Hans Jonas, una ética de la responsabilidad

Una introducción a su filosofía a través de sus textos


Essay, 2014

56 Pages


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ÍNDICE

I. CUADRO CRONOLÓGICO
A) Bio-bibliografía
B) Acontecimientos filosóficos y culturales
C) Acontecimientos sociales y políticos

II. HANS JONAS: UNA FILOSOFÍA DE LA RESPONSABILIDAD
1. Una filosofía a la altura de nuestro tiempo
2. DE LA HISTORIA DE LAS IDEAS A LA ÉTICA
2.1. Testigo del siglo XX
2.2. Entre el estudio del gnosticismo y la fenomenología: crítica de la modernidad
2.3. Filosofía de la vida y renovación de la antropología
3. UNA NUEVA ÉTICA: EL PRINCIPIO DE RESPONSABILIDAD
3.1. ¿De qué hay que ser responsables? (El objeto de responsabilidad)
3.2. ¿Por qué ahora? (La urgencia de responsabilidad)
3.3. ¿Por qué hay que ser responsables? (El fundamento de la responsabilidad)
3.3.1. Metafísica de la responsabilidad
3.3.2. Antropología de la responsabilidad
3.4. ¿Qué significa ser responsable? (El sentimiento de responsabilidad)
3.5. ¿Cuál es el motor de la responsabilidad? (La heurística del miedo)
3.6. ¿Cuáles son los nuevos imperativos de la ética de la responsabilidad? (El imperativo responsabilidad)
3.7. ¿A qué saber nos obliga la necesidad de responsabilidad? (Sabiduría práctica)
3.8. ¿Cuáles son las medidas viables del principio responsabilidad? (Política de la responsabilidad)
3.9. ¿Hay esperanza? (Del principio esperanza al principio responsabilidad)
4. PERSPECTIVAS DE LA ÉTICA DE LA RESPONSABILIDAD
4.1. Ética de la responsabilidad y ecología
4.2. Ética de la responsabilidad y bioética
4.3. Renovación de la filosofía y de la ética
4.4. Jonas en el contexto de las éticas de la responsabilidad

III. SELECCIÓN DE TEXTOS

IV. BIBLIOGRAFÍA

Presento las ideas fundamentales que vertebran la filosofía de Hans Jonas. En el cuerpo del texto aparece entre paréntesis la referencia a los textos fundamentales que se recogen en la segunda parte del trabajo. Los textos, en sí mismos, constituyen una introducción a su filosofía.

I. CUADRO CRONOLÓGICO

A) Bio-bibliografía

1903. Nace el 10 de mayo en Mönchengladbach, ciudad industrial en las proximidades de Düsseldorf . Pertenece a una familia judía de fabricantes textiles.

1918. Lectura de grandes reconstrucciones históricas de la época antigua. Lectura, desde su particular interés judío, de los profetas de Israel en traducciones de la escuela protestante de historia de las religiones. Primera lectura filosófica: Kant, Fundamentación de la metafísica de las costumbres. Percibe en esta obra el mismo tono de los profetas de Israel, a la vez que capta las relaciones entre filosofía y religión, intereses que se aunarán en la universidad.

1921. Terminado su Abitur en su ciudad natal se traslada a Freiburg con el fin de estudiar con Husserl. Además, se le asignó a un seminario para principiante que tenía que dar el propio Husserl, aunque ese año delegó en su ayudante, Heidegger. Descubre que la filosofía estaba viva no tanto en las clases de Husserl como en las de Heidegger. Sucumbió ante la fuerza de su pensamiento. Sorprendido también por la brillantez y el nivel especulativo de algunos de sus compañeros como fue el caso de K. Löwit, quien presentaba en clase trabajos muy densos y difíciles, a lo que se sumaba su peculiar forma de hablar –lenta y vacilante– al haber sido herido durante la guerra en un pulmón. Se traslada durante un tiempo a Berlín para completar sus estudios judaicos. Allí asiste la universidad y a la Hochschule für die Wissnschaft des Judentums. Prosiguió sus estudios filosóficos con E. Spranger y E. Mayer, y sus estudios clásicos con Willamowitz y W. Jaeger.

