del Sur, realizó un estudio de revisión de 270 estudios y textos sobre la adopción de niños y niñas por parte de parejas homosexuales para concluir que el mejor contexto de crianza para los infantes son las parejas heterosexuales debidamente unidas en matrimonio. Su estudio causó controversia en Estados Unidos y logró frenar la ley en Florida que permitiría estas adopciones. Sin embargo, su estudio padece de dos puntos críticos que pretendo exponer a continuación.

El primer punto crítico es el grado de objetividad puesto que George Rekers es un conocido activista cristiano fundador del Family Research Council (Consejo de Investigación Familiar). Esta organización ha sido acusada de lobista en los Estados Unidos. Rekers también trabajó para la Asociación Nacional para la Investigación y Terapia de la Homosexualidad (NARTH, por sus siglas en inglés), una organización que ofrece la denominada «terapia de conversión» para combatir la homosexualidad. Rekers ha testificado ante tribunales sobre el "destructivo y pecaminoso" carácter de la homosexualidad, y la falta de adaptación de gays y lesbianas para la paternidad. Por esta razón , el estudio de Rekers ha sido criticado por su falta de parcialidad frente al tema (Currah Paisley y Colaboradores, 2006).

En mayo de 2010 Rekers protagonizó un escándalo mediático tras ser fotografiado en el aeropuerto Internacional de Miami, regresando de un viaje de diez días a Europa, junto con un joven escort masculino. Este hecho despertó el rechazo de las organizaciones cristianas para las que Rekers no sólo había trabajado sino también fundado, cómo Family Research Council quienes negaron tener cualquier tipo de relación con Rekers desde hace más de una década y afirmaron que “mientras que es extremadamente desilusionante cuando un líder cristiano cae en las mismas actividades que condena, no es sorprendente. Las escrituras enseñan claramente la naturaleza caída de todas las personas.” Family Research Council también eliminó toda relación con Rekers de su página web. El escándalo lo obligó a presentar su renuncia a la Junta Directiva de la NARTH. (Currah Paisley y Colaboradores, 2006). Si se analiza a fondo este escándalo es inevitable para mí no recordar las ideas freudianas de la constitución de la paranoia. En el escrito de 1910 titulado “Observaciones psicoanalíticas sobre un caso de paranoia autobiográficamente descrito” Freud describe cómo las pulsiones homosexuales reprimidas engendran pulsiones de odio hacía el otro. En la revista Personality and Social Psychology un estudio titulado “A Social Psychological Perspective on Attitudes Toward Lesbians and Gay Men” y llevado a cabo por varios investigadores de la Universidad de Essex, en Inglaterra y la Universidad de California, en Estados Unidos, vinculan la homofobia a una homosexualidad reprimida "Las personas que se identifican como heterosexuales pero en los test psicológicos muestran una fuerte atracción por su mismo sexo pueden sentirse amenazadas por gays y lesbianas porque los homosexuales les recuerdan las tendencias similares en ellos mismos...En una sociedad predominantemente heterosexual, conocerse a uno mismo puede suponer un reto para muchos individuos homosexuales. Pero en hogares controladores y homofóbicos, adoptar una orientación sexual perteneciente a una minoría puede ser aterrador. Estas personas se arriesgan a perder el amor y la aprobación de sus padres si admiten su atracción por el mismo sexo, así que muchas personas niegan o reprimen esa parte de sí mismas." (Herek, 2008)

El segundo punto crítico tiene que ver con las conclusiones del estudio que, a mi manera de ver, han sido distorsionadas. Rekers concluye en su revisión que hay tres factores que apoyan la prohibición que parejas del mismo sexo adopten:

