Notas Sobre Epistemología


Libro Especializado, 2020

77 Páginas, Calificación: Ninguna


Extracto


ÍNDICE

INTRODUCCIÓN

El Conocimiento a Través del Tiempo. Algunas Nociones Desde los Griegos
Posibilidades del Conocimiento Desde la Antigüedad Griega

El Conocimiento y las Corrientes del Pensamiento Siglos II al
El conocimiento Desde lo Teológico. (Siglo II a XV)
De las Concepciones en Relación al Origen y Naturaleza del Conocimiento (Ideas Desde el Siglo XVI).
Acerca del Origen del Conocimiento Racionalismo-Empirismo
Emmanuel Kant la Razón y la Experiencia Necesarias para Conocer
El Conocimiento en Cuanto a lo Ontológico El Sujeto Cognoscente
Conocimiento Común y Conocimiento Científico el Surgimiento de las Ciencias de la Naturaleza
El Surgimiento de las Ciencias Naturales

Epistemología

¿Qué es la Epistemología?

Diferencias Significativas entre Epistemología Filosofía y Gnoseología

Epistemología Desde el Siglo XVIII Hasta el Siglo XX
Alexander Von Humboldt (1769- 1859)
André-Marie Ampère (1775-1836)
John Herschel (1792- 1871)
Auguste Comte (1798-1857)
Alfred North Whitehead (1861-1947)
Bertrand Russell (1872-1970)
Ludwig Boltzmann (1844-1906)
Emst Mach (1838- 1916)
Claude Bernard (1813-1878)
Henri Poincaré (1854-1912)
Epistemología como Filosofía de la Ciencia (Círculo de Viena) El Empirismo Lógico.
Epistemólogos Notables del Siglo XX y Sus Valiosos Aportes en ese Campo
Escuela de Frankfurt Aportes Importantes para una Nueva Visión Epistemológica
Teoría Crítica Algunas Ideas Comunes de los Pensadores de la Escuela de Frankfurt
Teoría Crítica y Positivismo

Epistemología Ópticas y Variaciones
Epistemología Naturalizada
Epistemología Evolucionista.
Epistemología Contextualista
Epistemología Social
Epistemología Bayesiana

Epistemología en Ciencias Sociales
Clasificación de la Ciencia
El Estudio de La Sociedad
Las Ciencias Sociales una Concepción Epistémica Alterna a las Ciencias Naturales
Bases Epistemológicas de las Ciencias Sociales

Epistemología Investigación y Educación
El Dogmatismo Epistemológico y las Concepciones Excluyentes
Fundamentación Epistémica y su Importancia en la Metodología de la Investigación.
Visión Epistemológica Desde Diferentes Posiciones Paradigmáticas
La Epistemología como Metalenguaje que Reconozca las Diferentes Perspectivas o Enfoques.
El Docente Universitario Investigador y la Transmisión del Conocimiento Epistemológico.

INTRODUCCIÓN

Desde principios de la humanidad, el hombre comenzó a tener curiosidad por su entorno, por aquello que le rodeaba, por su contexto, por el mundo maravilloso que veía todos los días. Tenía este hombre muchas preguntas a las que intentaba dar respuesta desde sus propias explicaciones. Entonces comenzó a filosofar, a dar explicaciones de qué eran las cosas, cómo estaban compuestas, cuáles eran sus orígenes, si estas eran eternas o no. El ser humano a través de su pensamiento, a través de sus ideas comenzó a configurar el mundo, empezó a transitar por el que sería el largo camino del conocimiento. Se comenzaría entonces a diferenciar aquellas palabras o ideas sin fundamento a lo que desde la filosofía occidental se denominaría doxa, en contraposición a la episteme, aquella que provenía de un conocimiento fundamentado el cual requería un poco más de esfuerzo para ser alcanzado, para ser obtenido.

Desde entonces el ser humano ha transitado un interesante viaje que lo ha llevado por diversos senderos; desde lo mítico y mágico, el camino del conocimiento rezagado a la fe, hasta los inicios de la ciencia a través de la historia de aquel conocimiento llamado científico. Es necesario destacar que este conocimiento científico ha necesitado de aquellas explicaciones que le puedan dar validez. Es que el conocimiento científico por sí solo no podría ser comprendido si no se fundamenta en bases sólidas que den sentido a muchas preguntas en relación a lo que se conoce, bajo que principios se obtiene este conocimiento, como se puede enfocar quien conoce, desde que perspectivas, bajo qué criterios entre otras preguntas. El conocimiento científico siempre necesitará el elemento de validación. Es aquí donde se resalta la importancia de la epistemología como rama de la filosofía que se encarga del estudio del mismo.

En el presente trabajo escrito se ha querido ofrecer, de manera sencilla, algunas notas, algunos apuntes de tan complejo concepto y algunas nociones históricas que quizás sirvan, de motivación incipiente, para quienes pretendan iniciar y abordar tan interesante camino. El estudio de la epistemología.

El Conocimiento a Través del Tiempo. Algunas Nociones Desde los Griegos

Hablar acerca del conocimiento en su forma general implica abordar gran cantidad de aspectos de la historia de la humanidad que pueden ser bastante extensos. De tal manera que en este apartado se realiza un esbozo de concepciones básicas que tienen que ver con tan importante denominación. Desde tiempos inmemoriales, el hombre ha tenido curiosidad por saber, por conocer, por obtener el conjunto de saberes, desde el mismo momento del nacimiento del pensamiento de la humanidad. El hombre comenzó a notar una diferencia fantástica entre aquello que era cotidiano, que estaba en el argot popular, de aquello que era de carácter opinático y común (Doxa) en el contexto griego. Así como de la esencia con lo que tenía otra característica en la cual había algún tipo de fundamento, de razonamiento, que invitaba a pensar, a realizar actividades intelectuales superiores, a tener ideas que estaban sólidamente fundamentadas en otro plano a lo cual llamarían (episteme).

