Extracto
Índice
1 Introducción
1.1 Planteamiento del trabajo
2. El motivo de la muerte en la literatura
2.1 La muerte relacionada con la biografía de María Luisa Bombal
2.2 La última niebla: «El sentimiento trágico de la vida»
3. El aspecto mortal en el mundo interior de la protagonista
3.1 La mortalidad como realidad física
3.2 La mortalidad como realidad psíquica
3.3 La tensión entre la pulsión de la muerte y la pulsión de la vida
4. La sociedad en contraste con la vida de las protagonistas
4.1 Vivir la vida de una mujer adultera
4.2 Vivir en la marginalidad como mujer arquetipo
4.3 Encontrarse a sí misma a la vista de la muerte en el intento de suicidio
5. Conclusión
Bibliografía:
1 Introducción
La obra narrativa de María Luisa Bombal marca un antes y un después en la literatura chilena del siglo XX a pesar de haber sido breve y no muy reconocida. Uno de los principales críticos de la época, Amado Alonso, decía “el arte de Bombal queda extraño al de sus compatriotas”. Los novelistas chilenos de su generación seguían una concepción naturalista y regionalista de la narración1, en cambio la escritura bombalina estaba marcando el inicio de un nuevo periodo literario, el del realismo mágico, o como ella explica, “el de dar énfasis y primera importancia no a la mera narrativa de hechos sino a la íntima, secreta historia de las inquietudes y motivos que los provocaran ser o les impidieran ser”2. La autora chilena que conoce en París el mundo artístico y cultural de vanguardia, se acerca al surrealismo y al mundo del subconsciente de una mente femenina en un mundo masculino. La narración es objetiva en su estilo, desprovista de comentarios y de elementos explicativos3.
La novela poseía un argumento y una estructura inusual para el Chile de aquella época. Una mujer se casa con su primo viudo. Su primo quiere que su nueva mujer se parezca en todo a la fallecida, a la que considera perfecta. La infelicidad de su matrimonio y el ansia de ser amada provocan que una noche sueñe con que encuentra un amante ideal. La contradicción entre el placer que consigue en el sueño y la realidad provocan la confusión entre el plano de la vigilia y el del sueño. En una confusa búsqueda de este amante ideal choca contra la razón de su mente y, al mismo tiempo, contra la sociedad. Finalmente, inicia un camino de superación de su propio engaño en donde se mezcla cada vez más la sensación de la muerte en la vida.
1.1 Planteamiento del trabajo
El propósito del presente trabajo es ofrecer un análisis del motivo de la muerte en esta novela, que no consiste, solamente, en compararla mostrando cómo se trata el asunto en la literatura, la historia o en la vida real, sino, también, entender la importancia de la muerte para la autora chilena, la cual tuvo que separarse de muchos de sus seres queridos y a pesar de eso intentó recuperarse como mujer y como autora. Bombal, a través de la protagonista de La última niebla, lleva su relación con la muerte a un primer plano, tejiendo así todo el mundo interior de la protagonista.
Se recurrirá, en el presente trabajo, a presentar pasajes del texto con los que ilustrar el sentido y la intensidad de su confrontación con la muerte. Se adoptará un punto de vista psicoanalítico tanto freudiano como gustaviano para explicar, por un lado, las dimensiones de la muerte en la vida, y por el otro, la tragedia sufrida por una mujer insatisfecha sexualmente. Con este objetivo, es de suma importancia observar los vaivenes de la protagonista cuya existencia se mueve entre el rechazo y la experimentación de la vida.
2. El motivo de la muerte en la literatura
La muerte, como característica inherente a la vida y, por otro lado, contrapuesta, ha sido desde siempre un asunto omnipresente en la vida del ser humano, en distintas civilizaciones, sociedades y épocas. Según el espíritu de la época cambia el acercamiento al asunto y cambian las formas de enfrentarse (o no) con la ausencia de la vida. El tratamiento dado parte desde la celebración del fallecimiento4 hasta la negacióndel pensamiento sobre la presencia de la muerte5, existiendo una diferencia inmensa entre la visión que de la muerte tiene el hombre tradicional espiritual y la que tiene el hombre moderno científico, aunque un aspecto central en el que ambos participarán es el hecho de que toda experiencia sobre la muerte, y especialmente la propia, se basa en suposiciones y emociones como el miedo, la tristeza y el odio. Todo esto la hace tan real como la propia vida ya que domina algunos de los sentimientos que tenemos a diario6.