1) Los niños adoptados por parejas del mismo sexo tienen más probabilidades de padecer estrés que los niños adoptados por parejas heterosexuales. El autor expone que las parejas homosexuales estadísticamente son más propensas a la depresión, ideas suicidas, alteraciones del comportamiento, abuso de alcohol y drogas que las parejas heterosexuales. Para Rekers estos factores de estrés, que asocia a las parejas homosexuales, empeoran el estrés que ya tendrían los niños adoptados pues normalmente estos infantes vienen de familias rotas, de historias de maltrato y abuso. Igualmente el autor argumenta que otro factor estresante que tendrían de más los niños adoptados por una pareja del mismo sexo en comparación con los niños adoptados por parejas heterosexuales, es que se evidencia en la sociedad una postura homofóbica que repercutiría en matoneo infantil de los niños en la escuela a aquellos infantes cuyos padres son homosexuales. Por otro lado, Rekers afirma que los homosexuales tienen mayor posibilidad de abusar sexualmente del infante o de padecer trastornos mentales graves. (Rekers G, 2005)
2) Rekers sostiene que las parejas homosexuales duran unidos en relación alrededor de 18 meses, tiempo muy inferior a las parejas heterosexuales. Esta inestabilidad en la pareja haría que el proceso de adopción fracase y nuevamente el menor se vea en un hogar destruido. (Ibíd.)
3) Por último el autor sostiene que una unión homosexual no puede aportar al niño el modelo de padre y madre, marido y mujer que si puede hacerlo una unión heterosexual. (Ibíd.) Según el autor las familias heterosexuales aportan al niño la comprensión de lo que es un padre y lo que es una madre, el rol de hombre y el rol de mujer en la sociedad y especialmente el de una familia constituida por hombre, mujer e hijos. El autor dice por ejemplo, que es el padre el encargado de poner límites a su hijo y la madre de ser comprensiva con sus emociones. Finalmente el autor concluye diciendo que el lugar idóneo para un niño es una pareja heterosexual unida en matrimonio.

Bajo mi punto de vista Rekers comete tres grandes errores en sus conclusiones, los cuales son:

1. Ligar trastornos comportamentales, problemáticas sociales e incluso enfermedades a la homosexualidad:

El autor se basa en estudios de estadística para asumir que hay más posibilidades que una pareja homosexual abuse sexualmente del menor, lo golpee, los padres se separen, exista violencia intrafamiliar, episodios de depresión, aparición de trastornos mentales, consumo desmedido de alcohol o de sustancias psicoactivas. La adjudicación de estas problemáticas a la homosexualidad no es válida por dos razones; los estudios estadísticos se basan en población norteamericana y no pueden trasladarse estos estudios al caso Colombiano y dos, en todo caso que, efectivamente las parejas homosexuales en Colombia presentarán estadísticamente esta problemática tendríamos que hacer una revisión exhaustiva de los resultados para saber si estas problemáticas están ligadas a la orientación sexual de una población o a las condiciones de vida (por ejemplo de segregación) a las que la sociedad las ha condenado. Sobre este punto volveré más adelante.

2. Combatir la homofobia con más homofobia:

Rekers piensa que los niños adoptados por parejas homosexuales son más vulnerables a recibir rechazo y matoneo por parte de sus compañeros en la escuela. Por lo tanto, según el autor, para evitar las burlas de las que eventualmente pueden ser víctimas estos niños por tener padres homosexuales, se les debe prohibir a los homosexuales adoptar. El argumento es a todas luces espantoso pues al prohibir legalmente la adopción a los homosexuales el Estado envía un mensaje claro a la sociedad; los homosexuales no son capaces de criar un infante, son inferiores o simplemente carecen de idoneidad y esto obviamente reforzaría el rechazo hacía este grupo (y sería evidentemente un círculo vicioso). La solución se hace evidente; proyectos educativos hacía la sociedad (especialmente a la infancia) para disminuir la homofobia. Por medio de educación y sensibilización a la problemática que presenta la homofobia, la sociedad integrará mucho mejor a esta población acabando con el matoneo infantil por tener padres homosexuales o por ser homosexual. Sin duda alguna, un mensaje educativo hacía la sociedad para disminuir la homofobia es legalizar la adopción homosexual. El caso no es para menos, en 2014 un adolescente homosexual se suicidó en un colegio en Bogotá por sufrir de matoneo por su orientación sexual por parte de sus compañeros y de docentes y orientadores del colegio. Leyes que pongan en un estrado inferior al homosexual frente al heterosexual harán irremediablemente respaldar las ideas del homofóbico.