El hombre comienza su infatigable búsqueda del conocimiento desde muchas perspectivas. Sin embargo, el conocimiento humano se enfrenta a una serie de preguntas entre las cuales se encuentran: ¿Es posible conocer de forma verdadera la realidad? ¿Cuáles son las fuentes verdaderas desde las cuales se origina el conocimiento? ¿Qué relaciones se establecen entre los sujetos que conocen y los objetos que son conocidos? ¿Pueden en realidad existir los objetos sin la presencia de los sujetos que conocen? ¿Quién valida la fundamentación en cuanto a rechazar o aceptar un conocimiento? Además de muchas otras cuestiones que resolver en el asunto del conocer.

Diversos autores afirman que el conocimiento es una relación, todo conocimiento es una relación que es establecida entre aquel ente que conoce, que busca conocer y aquello que es conocido de donde surge una especie de vínculo entre ambos. Esto implica un proceso en el cual el sujeto cognoscente debe realizar un momento de trascendencia. Es decir, el sujeto sale de su inmanencia, sale de sí mismo con la finalidad de realizar la aprehensión del objeto, de las características de ese objeto, para luego volver a la inmanencia, volver a su inmanencia, volver a sí mismo captando lo aprehendido del objeto, estando el sujeto en capacidad de mantener grabadas las características del objeto de forma intencional. Por supuesto cuando se hace alusión al conocer como un acto, este no es un acto simplemente mecánico, sino el acto propiamente de conocer viene dado cuando el sujeto cognoscente comienza a tomar conciencia del mismo acto que realiza al conocer al objeto.

Todo conocimiento tiene una serie de características o por lo menos un mínimo de condiciones propias que, en sentido general, pueden mencionarse; es una representación de realidades externas, su naturaleza es de carácter mental, es abstractivo, tiene la potestad de crear vínculos entre partes de la realidad. El conocimiento puede exteriorizarse, el conocimiento necesita de un contexto que le de validez, puede ser de carácter variado, explicativo, descriptivo, entre otros. El conocimiento en los sujetos para poder convertirse en conocimiento nuevo, necesita tener conocimientos previos entre otros aspectos. (Padrón 2014).

Posibilidades del Conocimiento Desde la Antigüedad Griega

Desde los antiguos griegos, pensadores y filósofos conformaron algunas posturas en relación con el problema que podía presentar el ser humano para la obtención del conocimiento. Así entre estas concepciones una de las preguntas básicas era ¿Puede llegar el hombre a conocer la realidad? A raíz de esto fueron conformadas ciertas respuestas a esta interrogante desde diversos puntos de vista y variadas escuelas de pensamiento. Entre el diverso grupo de escuelas y pensadores que intentaban solucionar esta incógnita se pueden precisar muchos; sin embargo, en este contexto se abordan tres que son consideradas principales y que han tenido una gran repercusión a lo largo de la historia del pensamiento, y del conocimiento de la humanidad. Estas escuelas son: el escepticismo, el dogmatismo y el relativismo.

Escepticismo

Esta corriente filosófica se conformó en una escuela dirigida por Pirrón de Elis (360- 270 A.C.) mencionado como uno de los primeros filósofos de la antigua Grecia que dio inicio al escepticismo. Para el escepticismo la verdad es imposible de encontrar, el ser humano no puede llegar a conocer la verdad de las cosas. El ser humano en realidad no puede ni está capacitado para conocer la verdad del mundo circundante. No es posible que puedan ser aseguradas o afirmadas las cosas de la realidad. No puede afirmarse ninguna verdad en relación con el conocimiento que el hombre capta por medio de los sentidos. La realidad que es percibida por el ser humano, el conocimiento que es percibido, no puede ser explicado, las realidades a las cuales se enfrenta el ser humano no pueden ser representadas por aquellos conceptos que se encuentran en la mente humana. Las cosas que están presentes en la realidad no son como aparentan ser, no se muestran como son. Entonces el ser humano debe mostrarse indiferente al mundo que le rodea, al conocimiento que se le presenta, debido a su imposibilidad de adquirirlo y de encontrar la verdad.

Dogmatismo

El dogmatismo tiene como representante al filósofo Zenón de Citio (333-264 A.C.) quien fue uno de los primeros promotores en relación con el pensamiento práctico, a una especie de ciencia no como se conoce en la actualidad, sino acorde al tiempo griego; tal y como lo indica Sanz (2002) al decir que este “propugnaba la dedicación a una ciencia que no fuera meramente especulativa o teórica, sino avocada a la investigación práctica” (pág 16).

La escuela dogmática consideraba, en oposición a los escépticos, que el conocimiento de la realidad no debe ser puesto en duda. El hombre debe tener plena confianza en el uso de la razón para conocer la realidad. El mundo y su realidad puede ser conocido perfectamente tal y como se presenta. La verdad puede ser conocida de manera fehaciente a través de la razón humana. Los dogmáticos abogaban por la existencia de verdades que, una vez obtenidas en relación al conocimiento, no podían ser dudadas. En otras palabras, el conocimiento verdadero no puede ponerse en duda.