Por un lado, hay una búsqueda racional que nos planteamos a través de preguntas como: ¿qué causa la existencia de la muerte? ¿qué trae como experiencia al ser humano? ¿cómo influye en su comportamiento y en sus actos? ¿de qué manera la integra en su vida cotidiana?7. Por otro lado, las experiencias que sufrimos como una muerte por una larga y penosa enfermedad o el impacto de un adiós súbito, o la visión del primer difunto en nuestra vida, hacen que surja en nosotros naturalezas diferentes a la racional: fantasmas de las ausencias presentes, pulsiones de acortar nuestra vida o de infligirse dolor, sueño de inmortalidad, o depresiones surgidas tras una pérdida.
En cuanto al mundo literario, a la muerte se la encuentra en motivos relacionados con el paso de un umbral o el cambio por culpa de una crisis, lo cual transforma a la muerte en un momento para la transgresión, o con otras palabras, en una oportunidad para un cambio existencial. El proceso de la propia muerte puede causar un momento de vivacidad sin par, a medio camino entre la estetización, por un lado, y, por otro lado, la vinculación con la enfermedad. Más específicamente, destacan como aspectos literarios la descripción de la corporalidad del ser humano, la sensación que causa el sufrimiento, y el lugar de la muerte8.
2.1 La muerte relacionada con la biografía de María Luisa Bombal
La lectura de la biografía de María Luisa Bombal se asemeja a la de una novela. Agosín habla en su trabajo, del mismo nombre, sobre “una biografía de una mujer novelada”. No es de extrañar que hasta sus amigos y parientes no sepan distinguir cuáles asuntos y sucesos sobre Bombal son de verdad y cuáles son inventados. Si difícil es distinguir la realidad de la ilusión en su novela La última niebla, igual de complicado lo parece en su propia vida9. Tanto es así que, también, Guerra-Cunningham acentúa que el conocimiento sobre la vida de la autora da indicaciones para la interpretación de su obra. Cuando Agosín pregunta a Bombal, en una entrevista durante los años 80, qué aspectos han influido más en su obra, ella asegura que los acontecimientos que han significado cambios bruscos y radicales, ya fueran tristes o afortunados, en su vida han influenciado su pensamiento y obra10.
Desde el principio, ya en su niñez, cuando María Luisa cumple los nueve años, sufre un fuerte golpe del destino al perder a su padre, a quien adoraba mucho. “Por eso es que en mis maridos buscaba a mi padre”11, dice la autora en otra entrevista. La falta de la figura paterna-protectora le causó la necesidadde buscar al hombre ideal12, a quien la protagonista anónima de La última niebla solamente encuentra en sus sueños y tampoco le deparará un final feliz. Más tarde, una y otra vez sufre por su vida amorosa, es más, las separaciones marcarán su camino. Tanto separaciones de sus amantes y novios, como de su patria chilena, Francia, Estados Unidos y Argentina13. Tras la muerte de su padre, viaja a París, acabando sus estudios en la Universidad de La Sorbona y volviendo a Chile en 1931 con 21 años. Se puede considerar a la intensa aventura amorosa con Eulogio Sánchez Errázuriz, descendiente de dos presidentes de Chile y rico hombre de negocios, como la relación más apasionada que tuvo, pero al mismo tiempo la más insana para su salud mental y emocional. Este encuentro acabará con esa joven encantadora y su inocencia juvenil de modo que intenta suicidarse14 con un revólver de Eulogio sin conseguirlo.
En 1933 su amigo Pablo Neruda se la lleva a Buenos Aires donde ejercía como cónsul.