3. Comprender el rol de padre y madre desde la genitalidad.

Rekers cita varios estudios en los que muestra cómo un padre cercano a sus hijos es asociado con un mayor rendimiento escolar o una menor vulneración a probar las drogas. Igualmente como una madre comprometida en pasar tiempo con sus hijos fortalece los vínculos de confianza y apoyo. Investigaciones con las cuales estoy totalmente de acuerdo. Pero esto no son argumentos en pro ni en contra de la familia heterosexual en comparación con la familia homosexual. Son investigaciones que únicamente apuntan a un hecho; padres comprometidos con su rol de padres (independientemente si ambos tienen pene o vagina) repercuten en mejores resultados académicos, mayor estabilidad emocional y menos conductas de riesgo como el consumo de drogas.

Por otro lado dice el autor, tener un padre y una madre garantiza que se aprendan los roles de ser hombre y mujer en la sociedad. Frente a ello quiero hacer tres reflexiones;

a) Que un niño crezca en una familia homosexual no significa que no tenga acceso a otros adultos que garanticen la diferenciación hombre/mujer. (Por ejemplo la maestra)
b) Son varios los niños que en nuestro país han crecido en parejas homosexuales y no se identifica problemas de identificación de género (ni tampoco que su orientación sexual sea homosexual)
c) Si bien es cierto que crecer en una pareja heterosexual garantizaría un aprendizaje más cercano de que es una familia heterosexual enfatizando en roles de hombre y mujer, no puedo evitar hacer la reflexión que esta misma visión de sociedad tiende a validar el machismo y la violencia de género. Adjudicar roles específicos al hombre y a la mujer por su sexo no deja de ser una mirada sexista de la constitución familiar. Sin duda muchos niños que han crecido en familias heterosexuales han aprendido a ser agresores o en permitir ser agredidas por el aprendizaje de lo que es ser hombre o mujer en una sociedad tan inequitativa como lo nuestra. Deseo hacer la aclaración que de esto no se sigue que la familia heterosexual sea nociva para el individuo en formación, sino que la imposición de un modelo familiar en donde hay roles específicos de lo que debe ser una mujer y lo que debe ser un hombre puede abrir paso a una visión machista de la sociedad.

Por otro lado, los argumentos de Rekers carecen de todo sentido pues hay tantas formas de ser padre y madre que ligarlas a una sola forma por la genitalidad no deja ser un absurdo.

Son muchas las teorías que en psicología nos hablan del rol de padre y de madre, mujer y de hombre. Podemos tomar como ejemplo la teoría psicoanalítica que ha sido usada para justificar la necesidad de un padre y una madre en el crecimiento de un infante. Esta teoría dice que la madre cumple la función de ilusionar (en la fusión) y desilusionar (en la separación) al infante frente a su deseo, mientras que el padre sería el garante de la prohibición del acceso a la madre y por ende garantizar el acceso del niño al mundo simbólico, de leyes, de sublimación, en una sola palabra de la neurosis. No es mi intención ahondar en la teoría psicoanalítica en este texto, teoría desde la cual estoy formado, pero si me parece importante anotar que para el psicoanálisis el padre no es “una persona con pene” y madre “una persona con vagina”. Para el psicoanálisis el padre al igual que la madre es una función, función materna que nos habla del deseo, función paterna que nos habla de la prohibición y la identificación. Esto quiere decir que la función materna, si bien la puede hacer la madre biológica, en muchos casos la ejerce un cuidador, un profesional en enfermería o un docente. La función paterna la ejerce necesariamente todo aquello que quita al niño su objeto de deseo, el padre, el trabajo de la madre, una tía, la abuela, el televisor, el mismo trabajo de la madre etc. Con esto no quiero decir que el padre de un niño pueda ser un televisor, pero si indicar que bajo el concepto psicoanalítico es la dualidad inicial y la interrupción de esta por un tercero lo que garantiza el acceso al mundo simbólico y a la sublimación de pulsiones incestuosas. Esta mirada psicoanalítica deja sin argumentos a la necesidad de que exista un hombre y una mujer como padres de un niño para que este se estructure adecuadamente.

En conclusión, la revisión de Bekers no tiene unas conclusiones confiables pues carece de objetividad y posee errores lógicos en sus afirmaciones como he intentado mostrar.

No es igual. Informe sobre el desarrollo infantil en parejas del mismo sexo Fontana Mónica y colaboradores (2005) realizaron un estudio de revisión de 250 estudios titulado “No es igual informe sobre el desarrollo infantil en parejas del mismo sexo.” Publicado por hazteoir.org un portal de difusión religiosa. La revisión es parecida a la hecha por Bekers y llega exactamente a las mismas conclusiones.