1924. Sigue a Heidegger a Marburg en la primavera. En otoño conoce a H. Arendt. Tenían en común ser judíos y la “falta” de respeto por los aduladores de Heidegger. Su amistad se va a mantener durante toda la vida. Heidegger fue el “más decisivo” de sus profesores. También sigue los cursos de R. Bultmann.

1928. Doctorado en filosofía. Se doctora con una tesis sobre “El concepto de la Gnosis” bajo la dirección de Heidegger, y colaboración de Bultmann.

1930. Agustín y el problema paulino de la libertad. Un estudio filosófico sobre la disputa pelagiana. Dentro de este estudio, en “La estructura hermenéutica del dogma” utiliza el concepto de “desmitologización”, que Bultmann empleará en su interpretación existencial del Nuevo Testamento.

1933. Emigra a Palestina, por entonces bajo mandato británico. Fue a Inglaterra, Londres, para poder acabar y publicar su trabajo sobre la gnosis.

1934. Publica en Alemania, con ayuda de Bultmann, la primera parte de su tesis sobre el gnosticismo.

1935. Llega a Jerusalén, ciudad que será su domicilio hasta 1949. En la universidad hebrea de Jerusalén el departamento de filosofía era reducido y de difícil promoción. Participó dando cursos, aunque nunca de una forma estable.

1940-1945. Soldado de la armada británica dentro del “Jewish Brigade Group”.

1943. Se casa con Lore Weiner.

1948-1949. Miembro de la armada israelí. Participa en la defensa de Jerusalén.

1949. Se traslada a Canadá, donde comienza su labor docente e investigadora. Fellow en la McGill-University de Montreal.

1950-1954. Fellow en la Carleton-University de Ottawa.

1955. Pasó a la New School for Social Research en New York, uno de los lugares en los que se había “instalado” la Escuela de Frankfurt en su etapa americana (Adorno, Horkheimer).

1963. Aparece El principio vida. Hacia una biología filosófica. Esta obra refleja la necesidad de Jonas de contar con las aportaciones científicas, más allá de cualquier crítica generalizada a la “modernidad científica” como ya había hecho o hará posteriormente.

1963-1964. En 1963 su amiga H. Arendt escribe Eichmann en Jerusalén. Sobre la banalidad del mal, Jonas, como muchos otros, critican abiertamente las tesis de Arendt. Jonas “pidió explicaciones” a Arendt por su interpretación, y al no recibir respuesta, rompió relaciones con ella. Al año, su mujer Lore le animó a reconciliarse con su “vieja amiga”, y así lo hizo, pero con la condición de no hablar nunca sobre Eichmann en Jerusalén.

1969. Tras más de 35 años, y superando odio y rencor, acepta reencontrarse con quien había sido su maestro, Heidegger. Hallándose en Alemania, y Heidegger a punto de cumplir 80 años, pensó que ya era el momento para dar por terminada la distancia que se remontaba a 1933. Se vieron y hablaron durante horas. Poco después, Jonas intervino en la publicación del libro homenaje por su 80 cumpleaños con el texto “Cambio y permanencia” (recogido en castellano en Pensar sobre Dios....).

1979. El principio de responsabilidad. Ensayo de una ética para la civilización tecnológica. Libro que supondrá todo un impulso para el pensamiento ecológico. Adquirirá dimensiones políticas.

1982-1983. Debido a la fama alcanzada con El principio de responsabilidad es invitado durante un curso completo a la Universidad de Munich.

1987. Premio de la Paz de la Asociación de Libreros Alemanes.

1985. Técnica, medicina y ética. La práctica del principio de responsabilidad. Analiza diferentes temas de gran importancia para la bioética. Explica y desarrolla algunos de los temas fundamentales de El principio de responsabilidad.

1987. Gran Cruz del Mérito de la República Federal Alemana.

1992. Pensar sobre Dios y otros ensayos. Se trata de una recopilación de ensayos donde se profundiza en las cuestiones antropológicas y metafísicas bordeando las cuestiones teológicas.

