Quevedo y las mujeres - Misogenia en el "Sueño del Infierno" de Francisco de Quevedo


Trabajo Escrito, 2006

15 Páginas, Calificación: 2,3


Extracto


Contenido

1. Introducción

2. La tradición misógina
2.1 Las Fuentes
2.2 En la Edad Media
2.3 En el Siglo de Oro

3. La mujer en el Sueño del Infierno
3.1 La vieja
3.2 La dueña
3.3 La mujer artificial
3.4 Otros tipos: La prostituta, la falsa beata y la doncella

4. Conclusión

5. Bibliografía

1. Introducción

"Qué plaga, qué aburrimiento,

qué tedio es tener que tratarse con ellas

mayor tiempo que los breves instantes

en que son buenas para el placer."

Francisco de Quevedo

La palabra “misoginia” viene del griego miso - para odio y gynaika para mujer. Cuando se unen, se forma el “odio hacia la mujer” o la “misoginia”. Pero es realmente una posición que incluye necesariamente el odio, sentimiento tan fuerte e incontrolable? Kahn Blumstein dice que no, sino que implica más bien „cynicism reserved for and directed especially towards women”[1] y no tanto odio hacia ellas.

El propósito de este trabajo es identificar los aspectos misóginos del Sueño del Infierno de Francisco de Quevedo. Porque no cabe duda de que Quevedo critica y se burla de la mujer e incluso la odia. “Quevedo’s attacks upon women in poetry and prose have earned him the reputation of a misogynist”[2] pese a que redactó sus Sueños entre 1605 y 1621, entre sus “años mozos y su madurez”.[3]

Primero se buscarán las fuentes de la “misoginia”, de los temas y las imágenes transmitidas. Empezaremos con el satírico del siglo I./II. Juvenal que escribió una de las primeras sátiras sobre las mujeres romanas. Augustino ayudó a crear la imagen de la mujer débil que tenía como objetivo una vida encerrada en casa, cuidando de su marido y los niños. Observaremos, con ayuda del texto de Kahn Blumstein, cómo cambió la mujer en la Edad Media hacia la perfecta pero inalcanzable amada para luego pasar al Siglo de Oro donde vuelven los ideales católicos y la mujer ideal tiene la piel muy blanca y el pelo rubio.

En el siguiente capítulo se hablará de los distintos tipos de mujeres que Quevedo critica. “Los Sueños presentan un abigarrado mundo de oficios y estados que se satirizan,[...] [r]epresentantes todos del Madrid de aquel tiempo”.[4] Sus temas preferidos son (según el espacio que ocupan en la obra): la dueña, la vieja, la prostituta y la doncella. “There is an attack on dueñas, hated by most of the satirists of the time”[5] nos deja saber Price. F.-W. Müller encuentra en la obra de Quevedo un “carácter moral y satírico que culmina en los Sueños”, que “apuntan la realidad político social de su época”.[6] Realidad o no, se verá qué misogenia reinaba en el Sueño del Infierno.

2. La tradición misógina

La mujer es un tema importante e igual de ambiguo en la literatura, siempre lo ha sido, a veces es un personaje principal, pero por lo general sólo aparece al margen. Pero la imagen de la mujer varía, casi se puede decir que tiene dos caras opuestas: unas veces aparece como santa o mujer perfecta (como en los romances del amor cortés) y otras se describe como un demonio femenino.

En cuanto al segundo tipo, si creemos a Bloch, la denuncia de la mujer es ya algo como una constante cultural. La encontramos en el Antiguo Testamento, aparece en la Grecia Antigua, la Edad Media, en el siglo XV hasta llegar al Siglo de Oro. El tópico de misoginia varia poco: la mujer se describe como peleona, arrogante, incontrolable, inestable e insaciable.[7] Pero hay que especificar cuándo un texto puede llamarse misógino y cuándo se trata de una mera crítica a ciertas mujeres - porque también las mujeres tienen defectos, cada una los suyos. Esta determinación no es fácil ni está delimitada claramente. Aquí vamos a seguir a Kahn Blumstein que dice que “there must be at the very least an implicit attempt to generalize from the particular woman to the entire sex, or typified group within the sex”.[8] Es decir, el autor que utiliza la misoginia „recongnizes and perhaps satirizes, criticizes or deplores certain weaknesses and faults either justly or unjustly attributet to women in a prejudicial manner”.[9] Pero no las odia.

2.1 Las Fuentes

La posición social de la mujer se consolidó ya en una época muy remota. Lo que entonces se estableció como orden social, la inferioridad de la mujer, la falta de poder, hoy lo juzgamos como una postura antifeminista. De las descripciones de la sociedad surgen las imágenes negativas de la mujer. Juvenal escribió una de sus 16 sátiras sobre el matrimonio y la mujer. La sátira VI ya incluye la mayoría de los estereotipos antifeministas de la sátira como los de la prostituta, del coqueto, de la amazona.[10] Condena sobre todo al amor, tanto físico como espiritual entre hombres y mujeres. Describe a la mujer como una fiera, que obedece al deseo sexual, “Luxury has fallen upon us [...]. Then what a yearning for sex erupts in their hearts”.[11] Es aquí donde ya encontramos la descripción de la prostituta como „yellow-haired whore”,[12] lo que describe a la mujer que se tiñe el pelo con azafrán, imagen que también aparecerá en los textos de Quevedo.