En la revisión de los 250 estudios Fontana y colaborados reconocen que “hasta la fecha, no ha habido ni un sólo estudio suficientemente amplio y bien realizado del cual sacar conclusiones,” (Fontana M y Colaboradores, 2005) Puesto que los estudios revisados poseen distintas fallas metodológicas, especialmente en el tamaño de la muestra, lo que a juicio de los autores invalida los resultados. “Teniendo muy presentes las limitaciones de estos estudios, es necesario destacar que muchos de ellos —por no decir todos— muestran datos discordantes con respecto a los grupos de control o a la media poblacional” (Ibíd.)

Pese a que los autores en sus conclusiones abogan por no permitir la adopción por parejas homosexuales reconocen que “no existe un acuerdo entre los distintos investigadores” (Ibíd.) que las fallas en el tamaño de la muestra y en la elección de las mismas impiden sacar conclusiones sobre este fenómeno.

Finalmente, Fontana y colaboradores dicen que “no podemos asegurar en ningún caso la idoneidad de las parejas homosexuales para adoptar niños. Así pues, ante la duda que tal cantidad de bibliografía plantea, nos vemos obligados a abogar en beneficio del menor y solicitar que no se concedan menores en adopción a parejas del mismo sexo.” (Ibíd.)

Podemos concluir de esta revisión de 250 estudios que ninguno de ellos, a juicio de los autores, tiene una metodología que pueda validar las conclusiones a las que llegaron.

Sin embargo, distintos autores han usado las conclusiones de Fontana y colaboradores para validar los estudios que parecen estar en concordancia con sus ideas religiosas. Tal es el caso del artículo de Jokin de Irala y Cristina López del Burgo titulado “Los estudios de adopción en parejas homosexuales: mitos y falacias” (López C y De Irala Jokin, 2006) en donde realiza una revisión de varias revisiones y estudios sobre la problemática que nos concierne (incluidos los estudios de Bekers y de Fonatana y colaboradores). Estas autoras reconocen que las revisiones realizadas tanto por Fontana y colaborados no permiten sacar conclusiones por sus fallas metodológicas y sin embargo rescatan de los estudios contra la adopción homosexual sus conclusiones (que previamente habían invalidado por su falta de rigor metodológico). Situación bastante incompresible en el texto de estas autoras porque si las revisiones realizadas por ellas y por Fontana y colaboradores concluyen que no hay consenso en las investigaciones y que no pueden sacarse conclusiones por errores metodológicos, no puede luego tomarse únicamente las conclusiones en contra de la adopción para presentarlas cómo válidas.

Otro error que parece cometer Bekers, Fontana y colaboradores y López y De Iraka es concluir que cómo no hay consenso ni conclusiones validas en los estudios que se han llevado a cabo hasta la fecha se aconseja no permitir la adopción por parejas del mismo sexo “A juzgar por los datos encontrados en la literatura científica, no parece prudente aventurarse en el terreno de la adopción de niños y niñas por parejas del mismo sexo cuando existen muchas listas de espera de parejas heterosexuales idóneas para la adopción.” (López C y De Irala Jokin, 2006) siendo que la conclusión más valida es aconsejar al estado llevar a cabo estudios validos metodológicamente (con una muestra más amplia y mejorando la selección de la muestra) que permitan llegar a conclusiones más acertadas sobre si afecta o no, positiva o negativamente, a los niños ser adoptados por parejas homosexuales.

Investigaciones a favor de la adopción homosexual

Experiencia vital, perfil psicológico y orientación sexual de jóvenes adultos con madres lesbianas o padres gays. Tesis Doctoral. Universidad de Sevilla

Francisca López en su tesis doctoral titulada “Experiencia vital, perfil psicológico y orientación sexual de jóvenes adultos con madres lesbianas o padres gays” de la universidad de Sevilla entrevistó a 30 jóvenes que habían crecido en una familia constituida por madres abiertamente lesbianas o padres abiertamente gays. El rango de edad de los jóvenes entrevistados oscilaba entre 18 y 36 años, siendo la media 24 años. (López F, 2014)

Francisca ordena sus resultados en tres ejes:

a) La toma de consciencia de la homosexualidad de sus padres-

Para la autora existen tres vías distintas en las cuales los niños se dan cuenta dela homosexualidad de sus padres; 1) En el trascurrir del día a día y de forma paulatina 2) Mediante una conversación que tuvieron con sus padres o madres donde ellos o ellas se lo explicaron y 3)por el propio descubrimiento de la situación.