1993. Recibe el Premio Nonino (Percoto, Udine).

1993. Muere el 5 de febrero en Nueva York. Enterrado en el cementerio ecuménico de Hastings, en el Estado de Nueva York.

B) Acontecimientos filosóficos y culturales

1921. L. Wittgenstein publica su Tractatus Logico-philosophicus.

1922. J. Joyce: Ulises.

1923. Ortega y Gasset funda la Revista de Occidente.

1924. Breton: Manifiesto surrealista.

1925. J. Watson: El conductismo. Nueva forma de explicar la conducta humana que junto al psicoanálisis dominará la psicología del siglo XX. Desarrollo de la mecánica cuántica (Bohr, Heisenberg).

1927. M. Heidegger publica Ser y tiempo.

1929. Descubrimiento de la penicilina por Fleming.

1930. Freud: El malestar en la cultura. Ortega y Gasset: La rebelión de las masas.

1931. Chaplin estrena la película Luces de la ciudad.

1932. Jaspers: Filosofía.

1933. Bodas de sangre de García Lorca.

1934. La “escuela de Frankfurt” se traslada a Estados Unidos.

1935. Popper publica La lógica de la investigación científica.

1936. Husserl: La crisis de las ciencias europeas y la fenomenología trascendental. Picasso: Guernica.

1937. Muere Husserl.

1943. Sartre publica El ser y la nada.

1945. Merleau-Ponty: Fenomenología de la percepción. Rossellini: Roma, ciudad abierta.

1947. Camus publica La peste.

1950. Muere E. Mounier, fundador del movimiento personalista y la revista Esprit.

1951. Muere Wittgenstein. Arendt: Los orígenes del totalitarismo.

1953. Se publican póstumamente las Investigaciones filosóficas de Wittgenstein. Watson y Crick descubren la estructura de la molécula de ADN. Desarrollo de la investigación genética.

1954. Bloch: El principio esperanza. Se estrena Esperando a Godot de S. Becket.

1958. Arendt publica su obra más importante: La condición humana.

1960. Gadamer publica Verdad y método.

1961. Lévinas: Totalidad e infinito.

1962. Comienza el Concilio Vaticano II. Cambio y transformación en la Iglesia.

1969. Muere Jaspers. Ricoeur publica El conflicto de las interpretaciones.

1971. Rawls publica Teoría de la justicia.

1972. Apel: La transformación de la filosofía.

1974. Lévinas: De otro modo que ser.

1975. Muere Arendt en Nueva York. Patocka: Ensayos heréticos.

1977. Muere Patocka.

1981. Habermas: Teoría de la acción comunicativa.

1989. Taylor: Las fuentes del yo.

1990: Ricoeur: Sí mismo como otro.

C) Acontecimientos sociales y políticos

1914. Primera Guerra Europea (1914-1918).

1917. Revolución Rusa.

1929. Caída de la Bolsa de Nueva York. Gran crisis económica.

1930. La crisis económica americana se extiende a Europa. Victoria del partido nazi en las elecciones alemanas.

1933. Hitler sube al poder en Alemania con plenos poderes. Proclama el Partido Nazi como partido único.

1936-1939. Guerra Civil española.

1939. Comienza la Segunda Guerra Mundial.

1945. Fin de la Guerra Mundial. Estados Unidos lanza bombas atómicas sobre Japón. Los científicos se alarman de las consecuencias. La ciencia no es neutral: “la ciencia ha conocido el sabor del pecado” (Oppenheimer).

1948. Declaración Universal de los Derechos Humanos.

1958. Triunfo de la Revolución Cubana con Fidel Castro.

1968. Primavera de Praga. Mayo francés.

1973. Crisis del petróleo, crisis económica. Cuestionamiento del modelo de desarrollo occidental.

1975. Conferencia de Asilomar. Moratoria en la investigación genética.

1979. Desarrollo del fundamentalismo islámico con Jomeini en Irán.

1986-1987. Gorbachov inicia la perestroika en La Unión Soviética.