Relativismo

Uno de los principales pensadores acerca de esta concepción fue Protágoras de Abdea, (siglo V, A.C.). Era un sofista que manifestó en su tiempo, que la verdad y el conocimiento son relativos “el hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en cuanto son y de las que no son en cuanto no son” (Albornoz 2007 pág. 88). Para el relativismo no cabe la existencia de verdades o conocimientos absolutos. La verdad es relativa, el conocimiento que puede ser verdadero para una persona no lo es para otra. Los conocimientos, según los relativistas, pueden ser transitorios. Existen las opiniones y en ellas hay conocimientos que van a depender de cada hombre. El conocimiento entonces es relativo y va a depender de la visión bajo la cual cada ser humano perciba la realidad.

El Mundo Sensible / Inteligible del Conocimiento (Platón)

Desde la antigua Grecia, cuna del florecimiento del conocimiento en Occidente, surge un filósofo nacido Atenas en el año 427 antes de Cristo y quien fue discípulo de Sócrates. Este era Platón. Una de las preguntas que se hacía este pensador ateniense era ¿Por qué el conocimiento es un concepto tan valorado? ¿Qué hacer para que lo que un ser humano sabe o conoce no sea adquirido de forma accidental, sino que sea producto de un saber afianzado? ¿Qué tenía de especial esta concepción? Esta concepción, en relación al conocimiento que llamaría verdadero, tenía un peso incluso mayor que el de las costumbres o el de las creencias.

En torno a estas preguntas y otras en particular, Platón, realiza una analogía en contraste con el conocimiento en la cual pone de manifiesto el trabajo de un artista que era considerado para la época muy habilidoso (Dédalo). Tal y como lo señala Vargas (2013) al referirse a los diálogos de Platón “Tus razones no parecen quedarse quietas. Eres mejor que Dédalo [ sus estatuas eran tan vivas que parecían girar los ojos y caminar”]. (pág. 20).

Sócrates le aclara a Menón la diferencia entre ciencia y opiniones verdaderas. Éstas, aunque obtenidas por reminiscencia, se nos escapan, pues quedan sueltas. La ciencia es superior, porque los conocimientos ya están como encadenados entre sí, y permanecen; ya ha habido razonamiento de causalidad. El que las opiniones verdaderas se nos escapen lo ilustra Sócrates con las estatuas de Dédalo [Hubo muchas bromas cuando aparecieron estas estatuas. Dédalo fue el primero que hizo estatuas con un pie adelante como si caminaran y se fueran, cuando antes tenían siempre las piernas juntas]. (Ob Cit, pág. 60).

Así Dédalo era considerado un artesano, arquitecto y escultor muy famoso. Tanto que se decía que; al hacer estatuas, estas eran tan perfectas y reales que presentaban un toque mágico tan maravilloso, que cualquier persona al acercarse a ellas se impresionaba, debido a que las mismas podían escaparse a la presencia cercana de algún espectador.

Platón al realizar la analogía con el conocimiento pensaba que este era una creencia, pero no una cualquiera, sino más bien una creencia fundamentada, afianzada en comparación con las estatuas de Dédalo que se escapaban. Lo ideal es que estas no puedan irse, que no se escapen, así como las ideas y creencias no deben escaparse en el ser humano. Estas deben estar afianzadas. En realidad, lo que Platón quería indicar es que hay un cierto tipo de creencias que debían fundamentarse en cimientos que sean permanentes en el tiempo.

Alegoría de la Línea y el Conocimiento en Platón

Platón en su famosa alegoría de la línea plasmada en La República, representa al conocimiento dividido por un conjunto de líneas, entre ellas una vertical y otras desiguales de forma horizontal. Allí en una de las líneas más bajas Platón coloca o simboliza el conjunto de conocimientos que una persona percibe a través de sus sensaciones, estando estas en el mundo de las creencias o el mundo de las opiniones. Luego denota una subdivisión; del mundo de los sentidos, a través de la que se perciben todos los objetos visibles presentes en el mundo real, y tiene por otro lado la imagen o el reflejo que dichos objetos producen. Esto para Platón significaba el nivel más bajo o básico de conocimiento.

Por otro lado, en el espacio superior de las líneas horizontales, Platón coloca la representación del mundo inteligible el cual era considerado el mundo de las formas o el mundo de las ideas, que para él representaba la verdadera esencia de lo real, lo que representaba la realidad. La particularidad de este mundo inteligible es que no se puede acceder a través de los sentidos comunes a este mundo. Solamente el ser humano podía acceder a través del uso del razonamiento. Igualmente, este mundo inteligible presentaba otras dos divisiones; una estaba determinada por un conocimiento de tipo provisional aún incompleto y no fundamentado de forma total, y otro lado; uno superior, determinado por un conocimiento totalmente completo de la realidad. De esta manera el conocimiento verdadero sólo podía surgir en la parte más alta de su representación alegórica de la línea. Es decir, los conocimientos verdaderos solamente pueden ser adquiridos en el mundo inteligible o de las ideas. El mundo del intelecto, donde lo real y lo verdadero se funden de manera perfecta.

Estas ideas de Platón en relación con el conocimiento denotan, según su pensamiento, la existencia de un conocimiento falso. Este falso conocimiento es adquirido en el mundo de lo sensible, en contraposición al conocimiento verdadero que se forma en el mundo inteligible basado en las ideas y la razón.