Frente a las reacciones emocionales ante la toma de consciencia de la homosexualidad de sus padres, las emociones más positivas se presentaron entre quienes se dieron cuenta de forma paulatina y en el transcurrir del día a día de la homosexualidad de sus padres, igualmente en aquellos hijos que a la par de constatar la homosexualidad de sus padres constataron que eran felices en dicha relación, o en aquellos que crecen en un ambiente progresista y abierto. Las emociones negativas se dieron entre quienes descubrieron por sí mismos la homosexualidad de sus padres o madres, especialmente si se encontraban en la adolescencia, entre quienes eran más conscientes de los prejuicios homófobos de la sociedad y entre quienes ven la relación sentimental homosexual de sus padres cómo una pérdida de exclusividad en la relación que tenía padre (o madre) -hijo. (Ibíd.).

Igualmente la autora concluye que en la mayoría de familias entrevistadas se ha vivido un proceso de normalización de la orientación sexual de los padres, dónde los hijos que han sentido emociones negativas frente a esta situación han ido aceptando la situación, normalizándola y finalmente eliminado estas emociones negativas.

Francisca igualmente informa que las emociones más negativas se encontraron en aquellos jóvenes que temían de los prejuicios homófobos de la sociedad, el rechazo de esta y en aquellos niños y jóvenes adoptados por parejas homosexuales que no contaron con un debido proceso de información y preparación para articularse a una familia homoparental. En este punto la autora sugiere que las parejas del mismo sexo hablen desde pequeños con sus hijos y les expliquen la situación. Esto a toda luz es mejor que lo descubran por si mismos ya en la adolescencia.

Por otro lado la autora se refiere a las emociones negativas despertadas por una sensación de pérdida de exclusividad en la relación que tenía padre o madre con el hijo o hija o en la perdida de la unión familiar (cuando son nuevas uniones). Ella dice que estas emociones negativas despertadas y encontradas en la investigación nada tienen que ver con la orientación sexual de los padres sino con la elaboración del duelo ante la posibilidad de que papá y mamá vuelvan a estar juntos.

Igualmente dice López que es muy importante preparar a los niños y niñas que van a ser adoptados en la integración de diversidad de familias, incluidas aquellas de constitución homosexual. (Ibíd.) b) Apertura individual y familiar

“En cuanto al grado de apertura con que sus familias se mostraban ante la sociedad, los jóvenes adultos entrevistados indicaron que inicialmente adoptaron patrones distintos, desde la armarización absoluta (petición de guardar secreto, mentir acerca de la relación que ligaba a la pareja) hasta la apertura total en todos los contextos, pasando por niveles intermedios de apertura selectiva.” (Ibíd.) En este aspecto dice López, es importante hablar claramente a los hijos sobre la homosexualidad y poder disminuir así prejuicios homofóbicos.

c) Orientación sexual

Respecto a la orientación de los 30 jóvenes participantes se encontraron los siguientes resultados: 26 jóvenes se declaran heterosexuales, 3 jóvenes homosexuales y una joven bisexual. Es decir que el 1.2% de la población entrevistada se declaraba no heterosexual. La idea sería comparar este porcentaje con la media nacional y mundial para concluir si familias homosexuales inciden en la orientación sexual de sus hijos. Desafortunadamente los censos sobre población homosexual son muy cuestionados. “El estudio demográfico con el objetivo de identificar las proporciones de las diferentes orientaciones sexuales es complicado. Las mayores discusiones se plantean en el proceso de recolección de datos (selección de la muestra, método de estudio) y en la metodología del proceso. En relación a la complejidad del acceso a las fuentes de datos, hay complicaciones para que las personas contesten de forma honesta dado que se trata de preguntas comprometedoras para muchas personas. Respecto a la dificultad metodológica, tanto la conceptualización y la creación de indicadores que puedan ser medidos en los estudios de sexualidad como el diseño muestral utilizado pueden ser complicados, puesto que puede que los sujetos en estudio no compartan una interpretación y que no todas las personas puedan ser estudiadas.” Existen estudios que van desde considerar que la media de personas no heterosexuales es del 1% hasta estudios que consideran un 16%. Esto quiere decir, que incluso podría inclinarse a pensar que familias homosexuales no tienen influencia en la orientación sexual de sus hijos o que si existe una fuerte influencia hacía la heterosexualidad (y no la homosexualidad como suele considerarse).