1989. Caída del muro de Berlín.

1990. Reunificación de Alemania en un estado único (República Federal Alemana). Guerra del Golfo (1990-1991).

1991. Desintegración de la Unión soviética. Desmembración de Yugoslavia.

ii. HANS JONAS: UNA FILOSOFÍA DE LA RESPONSABILIDAD

1. Una filosofía a la altura de nuestro tiempo

Hans Jonas es uno de los grandes filósofos del siglo XX, y lo es más por los retos que lanza y las perspectivas que abre que por la sistematización filosófica que realiza. Su filosofía es muchas veces vacilante, inconclusa, aunque siempre llena de sugerencias. No es una filosofía que se presente con plena coherencia y perfectamente definida. Atisba la dirección hacia la que hay que orientarse, pero se muestra insuficiente con sus propios recursos para alcanzar ese horizonte percibido. Esta diferencia entre la filosofía a la que se apunta, que es realmente grandiosa y cuya realización ha de ser propia del siglo XXI –si queremos estar a la altura de nuestro tiempo– y la filosofía realmente elaborada, es la fuente de las insuficiencias, críticas, méritos y deméritos de Hans Jonas.

Se ha convertido en un “tópico” en los debates contemporáneos. Ya sea para ensalzar su perspicacia o para cuestionar sus planteamientos, el nombre de Jonas no deja de ser un referente en debates éticos, políticos o culturales. Ha puesto sobre la mesa una serie de cuestiones que no puede dejar de plantear la filosofía contemporánea y articulado también una serie de problemas cuya resolución es uno de los retos mayores de nuestra compleja sociedad cada vez más globalizada.

Toda filosofía, toda gran filosofía, se caracteriza por poner de relieve una cuestión hasta entonces desapercibida. Normalmente esa cuestión adopta la forma de un problema. La trascendencia de una filosofía radica, por un lado, en la forma en que la tematización de ese problema revoluciona el pensamiento y, por otro, en la pertinencia de ese problema para el momento histórico que vive, o los inmediatamente posteriores. La cuestión que elabora Hans Jonas es la de la responsabilidad. La responsabilidad es el nuevo paradigma que introduce este pensador. Es tal su importancia que ha hecho que llegue a hablarse de un nuevo modelo ético (texto 1) que si bien no sustituye a los anteriores, sí los complementa de una forma totalmente nueva. Así, frente a las llamadas “éticas del bien”, de inspiración básicamente aristotélica y utilitarista, y las “éticas del deber”, de inspiración kantiana, aparecen ahora, de la mano precisamente de Jonas, las éticas de la responsabilidad. Bien es cierto que no es el único, baste recordar las propuestas del también pensador judío Emmanuel Lévinas, pero sin lugar a dudas es el que más repercusiones sociales y políticas tiene, o puede llegar a tener. Es suficiente señalar, ya lo veremos más despacio, que está en la base de los movimientos ecológico-políticos más serios e influyentes.

La filosofía de Hans Jonas se centra, pues, en el problema de la responsabilidad. Su filosofía puede leerse como la búsqueda del fundamento de la responsabilidad y de su contenido. ¿Qué es la responsabilidad en nuestro mundo? ¿De qué somos responsables? ¿Por qué somos responsables? La experiencia de la responsabilidad –por un mundo en constante peligro–, sus raíces –fundamento– y su alcance en cuestiones sociales, biopolíticas, bioéticas o estrictamente personales, jalonan y unifican su itinerario vital y filosófico.

2. DE LA HISTORIA DE LAS IDEAS A LA ÉTICA

Pocas veces como en este caso el nombre de un pensador está unido a una obra. Jonas es conocido por su obra El principio de responsabilidad. Es, por tanto, conocido por su propuesta ética, más o menos original. Él mismo entiende su filosofía básicamente como una ética y que ha conducido a una ética, aunque no es exclusivamente una ética. Baste decir que ésta obra apareció en 1979, cuando ya contaba más de 70 años. Su ética es una continuación lógica de su obra anterior, que pedía una prolongación en este sentido y, al mismo tiempo, una respuesta a las exigencias de nuestro tiempo. Se aunaron así dos intereses: uno bio-biblio-gráfico y otro histórico. Es lógico pensar que una filosofía que comienza por un estudio de las religiones, que se centra en una antropología filosófica donde la idea central es la de la libertad en el seno de la naturaleza, acabe centrándose en el uso o empleo de esa libertad con respecto a la propia naturaleza. Y, por otra parte, no es menos lógico que una obra centrada en la naturaleza no dejase de responder teóricamente al peligro al que es expuesta por los nuevos poderes proporcionados por la ciencia y la técnica moderna. La trascendencia y relevancia del planteamiento de Jonas se encuentra en su ética, pero ésta es difícil de comprender, además de prestarse a malas interpretaciones, si no se considera su fundamento, es decir su metafísica y antropología. Nos centraremos en la exposición de esta original “ética de la responsabilidad” mas sin perder nunca su arraigo.

