La universidad del siglo XXI y la calidad: ¿Hacia dónde debemos avanzar?


Ensayo, 2018

8 Páginas


Extracto


Resumen

La universidad moderna cuenta con variados elementos que han paulatinamente mejorado, los cuáles aún no logran su plenitud y se encuentran en la palestra de las discusiones sobre los avances que se deben realizar en educación superior. Este trabajo empieza con una visión general de estos factores basados en la calidad, para luego tratarlos con mayor detalle y explicar hacia dónde se deben dirigir. También se mencionan los agentes relevantes y su rol en el proceso. Finalmente, se explica a modo de resumen, la importancia en la mejora del sistema enfatizando en los agentes involucrados, la colaboración y el los avances que se esperan en los próximos años.

Palabras claves: Educación superior, instituciones, sistema, calidad, avances, elementos.

Introducción

El proceso de concertar una universidad de calidad según los diversos elementos dentro del sistema de educación superior (ES) es una labor amplia y compleja de distintos factores, que provienen de un extenso y arduo camino (Chuaqui, 2002) que nos ha llevado al modelo del siglo XXI. En el momento actual, la factibilidad de establecer relaciones concretas, estudiar resultados e implementar nuevas teorías en la práctica, será vital para lograr perfeccionar las universidades en los muchos aspectos que esto refiere.

La universidad de calidad del presente siglo debe encaminarse a ser una instancia multidisciplinaria, inclusiva y equitativa, donde no importen brechas socioeconómicas u opiniones diversas. Debe ser un lugar donde reine la paz intelectual, el aprendizaje y conocimiento, instrumentos que serán parte del círculo virtuoso que permitirá desarrollar más aún el actual sistema (Torres, 2016).

Entre los elementos concretos que destacan en el avance del funcionamiento de las universidades, se encuentran el financiamiento y aseguramiento de la calidad -vinculado con el Estado, la legislación y enmarcado en el accountability1 -, docencia de excelencia, ampliación del espectro informativo y por últ imo las instancias de debate que permitan una retroalimentación constante, los que como veremos, conjuntamente serán la clave de hacia donde debemos llevar el sistema.

Direccionando la universidad hacia su apogeo moderno

Basado en una definición de calidad congruente con el contexto abordado, podrá establecerse el marco legislativo e institucional que direccione todo el proceso de avances, En este caso, según Backhouse et al, calidad es:

"el valor que determinado o determinados actores asignan a ciertas características de una entidad dada, a través de la aplicación de un conjunto de criterios preestablecidos" (Backhouse et al, 2007).

Por lo tanto, esta estructura debe ser fundamentada en la valoración de la calidad de los distintos entes que involucra el sistema, donde la ley establezca los principios necesarios para este fin (Acencio, Valiente, Triviño y Gutiérrez, 2017).

Asimismo, corresponde estructurar los aspectos que permitirán sostenerla y evaluarla, lo que actualmente realizan varias comisiones y órganos en muchos países. Sin embargo, no todos ellos tienen estas instituciones ni siguen estándares internacionales (López Segrera, 2016), por lo cual debe lograrse un marco de referencia que estipule el sistema de mejoramiento y aseguramiento de calidad universalmente, el que siendo adoptado será particular en cada país, debido a las diferencias culturales y legislativas (González y Espinoza, 2008).

Dentro del aseguramiento en la calidad deberán encontrarse inequívocamente los siguientes determinantes (Fernández Lamarra, 2005):

Consenso: es decir, expresan su opinión todos los agentes de interés del sistema.

Transparencia: respecto a las decisiones de las autoridades.

Eficacia, autonomía e imparcialidad del sistema: con base en estructurarlo sólidamente.

Completitud: en el sentido de ser un sistema que abarque la realidad de la ES.

Por otro lado, corresponde lograr un financiamiento amplio de la educación terciaria, para que los estudiantes progresen en sus carreras sin tener que realizar actividades extra que disminuyan su desempeño académico o los incentive a ser desertores (Munizaga, Cifuentes y Beltrán, 2018).