En esta ciudad participa del movimiento intelectual de la época. En 1935 inició su carrera literaria, publicando La última niebla. En este mismo año se casa con el pintor homosexual Jorge Larco. Había voces que opinaban de que la chilena se casó por conveniencia o quizás por una obstinación por despecho y como consuelo de su fallidoamor por Eulegio15. Aunque Bombal se considera excéntrica y segura de sí misma, no aguantó más de dos años esta relación.
Años más tarde aún guarda un negro rencor hacia Eulogio, motivo por el cual intenta matarlo a tiros, hiriéndolo en un brazo. A su ex-amante le sorprende sobremanera este acto violento después de ocho años sin saber nada de ella. Visto que su desilusión amorosa originó un comportamiento tan irreflexivo y una violencia tan desproporcionada decide marcharse más lejos, a los Estados Unidos.
Quizás sea que esta mujer desdichada ya ha perdido la fe en el amor apasionado o sea que ha madurado, lo cierto es que ahora se preocupa más por la seguridad que un hombre pueda ofrecerle. Con la vista puesta en la estabilidad social, Bombal, con 34 años, se casa con Raphaël de Saint Phalle y Chabannes, un conde francés y banquero de Wallstreet, 25 años mayor que ella. Aunque, en la entrevista con Galvéz Lira, María Luisa dice que el amor lo conoció con su segundo marido, el conde, con quien vivió treinta años y tuvo una hija, Brigitte.
Ni supo recuperar la alegría perdida ni ocuparse de su hija Brigitte, con la que desde el principio mantuvo una relación complicada. Ella dice sobre la relación madre-hija lo siguiente:
[...]Siento falta de comunicación con mi hija. Los hijos se despegan y la que sufre es la madre16
La muerte de su hija en 1973 le afectó muy profundamente. A medida que Bombal se iba haciendo mayor, la tristeza y la pena se apoderaban más de ella y su creatividad literaria se secaba. Estos años de decadencia en los Estados Unidos los esboza Agosín en resumen:
De un hotel pasa a otro. Trabaja en diferentes actividades, escribe guiones para películas, es traductora, bebe mucho y escribe poco17
No cabe duda de que la escritora chilena tuvo problemas con el alcohol, lo cual le causó posteriormente un hemorragia digestiva masiva que indujo una insuficiencia hepática. Es bien sabido que ésta es una de las mayores causas de muerte entre los alcohólicos18.
Bombal cae en la autocompasión, siempre es ella la que sufre, se vuelve pasiva, callada, reservada y está amargada. Y, también, se resigna sobre su vida en una carta a su hermana:
Gracias por tu carta. Ha venido a traerme un poco aliento en esta muerte en vida que es mi vida porque así la siento19
Cada vez más, Bombal se aleja de su entorno, se queda a solas, encerrada en la casa de su madre. Ni siquiera sale de casa a pasear a pesar de (o debido a) que se encuentra en una profunda crisis personal. En la última entrevista antes de su fallecimiento, sin ánimo y sin optimismo, responde Bombal a una pregunta respecto la felicidad con palabras de fatalismo:
[…] La felicidad no existe. Los latinoamericanos viven buscándola. Momentos existen. La felicidad permanente no existe. La felicidad consiste en gozar los momentos, gozar de las pequeñas cosas.[…]20
En base al conocimiento adquirido a lo largo de su vida con su propia experiencia sentimental parece que Bombal sustituye la palabra vida/vivir por el sinónimo felicidad. Por lo tanto, cuando habla de la felicidad se refiere, de alguna manera, al sentido propio de la vida. En este sentido se abre un punto de vista reflexionado, por un lado, mucho más oscuro y por otro lado, realista. Su punto de vista resignado no sorprende tras las desesperaciones y frustraciones recurrentes, la rabia que le destroza hasta el filo de lo criminal y, por último, la huida en la enfermedad; éstas han sido la estaciones de muerte en la vida de una mujer que con cada intento de salir a flote, se ha ido encontrado más profundamente con el sentimiento trágico de la vida21.