Sin embargo cómo ya lo anticipaba Mónica Fontana, la muestra es de tamaño insignificante para poder concluir si hay o no influencia en la orientación sexual de los hijos.

Síntesis

1) No existen estudios científicos (ni aquellos citados por grupos religiosos) que demuestren posibles consecuencias negativas en los niños o niñas adoptados por parejas homosexuales. Los estudios que abogan por su prohibición se limitan a argumentar que no hay estudios metodológicamente validos que demuestren que no hay daño en estos niños y que por ello se debe evitar la adopción homoparental.
2) La mayoría de estudios en contra de la adopción homoparental argumentan que podría ser posible un mayor riesgo de sufrir abuso sexual, desórdenes mentales, depresión y otros factores estresantes en los niños adoptados por parejas homosexuales que en los niños que fueron adoptados por parejas homosexuales. Sin embargo cómo bien lo reconocen los académicos en contra de la adopción igualitaria, son estudios metodológicamente inválidos y con muestras insignificantes. Igualmente estos estudios no relacionan directamente la orientación sexual de los padres con estos factores de riesgo sino que relacionan factores de riesgo con unos hábitos de vida que suponen son estadísticamente más presentes en la población homosexual que en la heterosexual, por ejemplo la promiscuidad o el consumo de drogas.
3) La mayoría de estudios en contra de la adopción igualitaria son financiados, coordinados y publicados por organizaciones religiosas.
4) Existe consenso entre las instituciones expertas en el tema. Las instituciones científicas apoyan la adopción igualitaria.
5) Tanto las investigaciones consultadas a favor y en contra de la adopción igualitaria reconocen en que un factor perjudicial para los niños adoptados por parejas del mismo sexo es la mofa, rechazo o matoneo de la sociedad por tener padres homosexuales.
6) La mayoría de estudios realizados sobre el tema cuentan con una muestra no representativa

Conclusiones y recomendaciones.

Podría abstraer dos posibles riesgos en la adopción homoparental identificados por la literatura.

a) La propensión estadística a factores de riesgo ligados a la orientación sexual de tipo homosexual

Por un lado, cómo hemos visto, algunos autores asocian la homosexualidad con un “estilo de vida” más promiscuo, con mayor consumo de drogas, mayores desórdenes mentales, relaciones sentimentales más cortas y mayor presencia de infecciones de trasmisión sexual. Sin embargo los estudios que avalan dicha tendencia estadística son muy cuestionables pues los censos de la población homosexual, no sólo en Colombia sino en el mundo, son muy erráticos y fluctuantes. Algunos estudios por ejemplo apuntan a un 1% y otros hasta un 16% de población no heterosexual. Es preciso reconocer hoy en día que desconocemos la magnitud de la población homosexual. Esto cuestiona seriamente la posibilidad de ligar estadísticamente unos factores a una orientación sexual.

Por otro lado los estudios estadísticos que asocian la promiscuidad o el consumo de drogas con la población homosexual son mayoritariamente estudios de otros países. El traslado de estos resultados a la población Colombiana posee varios problemas metodológicos.

En Colombia son pocos los datos que se cuentan sobre el número de colombianos no heterosexuales. Encontramos que según cifras de la comunidad LGTBI para el 2008 en Bogotá existía un total de 650 mil personas pertenecientes a dicha comunidad (Para ese año Bogotá contaba con una población de alrededor de 8’630.000 habitantes). Esto nos da en promedio en el que el 7,5 % de la población bogotana pertenece a la comunidad LGTBI. Sin embargo es importante aclarar que este cálculo a la ligera que he realizado no es bajo ningún sentido exacto y fue realizado con las pocas cifras que se cuenta sobre esta población.