Otro elemento prioritario para un avance concreto es la docencia, dado que es parte del corazón del sistema educativo, por ende, debe mejorarse constantemente (Rodríguez, de León y Galarza, 2015). Asimismo, progresar en docencia de excelencia requiere bregar en 3 competencias: genéricas, que son características personales, actitudinales y comunicativas; pedagógicas, que refieren a estrategias de enseñanza-aprendizaje y de planificación-gestión, y, por último, disciplinares, que incluyen mínimos conocimientos, habilidades y actitudes del profesor en su campo disciplinar (Jerez, Orsini y Hasbún, 2016).

Se espera que los profesores se equilibren entre estas tres funciones y que ello sea medido por el sistema educativo (sus propios alumnos, por ejemplo).

Desde otra perspectiva, se aborda el papel de las universidades, ya que también tienen un grado de responsabilización en los avances estrictamente relacionado con su rendición de cuentas frente al Gobierno y a la autocrítica sobre qué tan responsable son en el marco referido, lo que es la esencia del proceso de accountability antes mencionado (De la Vega, 2015). Por lo cual, sería idóneo que se progrese en la adopción de este sistema transversalmente para proveer la mayor cantidad de información oportuna y fidedigna, con antelación a los diversos procesos de selección, entre otros (Rock y Rojas, 2012).

Cabe destacar la formulación de un sistema de acceso sin segregaciones y equitativo, que mida además de la teoría otras habilidades, para progresar en la valoración de la “vocación” del estudiante. Lo que se podría construir con variados sistemas de medición dependiendo de la carrera, como suceden en algunos países de la OCDE (Pinkney et al, 2015).

Por último, es sabido existen diversos ránkings que “miden” a las universidades, pero con distintas ponderaciones y variables, por ende, puede resultar engañoso basarse en estas calificaciones para direccionar lo que debe tener una universidad de calidad a futuro (Safón, 2013). Sí pueden ser útiles a la luz de investigar factores que tenga una institución en particular sobre las otras, de modo que se analice el porqué de ello y si ese elemento es necesario y así extraer conclusiones valiosas para el sistema (Reyes, 2016).

Esto, debería conllevar la proliferación de debates con temática de ES, que planteen nuevas teorías y metodologías basadas en la calidad, y que, con el consenso de las autoridades hacedoras de política, instituciones educativas y agentes de interés, sean analizadas y se estime su aplicación.

Conclusión

Como se puede notar, el avance de las universidades debe basarse en la calidad de los múltiples elementos que abarca, los cuales no son de aplicaciones rápidas ni superficiales, deben establecerse concienzudamente y esperar transformaciones a largo plazo que además logren una tendencia a nivel internacional de las mejores prácticas.

Resalta en este trabajo la relevancia de los avances en docencia, accountability, acreditación y evaluación de la calidad, además de un sistema de acceso justo y equitativo, los que idealmente han de prosperar conjuntamente, en especial en un mundo tan globalizado y conectado como el nuestro, donde el traspaso informativo es veloz, por lo que se requiere transparencia y eficiencia en la aplicación de las mejoras.

Finalmente, se colige la importancia de los actores relevantes dentro de los avances a futuro que se deben realizar, tales como la autoridad hacedora de política, las instituciones de educación superior, estudiantes y agentes de interés que colaboren en la puesta en práctica de este vasto sistema, el que se espera prospere con el esfuerzo de todos y con una metodología conjunta, que establezca estándares y marcos de referencia internacionales para guiar a cada sistema de ES a los avances que tanto se anhelan en nuestro sig lo. De modo, que afecten directamente la realidad de los países y crezcan con fundamentos en la calidad de su educación superior.