2.2 La última niebla: «El sentimiento trágico de la vida»
En cuanto a la obra, destacan dos ideas: la vida rechazada como realidad y, a la vez,deseada como fantasía, que vive la protagonista principal, en contraposición a la vida sin ataduras que vive su cuñada, Regina. Regina no quiere dejar escapar las oportunidades que la vida le presenta y disfruta de ella a tope, sin dejarse condicionar por las convenciones de la sociedad patriarcal, viviendo según su ser y su personalidad,simplemente a su gusto. La protagonista anónima y también los protagonistas secundarios andan sobre el hilo de la vida, entre lo deseado y lo convencional. La protagonista principal, quien es al mismo tiempo la narradora, vive la vida que a una mujer burguesa asigna la ideología patriarcal. A tal efecto, su deber es ocuparse de la procreación y el cuidado de los niños. De manera general, la sociedad fomentaba como virtudes femeninas la sumisión y la domesticidad, de ahí que su sitio en la sociedad fuese la casa y su vocación fuese ser esposa y madre. En este ámbito represor se inscribe la problemática de una mujer joven que como medio de afirmar su identidad se centra en una fallida búsqueda del amor. La mujer se comprometió a un matrimonio sin amor con su primo Daniel, quien había perdido hacía unos pocos meses a su primera querida esposa, a la que consideró como la mujer perfecta y a quién adoraba22. La ausencia de la esposa fallecida dejó al hombre un vacío penoso que le hizo imposible amar o respetar a otra persona. Todo su comportamiento hacia su nueva esposa es humillante porque en todo debe esforzarse en imitar a su primera mujer23. Ambos huyen de sus sentimientos verdaderos, el dolor por no poder sentir lo querido. Aunque la protagonista, al principio, huye a la naturaleza para encontrar el espíritu intuitivo y primordial, poco después siente la necesidad de refugiarse en su imaginación, en un mundo ideal en el que encuentra a un hombre amoroso. Con éste empieza a tener una relación sexual apasionada, pero tampocollegará a ser feliz porque cada vez más la triste realidad se impone y le abre los ojos sobre su insoportable vida, difuminando su aventura amorosa en la niebla24. En su confusión intenta encontrar pruebas que le confirmen como real su fantasía para seguir pudiendo soñar una vida agradable. Con ese objetivo, se pone en camino hacia la casa de su amante y allí sufre el más desgarrador golpe de su existencia al encontrar que no había existido ese tal amante. Todos esos años había aguantado vivir una vida reprimida solo por tener un recuerdo de su amante, que para ella era más que un amor, era su razón de ser, su ayer, su hoy y su mañana25. La deificación de un hombre imaginado que le valora como mujer y le da el sentido de la vida, y el ánimo para seguir viviendo, ya no tiene substancia. Ante eso ya no puede seguir sosteniendo por más tiempo la fachada de ilusiones de su existencia, y su falta de perspectivas le lleva al intento de suicidio, en un acto inconsciente, lanzándose bajo las ruedas de un vehículo26. Inmediatamente, su marido le detiene antes de que cause un accidente. En un monólogo interior se lamenta de que su destino implacable le ha robado hasta el derecho de buscar la muerte27. Ante todo lo que sufre y experimenta, la protagonista guarda una pasividad e inmovilidad que le hace parecer una muerta en vida, razón por la cual se pregunta a sí misma si su vida no es acaso ya el comienzo de la muerte. A consecuencia de este suceso, llega a la conclusión resignada de que debe cumplir con una infinidad de frivolidades amenas:llorar por costumbre y sonreír por deber28. Su desequilibrio mental es, tal vez, la causa por la que no se atreve a confrontar su mundo interior con su vida en el exterior, es decir, con la realidad. La confrontación, solamente, repercute en su fantasía, donde todas sus soluciones para huir de su insoportable situación se quedan en nada. Incluso no llega a tener la fuerza para indignarse en público y recuperar el poder de decidir sobre su vida y sus necesidades. Por consiguiente disimula sus emociones y sentimientos verdaderos y queda víctima de su propia represión y falsedad. Resulta que ella misma es responsable de su propia miseria y por lo tanto es opresora y víctima al mismo tiempo.