Doxa y Episteme

Para Platón existían dos mundos con consideraciones sumamente particulares. Estos mundos son: el mundo sensible y el mundo inteligible o el mundo de las ideas. El mundo sensible estaba conformado por las creencias particulares, aquellas imágenes que solamente eran copia de lo verdadero, ilusiones de los sentidos, simplemente sombras de los objetos de la realidad. El conjunto de creencias que no eran verdaderas en este mundo sensible, pues estaban configuradas por las opiniones fueron denominadas doxa. Tal y como lo indica Vargas (2013) doxa, “opinión. Si se considera que la realidad visible es toda la realidad, y no se ven las Ideas, no se tiene ciencia, sino opinión” (pág. 130). Doxa era considerada por Platón como aquello que estaba en el ámbito de lo opinático y a su vez se encontraba en el mundo sensible. De igual forma como lo indica Flórez (1980):

Desde Parménides, la apariencia (doxa) es relegada al plano de la sensación y es considerada como opinión (…) Platón siguiendo la división parmenidea entre doxa y episteme considera la primera como una facultad (dynamis) intermedia entre el verdadero conocimiento y la ignorancia (...) también entiende Platón la doxa como juicio. Así define el error como un juicio (doxa) que no corresponde a la verdadera realidad de las ideas… (pág. 261).

En contraposición a lo doxático, la opinión presente en el mundo sensible, Platón indicaba que el verdadero conocimiento se encontraba en el mundo de las ideas, el mundo inteligible. En este sentido, opuesto a la doxa, se hace referencia al conocimiento que es obtenido con calidad de certeza absoluta, con universalidad, como un conocimiento afianzado, es decir la episteme. Siendo Platón uno de los primeros quien a través de sus diálogos mostró mayor interés en estudiar y reconocer al conocimiento verdadero como episteme. Según Ramírez (1987) “el término episteme es el nombre con el que Platón designa el conocimiento verdadero. Este conocimiento se caracteriza por ser absolutamente cierto, eternamente verdadero y por tener como objeto sólo una realidad que es universal, necesaria y eterna” (pág. 94).

Estas diferencias entre la concepción de la opinión o doxa y la episteme como conocimiento verdadero marcaron, desde el mundo griego, el inicio a través de la historia de una serie de discusiones llevadas a cabo por filósofos y pensadores, para la conformación de la ciencia.

El Mito de la Caverna

Para Platón la base que daba fundamento a su sistema de conocimiento eran las ideas. Desde el mundo de las ideas se podía dar explicación a todas las cosas. Así desde este mundo también se podía explicar la concepción del alma, la mortalidad e inmortalidad del hombre, el conocimiento como fenómeno del ser humano, la conducta que debe tener el hombre en la sociedad, hasta cómo lograr un Estado como ente de gobernabilidad perfecta. Las ideas de Platón escapaban de la denominación de conceptos como tal. En este sentido daba a las ideas la forma de representatividad de las cosas, debido a que las consideraba como realidades inmutables. Estas tenían carácter de autenticidad y estaban más allá del mundo sensible y muy cerca del mundo del intelecto o universo inteligible.

Ya en esta concepción que daba el filósofo ateniense se considera a la idea como fundamento de las realidades que existen en el mundo sensible. Es decir, cuando se habla ontológicamente del ser de las cosas, según la visión platónica, estas no son desde la materialidad. Las cosas no son, no existen sino a través de las ideas. En las ideas está el origen de todas las cosas. De allí que en el mundo de las ideas, para Platón, está el fundamento del conocimiento.

Una de las más brillantes apreciaciones dadas por Platón en el Libro VII de la República acerca de la realidad fue a través del Mito de la Caverna. En este mito se narra la visión de un conjunto de personas quienes viven encerradas en el interior de una caverna. Estas personas se encuentran en el fondo de un subterráneo que posee un largo pasadizo en el que se encuentra la entrada. Descrito por Platón, en el comienzo de la entrada se abre camino la luz y más allá está el mundo real donde se muestran los árboles, el cielo, la tierra. A decir la vida tal del mundo sensible.

El mito describe que aquellos quienes se encuentran en el fondo de esa caverna lo están desde hace mucho tiempo. Han sido amarrados, encadenados por largos años. Tanto que ya se acostumbraron a estar allí. Ellos sólo ven hacia una pared ubicada al fondo de esa caverna. Detrás de ellos, se encuentra una hoguera que está encendida y producto de la luz que refleja, ésta se proyecta por encima de los que están atados dando un reflejo al fondo de la pared que los prisioneros pueden ver. Otras personas que caminan dentro de la cueva, cuando pasan por la hoguera, llevan diversos objetos con ellos tales como; maderas, piedras entre otras cosas.

Esto trae como consecuencia que las sombras de las figuras que se proyectan sean vistas por quienes se encuentran en el fondo de la caverna. Quienes están amarrados en la cueva observan las diferentes formas que son reflejadas por las sombras y escuchan los susurros de las voces. Así pasa el tiempo y como los que están amarrados no pueden salir o mirar afuera creen que esa es la realidad. Lo que ellos consideran su realidad ya que es lo que han observado durante toda su vida y lo que han escuchado. Solamente reflejos y el eco de las voces y sonidos.

Cuando una de las personas logra liberarse sale a la entrada de la cueva. En primer lugar, sus ojos quedan aturdidos por lo brillante de la luz externa, luego cuando se recupera comienza a ver poco a poco los colores y las cosas del mundo externo. Muchas de las cosas que ve no las comprende. En torno a esto si la persona, que logró ver el mundo externo, regresa a la caverna y cuenta a sus pares lo visto, ellos no le creerían. ¿Cómo creer que existen otras realidades más allá de las sombras de aquellos que están acostumbrados a la realidad de las imágenes reflejadas en la caverna?, ¿Cómo creer que hay algo más que los susurros o los ecos de las voces y los sonidos que han escuchado durante toda su vida dentro de la caverna?

