La casa como presentación de lo siniestro en los cuentos fantásticos "El Aleph", "Casa tomada" y "Pasa siempre en esta casa"


Thèse de Bachelor, 2019

35 Pages


Extrait


TABLA DE CONTENIDO

1. Introducción

2. PARTE TEÓRICA
2.1. La literatura fantástica
2.1.1. Bajo el signo fantástico: La Argentina del siglo XX
2.2. Lo Siniestro
2.2.1. Definición y modo de acción en la literatura
2.3. La casa cómo símbolo
2.4. La alienación – extrañamente familiar

3. PARTE ANALÍTICA
3.1. El Aleph
3.1.1. Trama, aspectos narrativos y lo fantástico
3.1.2. El sótano
3.2. Casa tomada
3.2.1. Trama, aspectos narrativos y lo fantástico
3.2.2. ilencio/Ruido
3.3. Pasa siempre en esta casa
3.3.1. Trama, aspectos narrativos y lo fantástico
3.3.2. La repetición y la visión

4. Conclusión

5. Bibliografía

1. Introducción

Contar historias de miedo y terror siempre desempeñó un rol importante en todos los pueblos y en cualquier momento de la historia. Se supone que las pinturas rupestres de los pueblos indígenas ya tematizaban acontecimientos milagrosos y extraños, que irrumpieron en su vida real y cotidiana.

La literatura fantástica moderna, tal y como la concebimos hoy, tiene sus orígenes en el siglo XIX, en el romanticismo. Los románticos establecieron la literatura fantástica como categoría estética y género literario; como reacción ante el realismo sobrio y la ortodoxia racional del siglo de la ilustración, lo siniestro era lo que más fascinaba a la gente y, en consecuencia, la literatura fantástica se limitaba a este. En el siglo XX, bajo las influencias de las teorías psicoanalíticas de Sigmund Freud, se formaron nuevas temáticas del género fantástico y lo siniestro ya no se limitaba a su función estética, sino que abarcaba también al aspecto psicoanalítico en la literatura.

Jorge Luis Borges, Julio Cortázar y Samanta Schweblin son tres autores argentinos que, siendo los tres exponentes del género fantástico, introducen al lector en mundos ajenos de fantasía, llenos de inquietud dejándole con la incertidumbre sobre lo que acaba de leer.

El objetivo de este trabajo, es mostrar cómo está representado lo fantástico y cómo se produce un sentimiento siniestro mediante la casa que aparece en los cuentos El Aleph, Casa tomada y Pasa siempre en esta casa de los escritores Jorge Luis Borges, Julio Cortázar y Samanta Schweblin. El trabajo será dividido en una parte teórica y en una parte analítica. Como primer paso, en la parte teórica, se dará una vista global del género de la literatura fantástica, así como mostrar su diferencia con la literatura neofantástica, revelando sus características generales y delimitándolo de sus parientes vecinos, lo extraño y lo maravilloso. Esto se hará mediante la obra Introducción a la literatura fantástica (1981), de Tzvetan Todorov y el artículo Was ist Neofantastik? (2013), del filólogo argentino Jaime Alazraki. Una vez hecho esto, se situarán a los tres autores en su contexto, mencionando también los inicios de la literatura fantástica, para ver las diferencias entre los autores que se sitúan en diferentes etapas de lo fantástico. A continuación, sigue el segundo componente de la parte teórica, la explicación de lo siniestro según Sigmund Freud - padre del psicoanálisis - y su modo de actuar en la literatura, la cual requiere unas condiciones diferentes de lo siniestro al experimentar en un contexto real. En este apartado se establecerá la teoría que luego servirá para el análisis de los cuentos. Como fuente se utilizará el artículo de Sigmund Freud, Das Unheimliche (2006) y la obra Psychologie der Entfremdung – eigen, fremd, entfremdet (2007) de Adam Zurek. Siendo la casa uno de los elementos principales en los cuentos y principal objeto de estudio en este trabajo, se mencionará, de manera breve, lo que el símbolo “casa” abarca, para después conectarlo con el análisis de este. También de manera muy breve, se explicará qué es la alienación, término que, al ser tan amplio, requiere de un análisis mucho más profundo que en este trabajo no quedará reflejado.

A continuación, se desarrollará la parte analítica, en la que se analizarán los cuentos según la teoría establecida en la parte teórica. Se empezará haciendo un breve resumen de la trama de los cuentos, para informar sobre los acontecimientos y el rol de la casa en cada uno de estos. Siendo el género literario fantástico tan importante para la producción de lo siniestro, se analizará este en cada uno de los cuentos, aplicando la teoría de Todorov y Alazraki. La estructura narrativa se analizará a su vez dando informaciones sobre los protagonistas del cuento, el narrador y la estructura temporal. Una vez hecho esto, se analizará los cuentos concentrándose en el sentimiento siniestro que varios elementos en los cuentos pueden producir. Se tomará de cada cuento un elemento, que está conectado estrechamente con la casa aparecida en estos, y se los analizarán aplicando la teoría de Sigmund Freud. Se empezará con el cuento El Aleph de Jorge Luis Borges, quizás uno de sus relatos más conocidos y, en consecuencia, uno de los más analizados. Después seguirá el cuento Casa tomada de Julio Cortázar, también uno de sus relatos más conocidos, y, por fin, Pasa siempre en esta casa, el cuento más actual de los tres, de Samanta Schweblin.