3. El aspecto mortal en el mundo interior de la protagonista
La muerte penetra en el mundo de la protagonista anónima por diferentes cauces. Por una parte, por el mundo exterior, que está relacionado con la realidad, donde mueren personas, y por otra parte, por el mundo interior, donde ella construye una vida con su amante imaginario que está relacionada con su fantasía. Ambos mundos influyen en el ser de la mujer, sus emociones y sus necesidades, pero la muerte psíquica es ocasionada por la represión de los deseos y las necesidades amorosas no satisfechas. La tensión entre el mundo exterior y el interior redundan en que la persona se sienta dividida y se mueva sobre el hilo de la vida unas veces más cerca del sentimiento de fracaso y otras más cerca de la fortuna. Estas pulsiones vitales repercuten en su vida muy profundamente.
3.1 La mortalidad como realidad física
La muerte y los muertos tienen una influencia significativa en la protagonista y los demás vivos. Es de suma importancia considerar que son los vivos y no los muertos quienes sufren psíquicamente sus consecuencias: En el caso de Daniel, sufre un vacío emocional por el fallecimiento repentino de su mujer. Ya que no supera esta gran pérdida ni tampoco deja pasar el suficiente tiempo como para recuperarse emocionalmente (dado que solo tres meses después se casa con su prima, la protagonista innombrada), la protagonista y él empiezan a tener una relación muy distante y desconfiada. Desde un primer momento, desde el día de su boda, Daniel reacciona a su nueva mujer con una interrogación lacónica, preguntándole para qué se casaron. Del mismo modo, la respuesta de la novia es similar y contesta que por casarse29. No hay ningún motivo sentimental por el que estas dos personas, realmente, debieran casarse. El uno teme estar solo después de haber perdido a su querida mujer, la otra se casó para evitar quedarse solterona30. Las conversaciones que ocurren entre Daniel y la novia proyectan humillar al otro. Es un matrimonio sin amor y, también, sin pasión, el esposo le rechaza como mujer y como amante cuando le dice:
No necesito ni siquiera desnudarte. De ti conozco hasta la cicatriz de tu operación de apendicitis31
Llama la atención que Daniel describa la desnudez de un cuerpo femenino mencionando el recuerdo de una herida, como si la observara de un modo patológico. Eso parece querer señalar que su mirada abstracta hacía la mujer la relaciona con dolor y fealdad, y transluce que la única intimidad que podría tener con ella fuera más bien un abuso y una violación. Más tarde, cuando se acuestan, la protagonista lo narra más como un soportar y menos como un intimar.
Con respecto a la protagonista, la consecuencia del fallecimiento de la primera mujer de Daniel es que éste le imponga que se parezca cada vez más a la fallecida:
Mi marido me ha obligado después a recoger mis extravagantes cabellos; porque en todo debo esforzarme en imitar a su primera mujer, […], según el era una mujer perfecta32
La protagonista se siente obligada a revivir el recuerdo de una muerta, con la consecuencia de apartarla de su propia imagen, lo que redunda en una grave intromisión en su personalidad. Poco después de adaptarse a la vida en su nuevo entorno, la protagonista asiste al entierro de una muchacha y ve por primera vez la cara de un muerto, motivo por el cual reflexiona en un monologo interior sobre la muerte. Le parecía que no hubiera vivido nunca y le surgió de pronto la palabra silencio. Esta sensación aterradora crecía en el cuarto y dentro de su cabeza. La vista de la muerta parecía más bien como un reflejo del espejo hacía ella misma y esta sensación le provocó sentir sus propios miedos y sus deseos no realizados, los cuales le llevan a sentir la falta de vida en su interior. Esta confrontación le causa una conmoción de tal medida que necesita huir, distanciarse inmediatamente y buscar una salida. Pero cuando más tarde el chico, Andrés, muere, le resulta tan inaceptable que busca el contacto.
[...]
1 Alonso (1941:8) “Prólogo”, en: La última niebla.
2 Agosín (1977:5-6) “Entrevista con María Luisa Bombal”.
3 Goíc (1991:169) “La novela chilena. Los mitos degradados.”
4 La continuación de la vida en la ultratumba, alcanzando una vida perfecta en el paraíso, o bien, la promesa de la salvación, resucitando de entre los muertos y alcanzando la inmortalidad, es base y fundamento de todas religiones monoteístas.