Claramente se vislumbra en este mito el contraste que realiza Platón entre el mundo sensible y el mundo inteligible. El mundo sensible puede ser comparado con el que viven las personas que se encuentran dentro de la caverna, un mundo limitado, lleno de sombras y voces o ecos que ellos consideran es la realidad. El otro mundo externo a la caverna, es el de la realidad, aquel inmerso en las luces que son proporcionadas por las ideas. Un mundo auténtico donde no están las apariencias sino la esencia de las cosas. Es el mundo de las ideas.

Este mito de la caverna todavía tiene mucha vigencia debido a sus constantes interpretaciones. Sigue dejando muchas preguntas al respecto de lo que es aquella realidad aprehensible en el ser humano. De allí que el conocimiento en este contexto se encuentra en el mundo inteligible o el mundo de las ideas según Platón.

Aristóteles el Conocimiento de las Cosas Desde las Cosas Mismas

Aristóteles, otro gran filósofo griego, aportó notables concepciones en relación al conocimiento de las cosas de la realidad. Nacido en Estagira, aproximadamente en el año 384 A.C., fue discípulo, alumno y colaborador de Platón. Fundó su propia escuela de filosofía en la ciudad de Atenas, además escribió numerosas obras entre las que figuran temas como: la lógica, física, retórica, política, ética, poética, entre otros. Una de las fundamentaciones más notables que hacía Aristóteles, en cuanto al ser de las cosas y su analogía, es el pensar que el ser de todo aquello que existe está en el interior de las cosas mismas. Las cosas están constituidas de una serie de elementos que les hacen ser ellas mismas. A esto que es el constituyente principal esencial de las cosas le llamó sustancia.

Las cosas en su apariencia están fundamentadas en su esencia natural y espontánea que es la sustancia. De esto es deducible que, para adquirir el conocimiento de las cosas que existen en el mundo sensible, había que profundizar buscando la esencia de estas en aquello que subyace a ellas. Respecto al conocimiento de la realidad, Aristóteles pensaba que el ser humano o el hombre tenía varios tipos de alma. Una de las más consideradas era aquella que tenía un carácter sensitivo. Esta guardaba cierta correspondencia con lo experiencial de cada ser, con los órganos sensitivos, con los sentidos, siendo estos los que permiten el contacto con el mundo, con las realidades y con todas las cosas y objetos del mundo exterior.

Es a través de los sentidos que el ser humano puede obtener las percepciones de toda realidad, del mundo que le rodea, y a través de la cual puede adquirir la visión de la esencia de las cosas, buscando en ellas. En realidad a través de los sentidos se puede tener la idea de lo que la cosa es en sí pudiendo a través de estos extraer la esencia y entenderla. Esto último se hace a través del alma intelectiva mediante la cual se puede entender el hecho percibido como tal.

Mientras para Platón la esencia de las cosas estaba en el mundo de las ideas, para Aristóteles la esencia estaba en el interior de las cosas mismas. Esto abre la brecha en cuanto a la concepción y la adquisición del conocimiento a través de un mundo inteligible (Mundo de las ideas) y la aprehensión del conocimiento desde el estudio de la esencia de las cosas mismas (Mundo Material) mundo sensitivo.

El Conocimiento y las Corrientes del Pensamiento Siglos II al XVIII

El conocimiento Desde lo Teológico. (Siglo II a XV)

Tiempo más tarde, en relación con las ideas del conocimiento que fueron cambiando desde los filósofos griegos, es importante señalar que fueron surgiendo nuevas concepciones de tipo filosófico para dar explicaciones al mundo y a la realidad.

Una de estas es la filosofía cristiana que, a partir del Siglo II D.C., comienza a gestarse con notable fuerza. El cristianismo va teniendo contacto con elementos de la filosofía griega y va adaptando concepciones, explicaciones y fundamentos a favor de su pensamiento y doctrina.

Los primeros pensadores cristianos comenzaron a expandir y difundir elementos de su pensamiento por todo el mundo, en una filosofía denominada patrística. Además muchos de estos filósofos cristianos fueron llamados padres de la iglesia. Entre ellos se menciona a Justino Mártir, Clemente de Alejandría, Florente Tertuliano, entre otros que tuvieron una gran importancia. Es de señalar que surgió también la Escolástica en relación con la comprensión de las revelaciones cristianas a través de la razón. En esta época, la verdad, la filosofía y el conocimiento estuvieron subordinadas a la teología. Para ejemplificar al respecto se puede hacer referencia a dos pensadores de importancia: San Agustín de Hipona y Santo Tomás de Aquino. Para San Agustín, el conocimiento y la verdad se encuentran en el interior del hombre y al buscar esta verdad el ser humano, en su pensamiento, está en contacto con Dios.

En el interior del hombre está el pensamiento divino. Para este pensador la fe es superior a la razón. En ese mismo tenor Santo Tomás de Aquino al contrastar la razón y la fe agrega igual peso a estas concepciones. Sin embargo, al final si hay alguna discrepancia entre conocimiento y fe, es porque debe haber algún error en la razón y debe ser encontrado el momento en que se produce este error. Porque al final es la fe la que debe preponderar. En este momento de la historia la teología era el elemento fundamental. Por su parte; el conocimiento, la verdad y la razón guardaban una relación de subordinación hacia esta.

El Renacimiento Hacia Nuevas Libertades para Conocer y hacer Ciencia desde el Siglo XV

El Renacimiento, como época de transición entre la Edad Media y la Edad Moderna, brinda nuevas oportunidades para el desarrollo y evolución de lo que será el conocimiento científico. El hombre pasó a ser el centro de atención en todas sus dimensiones. El Renacimiento permitió una transición del teocentrismo al antropocentrismo lo que asintió al hombre a tener una mayor libertad para la expansión del conocimiento y de la ciencia.