2.1. Testigo del siglo XX

Hans Jonas ha sido testigo excepcional del siglo XX, tanto en el plano filosófico como en el político. Su vida ha transcurrido desde Alemania a Estados Unidos, pasando por Israel y Canadá; un itinerario filosófico y vital con diferentes etapas en función de acontecimientos externos y decisiones personales.

Es una travesía motivada por múltiples incidencias. En primer lugar se trata de un itinerario vital marcado por una emigración forzada por motivos políticos. Y en esto Jonas no es una excepción. De estudiante fue “militante sionista”. Con la subida de Hitler al poder comprendió que su lugar no estaba en Alemania, al menos en esos momentos. Este hecho interrumpió sus estudios y su posible futuro académico prometedor. La exclusión y supresión de todo lo que tuviera que ver con lo judío significaba también una negación de la vida misma, aunque en un primer momento no lo vivió como una amenaza. En Alemania, se habría ante él una carrera prometedora, tras terminar su doctorado, pero se interpuso en su carrera el ascenso de nazismo al poder, por tanto, la exclusión total de todo aquello que tuviera que ver con los judíos, la cultura judía y los propios judíos. Pero no podía vivir en un país en donde había sido despojado de sus derechos de ciudadano. Por eso emigró a su tierra natural de asilo, Palestina, aunque antes pasó por Inglaterra para poder terminar su trabajo sobre la gnosis y su publicación, mucho más fácil de hacer en Londres que en Jerusalén. Llegó a Jerusalén en 1935 donde tuvo su domicilio hasta 1949.

En 1940 formó parte de la armada británica. De hecho prometió que no volvería a Alemania a no ser que fuera formando parte de un ejército de ocupación. Luchó en la artillería británica, en el Mediterráneo y sobre todo en Italia. En esta época visitó a antiguos profesores, Bultmann y Jaspers, y evitó el encuentro con Heidegger.

No es una biografía excepcional, pues lo que él hizo le fue obligado a hacer a muchos. Detuvo su carrera profesional. Aceptó una oferta en 1949 para enseñar en Canadá. En 1955 se traslada definitivamente a Estados Unidos, en dónde va a residir de maneara habitual hasta su muerte. Por tanto, su actividad filosófica profesional empezó muy tarde, a la edad de 47 años. A los 73 años de jubiló. Continuó su tarea filosófica, con conferencias cada vez más abundantes y una mayor presencia en los ambientes filosóficos tanto norteamericanos como europeos.

2.2. Entre el estudio del gnosticismo y la fenomenología: crítica de la modernidad

Durante unos 15 años sus investigaciones filosóficas estuvieron dedicadas al estudio del gnosticismo. Quedó fascinando por el extraordinario ambiente que entró en este mundo de ideas y creencias que poblaron los primeros siglos de desarrollo del cristianismo. Su dedicación al gnosticismo fue meramente accidental. Surgió con motivo de una exposición presentada en Marburg, en el seminario de R. Bultmann, que tenía por tema el concepto de conocimiento de Dios en el Evangelio de San Juan. Bultmann quedó impresionado por su trabajo y pidió a Heidegger que hiciera la tesis de filosofía sobre ello. Progresivamente, la cuestión de la gnosis fue tomando cada vez más amplitud hasta el punto que podría haberle ocupado toda su vida, como él mismo declaró en repetidas ocasiones. De hecho, Jonas es una de las referencias obligadas en el estudio de la gnosis, a pesar de los años transcurridos.