Bajo mi concepto el Estado Colombiano tendría la siguiente ruta para poder conocer si ser adoptado por una pareja homosexual puede ocasionar alguna desventaja frente a los niños adoptados por parejas heterosexuales; podría implementar acciones orientadas para conocer el número de personas no heterosexuales en Colombia (preguntando en el censo sobre orientación sexual, implementando siempre medidas para evitar que este dato pueda convertirse en una forma de discriminación) y así poder llevar a cabo estudios que permitan correlacionar la orientación sexual con una posible propensión hacía estilos de vida poco adecuados para el crecimiento de un infante, cómo por ejemplo el consumo de drogas, la inestabilidad en una relación de pareja, la promiscuidad, la violencia intrafamiliar, la poca responsabilidad con los hijos, el abuso sexual infantil y demás riesgos.

Podrían darse dos escenarios; que no haya correlación alguna o que exista efectivamente una correlación entre estos factores de riesgo y la orientación sexual. En dado caso que la correlación sea positiva y sea con la orientación sexual homosexual, pienso que el estado tendría dos rutas de acción; o prohíbe la adopción igualitaria basado en este concepto estadístico o genera la implementación de filtros que aseguren la eliminación de estos riesgos en una pareja homosexual. Este último punto quiere decir que sí se evidencia que la población homosexual en general tiene estadísticamente mayores propensiones a factores de riesgo (cosa que no se ha comprobado), debería irse al detalle y evidenciar si en específico no existen subgrupos de la población homosexual en donde no se presenten estos riesgos cómo por ejemplo; homosexuales con estudios superiores, parejas cuya edad supere los 25 años, parejas que lleven más de cierto número de años en convivencia, parejas con una solvencia económica que aseguren una adecuada capacidad para sostener un hijo, personas homosexuales que tienen un trabajo estable, sin antecedentes penales, etc.

Por otro lado deseo plantear la siguiente reflexión; tomando el escenario en el cual la correlación es positiva, cómo sociedad deberíamos preguntarnos si la prohibición es el mejor camino o es continuar una línea de acción frente a la homosexualidad que precisamente ha llevado a esta población a dichas posibles propensiones. Esto quiere decir que si prohibimos la adopción homosexual seguiríamos manteniendo y empujando a la comunidad homosexual a la marginalidad, a la no legalidad a la hora de criar un niño. Sabemos que históricamente la población homosexual en casi todas las partes del mundo ha sido marginada, excluida y perseguida. Esta situación ha llevado a algunos homosexuales a vivir en la marginalidad, emplearse en la prostitución, acceder fácilmente al mundo del delito, del consumo de drogas, y demás factores que se esperan cuando una sociedad es marginal. Si por el contrario la sociedad se inclina hacia la integración (y no hacía la segregación) viendo al homosexual no cómo el que trabaja en la prostitución o el que tiene VIH, sino cómo un ciudadano con los derechos que tal estatus le adjudica, podría disminuirse la propensión a dichos factores de riesgo. Si continuamos con leyes que los ponen en clara desventaja frente a la población heterosexual, los seguiremos condenando a un mundo marginal de prostitución, infecciones de trasmisión sexual, drogas y delincuencia. En caso de amparar sus derechos con leyes a favor de la adopción igualitaria, sin duda estaremos dando un paso hacia la integración de esta comunidad, disminuyendo los posibles (y deseo subrayar la palabra posibles pues hasta el día de hoy no se ha comprobado nada) factores de riesgo, estaremos dando un paso hacía la regulación de proceso de adopción que hoy en día no cuentan con el debido apoyo psicológico, legal y social que merecen del Estado. Siempre debe entenderse que con o sin leyes que permitan la adopción homosexual, familias homoparentales seguirán existiendo, solo que sin una ley que las ampare y regule, estos niños seguirán creciendo en la clandestinidad, marginalidad y segregados del derecho que todo niño tiene de tener una familia. Recordemos entonces que el derecho que prima es el derecho del niño, por lo consiguiente o condenamos a estos niños que hoy en día crecen en familias homoparentales a la marginalidad o les ofrecemos una sociedad en donde tener una familia heteroparental u homoparental no implica ningún factor de riesgo sino la oportunidad de crecer en una familia idónea. Sobra decir que permitir la adopción igualitaria descongestionaría las largas filas que hacen estos niños ofreciéndoles un mayor número de familias idóneas dispuestas a adoptarlos.

b) Las afectaciones emocionales producto de una sociedad homofóbica.