Desde esta época se comienza una serie de procesos sociales y culturales que romperán las tradiciones basadas estrictamente en la fe. Además, se permitirá una evolución de la esfera científica que conllevará a realizar grandes descubrimientos que serán realizados por diversos científicos. Será un periodo donde se saldrá de una especie de oscurantismo intelectual dando paso a un florecimiento y una nueva manera de ver al mundo, en política, filosofía, arte y evolución de la ciencia. Es importante destacar que los científicos de la época comenzaron a practicar nuevas formas metodológicas para estudiar la realidad. Ya no se conformaban con saber qué son los fenómenos, sino que empezaron a preocuparse por entender por qué ocurren, cuáles eran las causas y cuáles serían las leyes que los rigen de acuerdo al orden natural.

Los investigadores comenzaron a dejar ciertos prejuicios que arrastraban desde épocas pasadas y comenzaron a tener actitudes nuevas y novedosas para el estudio de la realidad. Se logró después del Renacimiento que el hombre consiguiera despertar de un ambiente basado en lo espiritual, a un ambiente científico y de grandes logros en el descubrimiento de diversas maneras de conocer el mundo. Esto se verá plasmado a partir del tránsito del siglo XV al Siglo XVI.

De las Concepciones en Relación al Origen y Naturaleza del Conocimiento (Ideas Desde el Siglo XVI).

En párrafos anteriores se ha podido visualizar que el conocimiento ha transitado por varias etapas. Estas etapas van desde Platón, Aristóteles en la época griega, la etapa escolástica de la humanidad, el Renacimiento, entre otros que pueden ser estudiados con mayor profundidad en otra ocasión haciendo énfasis al complexus histórico.

Sin embargo, se hace necesario mencionar dos vertientes principales en relación con el origen del conocimiento y que han sido fuente fundamental desde su inicio en el siglo XVI. Éstas se mantienen vigentes en la época contemporánea dando insumos a las diversas corrientes epistemológicas que han surgido. Algunos pensadores consideran que el verdadero conocimiento se adquiere a través de la razón, sin embargo, otro grupo de pensadores ha considerado que es a través de los sentidos, de forma empírica, que se puede obtener el conocimiento. Estas vertientes son llamadas racionalismo y empirismo.

Acerca del Origen del Conocimiento Racionalismo-Empirismo

El Racionalismo

En el ámbito de la filosofía, desde el siglo XVI y comienzos del siglo XVII se comienzan a dilucidar algunas corrientes de pensamiento entre ellas el racionalismo. Al respecto, uno de sus representantes principales fue René Descartes, aunque se pueden mencionar algunos pensadores como Leibniz, Spinoza, Fitche, Emmanuel Kant, entre otros. En el pensamiento de Descartes cobra fuerza y se afianza la idea de la duda. Una duda de tipo metódico. Este recurso de dudar permitía que todo ser humano evitara ser engañado bien sea por la aprehensión de elementos que en un principio pueden ser falsos; o en el caso de la utilización de los sentidos, los cuales pueden dar datos no confiables o situaciones erróneas a la hora de conocer la realidad. La duda es importante debido a que puede dar pie para que la persona reinicie la búsqueda del conocimiento llegando a sus fundamentos reales y precisos. Por supuesto esto se logra a través de la deducción. Así según Descartes: para llegar a la verdad, no hay otro camino que el de la deducción correcta y toda deducción está supeditada a un principio de certidumbre único, a una verdad simplísima de la que paso a paso se deducirán siempre nuevas verdades hasta llegar a un conocimiento exacto de las cosas (Albornoz 2007, pág. 161).

Así a través de la duda y el pensamiento deductivo en el pensamiento de Descartes, se fueron ideando tipos de explicaciones que permiten dar cuenta del origen del conocimiento. De esta forma:

Partiendo de la duda hacia cuanto trataba de conocer; tomó la siguiente determinación; entre todos los objetos que me propongo conocer sólo hay uno que se me presenta con absoluta evidencia: este soy yo mismo. De mi sola existencia puedo estar realmente seguro, gracias al hecho de que mi yo se experimenta al dudar, es decir, al pensar. (ob.cit. pág. 61)

Cobra fuerza así aquella famosa frase “pienso luego existo”, que traería en su haber la constitución del uso de la razón como un elemento de poder para la obtención del conocimiento. Así se conforma una de las corrientes filosóficas que servirá como fundamento a diversas escuelas de pensamiento, el racionalismo. Su fundamentación consiste en afirmar que es la razón la que puede propiciar un conocimiento real y verdadero. Todas las tareas en materia cognoscitiva que el ser humano emprenda, pasan por la validación del tamiz de la razón, debido a que los sentidos, aquellos presentes en el mundo sensible, no son pertinentes ni tienen la capacidad para ofrecer un conocimiento claro, un conocimiento verdadero. Esta concepción va a tener su influencia en seguidores tales como Leibniz, Malebranche, Spinoza entre otros.

Pero esto no culmina allí, Descartes, a pesar de señalar que la razón es la fuente principal que tiene el hombre para obtener conocimiento, establecía que esta debía estar orientada. La razón debe estar dirigida, no puede estar anárquica a la hora de la obtención de conocimiento. Esta debía regirse por una serie de pasos ordenados que permitieran que esta cumpliera su objetivo en cuanto a la obtención del conocimiento. Es allí donde surge el establecimiento del método.