Referencias

Acencio, L., Valiente, P., Triviño, S., & Gutiérrez, Manuel. (2017). Los fines de la educación latinoamericana y caribeña en los albores del siglo XXI: un estudio desde las leyes nacionales de educación. Transformación, 13(2), 154-166. [Enlace]

Backhouse, R; Grünewald, I.; Letelier, M., et al. (2007) Un modelo de sistema institucional de aseguramiento de la calidad. En Ayarza, H., Cortadillas, J., González, et al. (eds.) Acreditación y dirección estratégica para la calidad. Santiago de Chile: CINDA.

Chuaqui J., Benedicto. (2002). Acerca de la historia de las universidades. Revista chilena de pediatría, 73(6), 583-585. [Enlace]

De la Vega, Luis Felipe. (2015). Accountabilty y Mejoramiento Educativo: análisis de experiencias internacionales. E&R, 40(1), 275-298. [Enlace]

Férnandez Lamarra, Norberto (2015). La evaluación y la acreditación de la educación superior en América Latina y el Caribe. IESALC, UNESCO. [Enlace]

Gonzalez, L. & Espinoza, O. (2008) “Calidad de la Educación Superior: Conceptos y Modelos". [Enlace]

Jerez Yáñez, Óscar, Orsini Sánchez, César, & Hasbún Held, Beatriz. (2016). Atributos de una docencia de calidad en la educación superior: una revisión sistemática. Estudios pedagógicos (Valdivia), 42(3), 483-506. [Enlace]

López Segrera, Francisco (2016). Educación Superior Comparada: Tendencias Mundiales y de América Latina y Caribe. Evaluación (Campinas) vol.21 no.1, marzo. [Enlace]

Munizaga, F.R., Cifuentes, M.B. & Beltrán, A.J. (2018). Retención y abandono estudiantil en la educación superior Universitaria en América latina y el Caribe: Una revisión sistemática. EPA, 26, art. no. 61. [Enlace]

Pinkney Pastrana, Jill, Beatriz Fernández, M, Salinas, Iván, Gutierrez Zepeda, Paulina A, & Nuñez, Carmen Gloria. (2015). Desafíos de equidad en la educación chilena. Psicoperspectivas, 14(3), 1-4. Recuperado en 12 de noviembre de 2018, de [Enlace]

Reyes, Claudia. (2016). Medición de la calidad universitaria en Chile: la influencia de los rankings. Calidad en la educación, (44), 158-196. [Enlace]

Rock, Juan Antonio, & Rojas, Claudio. (2012). Cambios en el sistema Universitario chileno: reflexiones sobre su evolución y una propuesta de gobernanza. Calidad en la educación, (37), 163- 188. [Enlace]

Rodríguez, Dianni, de León, Lourdes, & Galarza, Judith. (2015). Los retos actuales de las instituciones de educación superior en el área de la gestión. Revista Universidad y Sociedad, 7(2), 52-55. [Enlace]

Safón. V. (2013). ¿Existe el ranking ideal? pag. 71-86. en Jordà, V. C., Michavila, F., & Ripollés, M. (Eds.). Los rankings universitarios, mitos y realidades. Editorial Tecnos. [Enlace]

Torres Rojas, Emilio. (2016). Gobierno universitario en entornos de debate social en Chile: Observaciones desde la Teoria de sistemas. Polis (Santiago), 15(43), 655-680. [Enlace]

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1 Más adelante este término será abordado con claridad.

Final del extracto de 8 páginas

Detalles

Título
La universidad del siglo XXI y la calidad: ¿Hacia dónde debemos avanzar?
Universidad
University of Chile
Autor
Año
2018
Páginas
8
No. de catálogo
V496190
ISBN (Ebook)
9783346007643
Idioma
Español
Palabras clave
Educación superior, instituciones, sistema, calidad, avances, elementos
Citar trabajo
Matías Emile (Autor), 2018, La universidad del siglo XXI y la calidad: ¿Hacia dónde debemos avanzar?, Múnich, GRIN Verlag, https://www.grin.com/document/496190

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