El segundo factores de riesgo, y en el que coinciden tanto estudios pro y contra la adopción igualitaria, son las posibles afectaciones emocionales que puedan tener estos niños al ser adoptados por una familia homosexual en una sociedad con claras posturas homofóbicas. Sin embargo y cómo ya lo he expresado la solución no podría ser prohibir el derecho de los homosexuales a adoptar apoyando posturas homofóbicas, pues esto sería combatir el fuego con más fuego. La solución es clara; se deben implementar proyectos urgentes y de cobertura nacional para combatir con educación los prejuicios homofóbicos. Sin duda los lineamientos que da el Ministerio de Educación sobre la educación sexual en las escuelas de nuestro país apoyan la diversidad frente la orientación e identificación sexual pero parece que no ha sido suficiente. El Estado debe comprometerse aún más contra la lucha de toda forma de discriminación, de género, de orientación sexual por raza o creencia religiosa, condición socioeconómica etc. Sin duda las personas en contra de la adopción igualitaria podrían argumentar que mientras estos cambios educativos se dan pueden pasar muchos años, incluso décadas y mientras tanto nuestros niños estarán condenados a los daños emocionales que la mofa y el rechazo causan. Yo contestaría que no existe otro camino, pues prohibir la adopción homosexual únicamente generaría más homofobia que afectaría de peor forma a nuestros niños que hoy en día pertenecen a una familia homoparental. Está en el Estado y especialmente en su ministerio de educación las herramientas para que estas campañas educativas antihomofobia sean eficaces a corto plazo. Son los docentes quienes tienen la obligación de educar desde la escuela generando respeto hacía lo diferente. Son los mecanismos de detección de matoneo escolar los que deben fortalecerse (y tomarse más seriamente) para que la escuela disminuya estos posibles daños emocionales producto del rechazo a la homosexualidad. Se quiera o no, se legisle a favor o en contra, la homosexualidad seguirá existiendo al igual que las familias homoparentales.

En su tesis doctoral Francisca López (2014) no da diversas herramientas para disminuir este daño emocional:

1) Es importante preparar a los niños y niñas en proceso de adopción en capacidades de integración hacía una diversidad de familias
2) Es importante que sean los padres quienes hablen con sus hijos sobre su orientación homosexual, hablando en términos incluyentes que ellos puedan entender.
3) Ojalá estas charlas padres-hijos se den desde tempranas edades y no esperar a la adolescencia.

Por ultimo recomiendo al Estado Colombiano poder financiar investigaciones que puedan contar con muestras metodológicamente representativas tanto en la forma en que fueron seleccionados (sin sesgos) y de tamaño adecuado, que cuenten con factores de medición diversos y confiables, ojala de planteamiento longitudinal con un seguimiento a la población de varios años que pueda propiciarnos un conocimiento más adecuado sobre esta realidad que hoy en día vivimos cómo lo es la diversidad de hacer familia.

Bibliografía

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Fontana Mónica y colaboradores. (2005). No es igual informe sobre el desarrollo infantil en parejas del mismo sexo. Hazteoir.org. Disponible en http://www.hazteoir.org/sites/default/files/upload/No%20es%20lo%20mismo%2 0traducci%C3%B3n%20franc%C3%A9s.pdf

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Rekers George. (2005). Review Of Research On Homosexual Parenting, Adoption, And Foster Parenting . University of South Carolina School of Medicine

[1] Tomado del tiempo.com Disponible en http://www.eltiempo.com/mundo/latinoamerica/adopcionhomoparental-paises-en-el-mundo-que-permiten-la-adopcion/15268775

Ende der Leseprobe aus 23 Seiten

Details

Titel
La adopción por parejas homosexuales. ¿Qué tiene que decir la psicología al respecto?
Autor
Jahr
2018
Seiten
23
Katalognummer
V430755
ISBN (eBook)
9783668738287
ISBN (Buch)
9783668738294
Dateigröße
516 KB
Sprache
Spanisch
Schlagworte
Adopción igualitaria, Adopción homoparental, matrimonio igualitario, homofobia
Arbeit zitieren
Camilo Eduardo Arenas Mozo (Autor:in), 2018, La adopción por parejas homosexuales. ¿Qué tiene que decir la psicología al respecto?, München, GRIN Verlag, https://www.grin.com/document/430755

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