Para Descartes, el método constituyó un elemento importante para que la razón pudiese lograr sus cometidos de forma segura y eficiente. Era necesario contar con una herramienta capaz de permitir que el conocimiento fuese obtenido de manera segura, práctica y verdadera. A través de la utilización de un método contentivo de una serie de pasos sencillos y un conjunto de reglas, cualquier persona que estuviese en búsqueda de la verdad y utilizando la razón, podría llegar de forma inequívoca a obtener esta.

El método propuesto por Descartes, llamado método cartesiano, tenía cuatro momentos fáciles de aplicar: en primer lugar, la no aceptación de hechos de forma inmediata. Para llegar a conocer la verdad es necesario e imprescindible contar con las evidencias necesarias que se presentan a la razón, es decir, la evidencia. En segundo lugar, para conocer la verdad se tenía que dividir lo estudiado en la mayoría de partes posibles para su entendimiento y comprensión. Para ello se debía precisar el análisis y dividir el todo en partes que sean analizadas fácilmente. En tercer lugar, luego del análisis, se precisaba hacer una síntesis donde se cimentara de forma ordenada lo adquirido a través del análisis. Por último, la realización de enumeraciones, es decir, enumerar de manera precisa y completa sin obviar nada, respecto al producto obtenido de los pasos anteriores. Todo esto era llevado a cabo a través del razonamiento. La razón como única forma de conocer de manera verdadera y efectiva.

El Empirismo

La corriente empirista tiene sus inicios y desarrollo en Inglaterra entre los siglos XVI, XVII y XVIII. El empirismo surge como una concepción de pensamiento que es contraria al racionalismo. Los pensadores idealistas no estaban de acuerdo en otorgarle validez al acto de conocer, simplemente fundamentada en la razón. La razón era concebida, por los racionalistas, como único medio vital para conocer la realidad. Para los empiristas no era significativo darle un excesivo valor a la subjetividad y a la razón para obtener conocimiento. Además, tenían como creencia que las ideas no eran innatas, aspecto afirmado por el racionalismo. Se puede decir que mientras los racionalistas tenían basamentos que eran apoyados por la física, la matemática, la lógica entre otras disciplinas, en su concepción de pensamiento, los empiristas se apoyaban de manera diferente en la psicología, la política, la educación, entre otros. Los empiristas precisaron como problemas fundamentales para sus estudios, aquellos derivados de la psicología y de la gnoseología. Entre algunos pensadores que se pueden mencionar al ser representantes del empirismo se encuentran: David Hume, John Locke, George Berkeley, Sir Francis Bacon entre otros.

Para la corriente empirista lo experiencial es la base fundamental para adquirir el conocimiento. Es a través del mundo de los sentidos que se puede aprehender la realidad. La experiencia como fuente básica del conocimiento del ser humano. Los conocimientos se originan en la experiencia y no en la razón como lo indican los racionalistas. Al nacer el alma del ser humano puede ser comparada con una hoja de papel en blanco. Esa alma en blanco se va llenando, va adquiriendo contenidos a medida que va transcurriendo la experiencia y su existencia. A medida que el ser humano va recorriendo el camino de la vida es a través de sus sentidos que puede ir llenándose de los conocimientos que son percibidos. La percepción representa un papel fundamental para el conocimiento del ser humano y esta percepción puede tener dos dimensiones; una de ellas externa, a la cual se le da el nombre de percepciones; y otra interna, a la cual se denomina reflexión.

Otra característica resaltante de la corriente empirista es que se basa en la inductividad. Lo inductivo en contraposición a la deducción de los racionalistas. La inducción como método para conocer la realidad. El método inductivo parte de la obtención de datos particulares, del estudio caso por caso, con la finalidad de obtener conclusiones generales a partir de allí, de la suma de todos los casos en forma individual. El método inductivo para el conocimiento de la realidad fue propuesto por Francis Bacon.

El método inductivo de este científico estaba conformado por una especie de divisiones a las cuales se les llamaba tablas; unas llamadas de presencia, en las cuales se insertaba la cantidad de los casos en los que se encontraba presente el fenómeno que estaba siendo estudiado. Estaban también las tablas de ausencia, en las cuales se registraba la no presencia del fenómeno de estudio y por último las tablas de comparación, en las cuales se contrastaba lo apreciado en las tablas anteriores en relación al fenómeno estudiado.

En sí, de manera conclusiva, el empirismo conjuntamente con el racionalismo, son dos vertientes muy importantes para las posteriores fundamentaciones epistemológicas de las cuales se van a nutrir diversos pensadores en relación al origen del conocimiento. El origen del conocimiento en la razón o en los sentidos.

Emmanuel Kant la Razón y la Experiencia Necesarias para Conocer

Kant fue un filósofo prusiano nacido en el siglo XVIII, en el año 1722 y cuya vida estuvo dedicada al estudio llevando una vida metódica, ordenada y disciplinada al igual que su pensamiento. En su obra Crítica de la Razón Pura, comienza a realizar una serie de planteamientos en cuanto a la razón y lo empírico: el uso simplemente empírico del entendimiento no permite a este decidir sobre la posibilidad de las cosas en general y a causa de ello considerar como imposible lo inteligible (…) por consiguiente, no puede haber contradicción verdadera entre estos dos asertos, si no que pueden ser verdaderos los dos (Kant en Bergua 1970, pág 30).