Pudo hacer una interpretación novedosa gracias al análisis heideggeriano del Dasein y al clima espiritual que está viviendo. Va a proyectar el espíritu de su época y los análisis heideggerianos sobre los textos gnósticos, haciendo surgir en ellos interpretaciones ocultas en toda la tradición. El gnosticismo será visto como un paradigma de comprensión humana, caracterizada por la escisión entre hombre y mundo, más en concreto entre espíritu y naturaleza. Los análisis existenciales de Heidegger preparaban para captar la profundidad originaria de ese momento histórico. La crisis del período de entreguerras, crisis de sentido y fundamentos, se reconocía en la crisis de los primeros siglos del cristianismo. Esto explica también su fascinación. Pero no sólo el presente arroja su luz sobre el pasado, también el pasado hace comprender el momento presente de una forma nueva. Así se invirtió el sentido del estudio histórico: el éxito de la interpretación existencialista de la gnosis conducía a una lectura gnóstica de la época moderna. Tanto una época como otra, y sus respectivos movimientos filosóficos y espirituales, tienen en común “haber perdido el mundo”, y esa será una de las tareas que se impondrá Jonas. El mundo descrito por el gnosticismo es muy distinto al de los antiguos griegos. Ya no se entenderá el mundo como un todo ordenado y armónico donde todo tiene su lugar, incluido el hombre, sino un mundo desordenado, caótico –no cósmico–, extraño al hombre en el cual se encuentra arrojado, extraño, alienado. La Geworfenheit (“estar arrojado”) heideggeriana adquiere nuevos sentidos cuando se aplica a este momento espiritual. Esto es lo que hizo Jonas. Los análisis fenomenológico-existenciales de Heidegger se entrecruzan con los análisis históricos sobre el gnosticismo.

Los avatares biográficos comentados van a hacer que sus preocupaciones filosóficas cambien. En este cambió influirá su vida de soldado. Como soldado era difícil consultar bibliotecas y había que conformarse con algunos libros de bolsillo. Pero aunque fuera soldado, seguía siendo filósofo y, desprovisto de libros, tenía que recurrir a un filosofar en primer persona, a las cuestiones más vitales. Llegó un momento en que la historia de las ideas fue sustituida por el ser real del que todos formamos parte. Así llega a decir: “... llegó un momento en que me dije: ¡basta ya de historia de las formaciones espirituales del pasado! En última instancia, la filosofía tiene que ver con lo que existe, con el ser real con el que estamos confrontados, del que somos una parte.”(“De la gnose...”, 7)

Además va a influir el descontento hacia una determinada forma de hacer filosofía, que será precisamente la que había aprendido con sus maestros Husserl y Heidegger, es decir, la fenomenología. Jonas no va pretender una radicalización de la fenomenología, como tanto otros y como el propio Heidegger con respecto a Husserl, sino una superación, o un abandono –según se mire–. Según él, el mundo real estaba fuera de esta forma de hacer filosofía; siempre se partía de la conciencia, de la subjetividad, de la interioridad, pero la realidad, esa que era explorada por las ciencias naturales, no comparecía ante la investigación. La fenomenología, que tan buenos instrumentos metodológicos tenía y que le habían servido para llevar a cabo un análisis existencial del gnosticismo, quedaba anclada en el idealismo. Tampoco Heidegger lo conseguía pese a los conceptos de Dasein (existencia), Sorge (cuidado), etc...

Esta crítica a la fenomenología, y a la filosofía moderna en general, estaba ya anticipada de alguna manera en sus estudios sobre el gnosticismo. La gnosis se caracteriza por el dualismo radical entre el alma y el cuerpo, contempladas como dos realidades heterogéneas. Este dualismo puede percibirse en toda la tradición occidental, desde la Edad Media hasta el mismo Heidegger. Este dualismo ha tenido grandes éxitos, pero como metafísica, como descripción de la realidad no puede menos que dejarle insatisfecho. El dualismo gnóstico en todas sus formas ha permitido descubrir el poder de la subjetividad, por un lado, y esta es la verdad del idealismo o del racionalismo, y ha permitido la exploración científica de la naturaleza reducida a extensión y su posterior control gracias a la técnica. Este dualismo gnóstico queda perfectamente reflejado con Descartes, cuando separa tajantemente res extensa (cuerpo), susceptible de una explicación mecánica y, y res cogitans (alma), ámbito de la subjetividad y única posibilidad para la libertad. A pesar de los éxitos, esta explicación no es fiel con la realidad, además de tener consecuencias tremendamente negativas, como son el nihilismo y la ausencia de valores. La denuncia nietzscheana había sido ya anticipada por la descripción gnóstica del mundo; el nihilismo moderno es reflejo del nihilismo antiguo.