En los tiempos anteriores a Augustino „[wurde] das Verständnis der Frau als das physisch, geistig, psychisch und moralisch ‹schwache Geschlecht› zum patristischen Topos. Häufig verband sich diese Einschätzung mit einer Abwertung und Abwehr der sexuellen Attraktivität oder Aktivität von Frauen, so daß Jungfräulichkeit und Enthaltsamkeit zum sittlich-religiösen Ideal von Weiblichkeit avancierten“[13]. Se criticaba duramente a las mujeres que no se correspondían con este ideal. La sociedad del Antiguo Testamento era patriarcal, la mujer no tenía mucho poder, pertenecía al padre y después de casarse (es decir: ser casada) su marido obtenía este poder sobre ella.“Seht, ich habe zwei Töchter, die noch keinen Mann erkannt haben. Ich will sie euch herausbringen. Dann tut mit ihnen, was euch gefällt“ (Gen 19,8), dice Lot demostrando como el hombre (el padre) manda y la mujer obedece.

Muchas veces la mujer aparece como algo secundario, su orígen está en el hombre y además está hecha para él: “die Frau stammt vom Mann. Der Mann wurde auch nicht für die Frau geschaffen, sondern die Frau für den Mann“ (1 Kor 11,8f). Se le designa un papel secundario a la mujer y al hombre le sirve como rectificación.

Tal vez no todo se deja identificar como una crítica de faltas y debilidades de la mujer, pero lo que es importante es que de la Antigüedad clásica y del Antiguo y Nuevo Testamento proviene una vista condescendiente de la mujer que se encuentra en los textos de Francisco de Quevedo y que incluso sigue viva hasta nuestros días.

2.2 En la Edad Media

En la literatura medieval se encuentra una amplia variedad del discurso misógino.[14] El tópico antifeminista es muy tenaz y la percepción de la mujer sigue – con algunos cambios - igual. La mujer se asociaba con algo accidental, que viene a ser, con el cuerpo, la creación de la mujer es un sinónimo de la creación de la metáfora.[15] Por lo tanto, se relaciona con el decoro lo que explica “why the great misogynistic writers of the first centuries were [...] themselves so fascinated by veils, jewels, make-up, hair style and colour – in short, by anything having to do with cosmetics”.[16] Tertullian dedica todo un libro a este tema, “Über den weiblichen Putz”. La expulsión de Adán y Eva del paraíso tuvo lugar por la necesidad de Eva de cubrirse, de utilizar decoro. Además, dice que el maquillaje corrompe las costumbres que vienen del diablo. Sobre todo, habla del color falso del pelo de las mujeres, que lo tiñen con azafrán para ocultar su procedencia y atraer a los hombres.[17]

[...]


[1] Kahn Blumstein, A.: Misogyny and Idealization in the Courtly Romance. Bouvier. Bonn (1977) p.7

[2] Price, R. M.: Quevedo. Los Sueños. Critical Guides to Spanish Texts. Artes Gráficas Soler. Valencia (1983) p.72

[3] Plata, F.: Los Sueños de Quevedo en: Revista Anthropos: Huellas del Conocimiento, 6 (2001) p119-23; p.119

[4] Kahn Blumstein (1977) p.121

[5] Price (1983) p.28

[6] Müller, F.-W.: Alegoría y Realismo en los “Sueños” de Quevedo. En: Francisco de Quevedo. Gonzalo Sobejano (ed.). Taurus. Madrid (1978) p.221

[7] Bloch, H.: “Medieval Misogyny” p.1-24 in: Misogyny, Misandry and Misanthropy. Bloch, H. (ed.). University of California Press. Berkley et. al. (1989) p.1-3

[8] Kahn Blumstein (1977). p.5

[9] idem p.5-6

[10] cfr. Nussbaum, F.: The Brink of All We Hate. English Satires on Women 1660-1750. University press of Kentucky. Lexington (1984) cap.V (p.77-93)

[11] Juvenal: The Satires, (traducido por Rudd, N.), Clarendon Press. Oxford (1991) p. 46-47

[12] idem p.49

[13] Müller, Ch.: femina in: Augustinus-Lexikon. http://www.augustinus.de/inhalt.htm. Prof. Dr. Dr. h.c. Cornelius Mayer (ed.) (aktuell am 5.5.2006)

[14] Bloch, H. (1989) p.1

[15] idem, p.11

[16] Bloch, H. (1989) p.11

[17] ver Tertullian: De cultu feminarum, sobre todo el tomo I cap. I y tomo II cap. I, VI y VII

Final del extracto de 15 páginas

Detalles

Título
Quevedo y las mujeres - Misogenia en el "Sueño del Infierno" de Francisco de Quevedo
Universidad
University of Münster
Curso
Quevedo vs. Góngora
Calificación
2,3
Autor
Año
2006
Páginas
15
No. de catálogo
V91702
ISBN (Ebook)
9783638041126
Tamaño de fichero
497 KB
Idioma
Español
Palabras clave
Quevedo, Misogenia, Sueño, Infierno, Francisco, Quevedo, Góngora
Citar trabajo
Julia Kuhne (Autor), 2006, Quevedo y las mujeres - Misogenia en el "Sueño del Infierno" de Francisco de Quevedo, Múnich, GRIN Verlag, https://www.grin.com/document/91702

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