El autor manifiesta que el aprehender los fenómenos de la realidad tiene su inicio cuando el sujeto percibe a través de sus sentidos, haciendo alusión a la adquisición del conocimiento. El sujeto de forma empírica aprehende al objeto en primer lugar. Luego, a través de la razón, el sujeto cognoscente da forma a lo conocido mediante conceptos e incorpora características como tiempo y espacio. En pocas palabras, Kant rompe con la dicotomía de oposición entre el empirismo y el racionalismo indicando que ambos se complementan para conocer. Para que el ser humano pueda adquirir conocimiento debe intervenir tanto la experiencia como la razón.

El Conocimiento en Cuanto a lo Ontológico El Sujeto Cognoscente

En las líneas anteriores se observaron algunas características principales de dos corrientes del pensamiento que son fundamentales para entender el origen del conocimiento humano. Además de un tercer planteamiento señalado por Kant, que implica la necesidad de complementar estas dos corrientes al momento de conocer. Estas corrientes son, hasta la actualidad, puntos tanto de encuentro como de divergencia para las fundamentaciones epistemológicas. Van a depender de la concepción de pensamiento arraigada en las comunidades que hacen ciencia. Pero esto no termina allí. Si las concepciones del origen del conocimiento tienen que ver con el fundamento de la aprehensión del mismo, también hay que tomar en consideración el elemento ontológico. Es decir, la dependencia y los principios o concepciones, el modo de pensamiento y la visión del ser que pretende obtener el conocimiento.

Para ello sin menoscabar otros puntos de vista, se precisan dos perspectivas que son consideradas esenciales: idealismo y materialismo.

Idealismo

El idealismo es una corriente filosófica o pensamiento que tiene muchas variantes y diferentes perspectivas. Desde los griegos, en Platón, hasta algunos pensadores entre el siglo XVIII y principios del siglo XIX como Emmanuel Kant (Idealismo Trascendental), Johan Fichte, Friedrich Schelling, Friedrich Hegel entre otros. Aunque con algunas variantes, de forma general, dentro de este pensamiento se conciben como esenciales las ideas. El mundo de las ideas es el elemento dinamizador del ser humano siendo primero y hasta más importante que el mundo tangible. Una de las premisas básicas del idealismo, en cuanto a los objetos del mundo y su existencia, es indicar que dichos objetos no pueden existir sin la idea del ser que pueda percibirlos. Es decir, gracias al mundo de las ideas es posible la existencia de los elementos del mundo real o externo.

El mundo externo y sus elementos desde la corriente filosófica idealista, dependen del sujeto que los percibe o los concibe desde las ideas. De esta manera los objetos existen gracias a quien los perciba, a una mente que a través del uso del pensamiento consciente los crea. El mundo real o mundo externo, así como la realidad, nunca va a ser independiente del sujeto que conoce. La realidad es un ente construido por la mente humana. Lo real tiene existencia únicamente en la medida en que los sujetos la van conociendo. El pensamiento idealista tuvo sus orígenes en los griegos, específicamente con uno de los más nombrados filósofos, Platón, quien sostuvo que el mundo de las ideas es la verdadera realidad inmutable.

Materialismo

El materialismo es otra corriente filosófica en la cual se afirma que; es la materia la que gobierna el mundo de las realidades y que lo que existe es aquello que se puede percibir, palpar, tocar, ver. Cualquier sujeto que desee aprehender el conocimiento de la realidad, tomando como fundamento el materialismo, debe tener contacto con la materialidad de las cosas. Una de las concepciones principales de la corriente materialista indica que; el universo está conformado por entes reales que tienen su base en la materia y en el mundo sensible. En ese mundo sensible no tiene cabida el mundo de las ideas o las nociones metafísicas. Para el materialismo el mundo real y sus elementos existen independientemente de quien les piensa.

Los orígenes de la corriente filosófica materialista se remontan al pensamiento de algunos filósofos presocráticos: entre ellos Demócrito y los primeros atomistas del mundo griego. Los atomistas pensaban que el mundo estaba formado por minúsculas partículas que gobernaban toda la realidad y que conformaban todas las cosas que existían en este. Incluso pensaban que la noción de alma estaba impregnada por estas pequeñas partículas llamadas átomos. Éstos eran considerados por los atomistas indivisibles y el origen de todas las cosas. Así desde su avance en el mundo griego (los atomistas, Aristóteles entre otros) el materialismo fue evolucionando hasta encontrar representantes desde los siglos XVI-XVII tales como Galileo Galilei, Thomas Hobbes, Baruch Spinoza, Francis Bacon. Esta corriente siguió extendiéndose en los siglos XVIII teniendo representantes como: Jean Meslier y en el siglo XIX a Karl Marx y Federico Engels entre otros.

Es importante destacar que el pensamiento materialista ha evolucionado hasta la actualidad a través de la historia de la humanidad, desarrollando variantes y concepciones diversas en muchos pensadores en cada siglo. Esta evolución ha traído como consecuencia la inclusión del materialismo apreciado desde diferentes visiones epistemológicas.

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Final del extracto de 77 páginas

Detalles

Título
Notas Sobre Epistemología
Calificación
Ninguna
Autor
Año
2020
Páginas
77
No. de catálogo
V989635
ISBN (Ebook)
9783346349545
ISBN (Libro)
9783346349552
Idioma
Español
Palabras clave
notas, sobre, epistemología
Citar trabajo
José Gregorio Brito Garcías (Autor), 2020, Notas Sobre Epistemología, Múnich, GRIN Verlag, https://www.grin.com/document/989635

Comentarios

  • visitante el 29/3/2022

    Excelente libro y gran aporte científico del Dr. José Brito. El recorrido histórico que nos presenta no hace sino ratificar algo que muchos investigadores y metodólogos ignoran: Que la epistemología precede a la metodología. Afectos desde Lima, Perú.

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Título: Notas Sobre Epistemología



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