2.3. Filosofía de la vida y renovación de la antropología

La tradición occidental, dualista y nihilista, desconoce la significación de nuestro “ser corporal”, desconoce la vida misma. La vida, el cuerpo orgánico sentido, es el concepto mediador entre lo interior y lo exterior. El análisis de la vida, esta realidad ambigua, puede permitir superar la escisión cartesiana entre la naturaleza física, definida por parámetros medibles y, por otro lado, la conciencia, definida sólo por actos mentales (texto 2). Jonas está proponiendo un monismo de un nuevo tipo, que no es una simple vuelta a la naturaleza o un naturalismo estrecho, como algunos de sus críticos han denunciado.

Por eso sus estudios del gnosticismo, desde presupuestos fenomenológicos y existenciales, le van a llevar a la necesidad de plantear una filosofía de la biología que, por una parte, supere las deficiencias de la modernidad, expresión de la tradición occidental y, por otra, más importante, ofrecer una explicación más acorde con la experiencia humana, que no es la de la mera conciencia, ni la del mero cuerpo. Hay que notar aquí que, a pesar de las distancias declaradas, Jonas sigue bajo el lema mismo de la fenomenología: describir la experiencia tal y como ser muestra. Por ello se puede decir que no abandona el núcleo de la fenomenología y lo conduce a posiciones próximas a otras “herejías” de la fenomenología como las de Merleau-Ponty, Henry o, en nuestro contexto, Ortega y Zubiri.

Para lleva a cabo esta filosofía de la naturaleza tuvo que aprender de las ciencias biológicas. Esto es lo que hizo básicamente en los años 50, ya en Estados Unidos. Además de los nuevos contenidos aprendidos, fue importante la labor de mediación y relación entre disciplinas diversas. La filosofía, máxima representante de la cultura humanística, no puede permanecer sorda a la cultura científica. El hacer filosófico, cuando deja de ser mera historiografía o análisis fenomenológico de la propia experiencia, necesita del diálogo con la ciencia, sobre todo cuando quiere decir algo con sentido sobre la realidad o quiere ser una palabra comprometida con su mundo. Jonas es llevado a este esfuerzo de diálogo y, en suma, de aprendizaje, tanto por necesidades biográficas como por necesidades en su propio desarrollo filosófico.

Llevó a cabo un estudio biológico de la vida. Se centró, como antes hemos apuntado, en el estudio del organismo que es la clave para la superación del dualismo (texto 3). El análisis del organismo, el cuerpo orgánico (texto 4), superaba el materialismo y el idealismo, al igual que la mera yuxtaposición dualista de uno y otro. Había que corregir la triple mentira (la del materialismo, la del idealismo y la del dualismo).

Pero este programa filosófico tenía ya precedentes. En el propio ámbito anglosajón destaca la figura de Whitehead que intenta describir la totalidad de lo real de una forma escalonada desde los elementos físicos más simples hasta el ser humano; es un intento filosófico que a su vez recuerda las filosofías de Leibniz o Spinoza. El planteamiento de Jonas será diferente. Más aristotélico que moderno, se centrará en el ser vivo, por tanto no en cualquier realidad, sino en aquella dotada de vida. La característica fundamental de la vida es la libertad. No se trata pues, de un rasgo típicamente humano, sino una propiedad de la vida asociada al metabolismo (texto 5). La vida introduce en el seno del ser “el riesgo de la libertad”, y de esta manera, al llegar al ser consciente que es el hombre la libertad se convierte en proyecto, en decisión, en asunción de determinaciones y opciones, es decir, en responsabilidad. De esta manera, y de una forma decididamente ontológica y antimoderna (que no pre-moderna), nos conducimos a las puertas de la dimensión moral. La libertad se inscribe en el seno mismo de la naturaleza Nos llega a decir “sostengo nada menos que ya el metabolismo mismo, el estrato básico de toda existencia orgánica, permite reconocer la dimensión de la libertad (...)”(Pensar sobre Dios y..., 17) .