5 En el siglo XX la sociedad moderna que valora todo lo mensurable, consume su vida con el pensamiento de que la muerte no le ofrece absolutamente nada, un gran nihilismo.
6 Carlos Yushimito recuerda que la muerte es, quizás, la única acción humana cuyo testimonio no compartimos.
7 Véase Elías García (2013:351). Existen manifestaciones tradicionales, como la muy famosa de las calaveras y altares típicos de la festividad de Todos los Santos mexicana, que celebran la muerte y el culto a los antepasados desprovistas de la lúgubre y funesta melancolía de su equivalente europeo.
8 Véase Butzer (2012:423-424)
9 Véase Agosín (1988:330). Con los años María L. Bombal enmudece literariamente, aunque indicaba en entrevistas que estaba escribiendo obras teatrales como ''El canciller'', ''Dolly Jeckyll y Mrs. Hyde'', o una novela sobre Caín. Pero sus conocidos ya sospechan que esos manuscritos mantenidos en un baúl de su dormitorio poseen la calidad de una doble ficción. Pfeiffer (1998:25)
10 Véase Agosín (1977:5)
11 Gálvez Lira, Gloria (1986), María Luisa Bombal. Realidad y fantasía. Potomac: Scripta Humanística, pp.106.
12 [...]''Me gustaban los hombres mayores que supieran más, naturalmente buenos mozos, varoniles e inteligentes, aunque fueran pesados.'' Lira pp.106-110.
13 Después de la muerte del padre emigra la familia Bombal a Francia. En 1931 envían a la joven a Chile de nuevo de donde emigra en 1933 con Neruda y su mujer a Buenos Aires, y escribe LUN. Más adelante, en 1939, pasa a los Estados Unidos; desde entonces siempre ira cambiando su estancia entre Argentina, Chile y los Estados hasta que vuelve por fin a Chile, donde muere con 80 años empobrecida y alcohólica. (Pfeiffer:25-35)
14 Guerra escribe:''Sintiendo que su vida no tiene sentido sin el amor de Eulogio, un día en la casa de éste, sube hasta el dormitorio, saca el revólver de un cajón y se dispara en el hombro izquierdo.''(Pfeiffer:27)
15 Guerra escribe que su matrimonio con el pintor argentino Larco en 1935 es una amistosa alianza de la marginalidad para mantener las apariencias. Pero la doble vida de su marido homosexual la humilla. (Guerra:Escritura pp.128)
16 Gálvarez Lira (1986:14)
17 Agosín (1980:403)
18 Galvéz Lira (1986:107)
19 Bello (1996:369)
20 Galvéz (1986:108) Sustituyendo la palabra felicidad con el significado subliminal, en este caso se leería: La vida no existe. Los latinoamericanos mueren buscándola. Momentos existen. La inmortalidad no existe. La vida consiste en gozar los momentos, gozar de las pequeñas cosas.
21 Véase Unamuno (1912:1-2): Es también el título de la obra filosófica de Miguel de Unamuno, en que elabora una antropología donde surge una concepción del hombre concreto “de carne y hueso” con todos sus problemas intrínsecos, sus angustias y además sus regocijos, en definitiva todo lo más íntimo de su ser y conjuntamente una preocupación por la muerte y la inmortalidad.
22 Véase Bombal (2000:13)
23 Ibid., p.18
24 La niebla es uno de los motivos principales de la obra, que aparece siempre cuando la confrontación con la realidad es aplazada por la protagonista. La noche y la neblina […]; no conseguirán infiltrar en este cuarto un solo átomo de muerte. Ibid., p.26. Siempre cuando huye en su fantasía, la realidad la que iguala con la muerte está esperándola.
25 Ibid., p. 46
26 Ibid., p. 54
27 Ibid.
28 Ibid., p. 55.
29 Ibid., p.14-15.
30 Ibid.,p.14-15. Desde la muerte de su mujer, diríase que tiene siempre miedo de estar solo, narra la protagonista y al mismo tiempo pregunta Daniel si a ella le hubiera gustado ser una solterona arrugada, [...]
31 Ibid.,p. 14.
32 Ibid.,p. 18.