3. UNA NUEVA ÉTICA: EL PRINCIPIO DE RESPONSABILIDAD

El principio de responsabilidad ha sido un libro que ha tenido, y tiene, un éxito notable. Se debe entre otras cosas al momento oportuno en que aparece; eran tiempos maduros, había cierta conciencia de la amenaza al medio ambiente, había en el ambiente cierta sensibilidad para que recibiera una buena acogida. Publicado en 1979 lo comenzó a redactar en 1972, y muchos de sus pensamientos se gestan ya en los años sesenta. Es una época de nuevas amenazas, en concreto la amenaza que supuso el uso de la bomba atómica de una manera directa o, de forma más indirecta, los riesgos del poder del ser humano sobre la naturaleza. De hecho, este uso es más peligroso, pues aunque las consecuencias no son tan visibles, y precisamente por eso, pueden ser más profundas. Lo que puede inquietarnos no es el mal uso, el abuso, del poder, sino el uso pacífico y cotidiano que hacemos de nuestro poder. Esta amenaza ha de provocar un cambio en la manera de enfocar la ética. El momento histórico-social suponía un desafío para la teoría ética. La nueva sensibilidad estaba en el ambiente, pero ningún filósofo se había preocupado con cierta seriedad. El poder humano que se ejerce a través de la ciencia y la tecnología fuerza a una renovación casi absoluta de la ética, pues ésta ha de afrontar tareas y requerimientos totalmente diferentes a los que se haya tenido que enfrentar cualquier ética pasada.

De esta manera, y con estas preocupaciones, Jonas tuvo que dar el giro desde la razón teórica a la razón práctica. El principal motor que alienta su esfuerzo filosófico en esta época es el miedo (texto 6), el temor por el ser humano, el cual impele necesariamente a la responsabilidad. La técnica actual supone una amenaza para la humanidad, incluso para la naturaleza en su conjunto. Es necesaria la respuesta ética, más allá de las exigencias del propio discurrir filosófico. La responsabilidad del filósofo se centra en estos momentos en elaborar y precisar el concepto mismo de responsabilidad.

La responsabilidad es correlativa del poder. A mayor poder, mayor es la responsabilidad. Por tanto, si el desarrollo moderno nos proporciona un poder casi inmenso, hasta el punto de poder cambiar o destruir la naturaleza, incluido al ser humano, la responsabilidad ha de ser totalmente diferente a aquella que es fruto de las relaciones interpersonales. Es imposible dar marcha atrás, no podemos romper con la técnica y el mundo técnico que el propio ser humano ha construido. La cuestión es entonces qué podemos hacer. No será renunciar a este poder, sino disponer o procurarnos de un poder mayor: el poder que permita decir no al desarrollo automático del sueño tecnológico. Así frente al imperativo tecnológico para el que aquello que puede hacerse debe hacerse, el principio ético de una responsabilidad orientada hacia el futuro y preocupada por las generaciones futuras y la vida en general nos ordenará la prudencia y la moderación (texto 7).

La responsabilidad es una necesidad a la que nos vemos conducidos por los peligros que amenazan al ser humano y a la naturaleza en su conjunto. Es tal el despliegue de poder, que los peligros no conocen parangón en la historia. Ninguna filosofía, ninguna ética –tampoco ninguna religión– habidas hasta ahora pueden hacer frente a esta novedad, de ahí la falta de criterios. Necesitamos una nueva ética, una ética nacida del miedo, de lo que Jonas llama la “heurística del miedo”. Solo al vislumbrar la posible desfiguración del hombre, incluso su destrucción, nos ponemos en marcha para ver qué podemos hacer para evitarlo, a la vez que intentamos saber qué es aquello que hay que preservar.

[...]

Excerpt out of 56 pages

Details

Title
Hans Jonas, una ética de la responsabilidad
Subtitle
Una introducción a su filosofía a través de sus textos
Author
Year
2014
Pages
56
Catalog Number
V267751
ISBN (eBook)
9783656583653
ISBN (Book)
9783656583646
File size
742 KB
Language
Spanish; Castilian
Notes
Presento las ideas fundamentales que vertebran la filosofía de Hans Jonas. En el cuerpo del texto aparece entre paréntesis la referencia a los textos fundamentales que se recogen en la segunda parte del trabajo. Los textos, en sí mismos, constituyen una introducción a su filosofía.
Keywords
hans, jonas
Quote paper
Doctor Tomás Domingo Moratalla (Author), 2014, Hans Jonas, una ética de la responsabilidad, Munich, GRIN Verlag, https://www.grin.com/document/267751

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