Finalmente, en la conclusión, se comparará los cuentos entre sí, revelando las características que tienen en común y las diferencias entre estos, para ver cómo está representado lo fantástico y cómo se produce un sentimiento siniestro en los diferentes cuentos.

2. PARTE TEÓRICA

2.1. La literatura fantástica

Para poder clasificar los cuentos El Aleph, Casa Tomada y Pasa siempre en esta casa como cuentos fantásticos, es necesario aclarar qué es la literatura fantástica -género literario proveniente de la Francia del siglo XIX. El punto de partida lo forma la reputada definición de Tzvetan Todorov, que en su obra Introducción a la literatura fantástica (1981), desarrolla una teoría del género fantástico basándose en el análisis de las tempranas obras fantásticas del siglo XIX. Todorov explica que el principal elemento de la literatura fantástica es un acontecimiento que irrumpe el orden establecido al principio del cuento, y que desde el punto del lector y su entorno vital (mundo real) no se puede explicar. Como consecuencia, el lector experimenta una vacilación entre lo real y lo no real, lo extraño y lo fantástico, que va de la mano con la incertidumbre que no sólo el lector, sino también los personajes del cuento, así como el narrador tienen. El lector se encuentra ante el siguiente problema: o el acontecimiento fue imaginado y las leyes de nuestro mundo siguen intactas, o bien el acontecimiento fue real y en consecuencia esta segunda realidad se rige por otras reglas desconocidas que son inexplicables desde la primera realidad establecida (cf. Todorov 1981: 18-19).

Todorov no fue el primero en establecer una definición de la literatura fantástica; el escritor y científico búlgaro-francés se basaba en dos definiciones ya enunciadas en el siglo XIX por Vladimir Soloviov, filósofo ruso, quien explica que:

“en el verdadero campo de lo fantástico, existe siempre la posibilidad exterior y formal de una explicación simple de los fenómenos, pero, al mismo tiempo, esta explicación carece por completo de probabilidad interna” (Soloviov cit. en Todorov 1981: 19).

El otro enunciado en el que Todorov se apoya, es en el de Montague Rhodes James, escritor inglés y representante del género fantástico, que dice lo siguiente:

“Es a veces necesario tener una puerta de salida para una explicación natural, pero tendría que agregar que esa puerta debe ser lo bastante estrecha como para que no pueda ser utilizada” (Rhodes James cit. en Todorov 1981: 19).

Como se puede ver, ambos enunciados coinciden con la teoría de Todorov, ofreciendo los dos posibles caminos entre lo real y no real.

El acontecimiento que irrumpe el orden se puede explicar de dos maneras, por causas naturales y sobrenaturales. La vacilación y la incertidumbre que el lector experimenta eligiendo una de las dos soluciones, produce el efecto fantástico. Al elegir una de las dos soluciones, el lector abandona el campo de lo fantástico y entra en un género vecino: lo extraño o lo maravilloso.

Otra característica de lo fantástico es el momento de duda y confusión, que deriva del hecho de que hay por lo menos dos mundos diferentes que coexisten o entrechocan de modo conflictivo. De esta manera lo fantástico se deja delimitar por sus géneros vecinos, lo extraño y lo maravilloso; lo extraño se presenta por acontecimientos que a lo largo del cuento parecen ser sobrenaturales, pero al final se ofrece una explicación racional. Lo maravilloso está caracterizado por acontecimientos que son sobrenaturales y parecen fantásticos, pero terminan aceptando lo sobrenatural. Entonces lo maravilloso es lo que más se acerca a lo fantástico puro, careciendo de una explicación racional que, con la presencia o ausencia de ciertos detalles, siempre ofrece al lector tomar una decisión (cf. Todorov 1981: 31-40).

En el siglo XX en cuanto a la literatura fantástica, Jaime Alazraki, filólogo argentino, creó un nuevo término: la “neofantástica”; cuyo objetivo es diferenciar los elementos fantásticos de la literatura de Franz Kafka, Jorge Borges y Julio Cortázar de la literatura fantástica clásica. Alazraki completa la literatura fantástica con tres innovaciones características: su visión, su intención y su modus operandi. Borges y Cortázar no se preguntan si se trata de realidad o de ficción, sino que presuponen una segunda realidad ficticia que se abre camino por lo imaginario. Además, los escritores neofantásticos quieren sacar al lector de su mundo real y cotidiano, en vez de atemorizarle. Lo fantástico clásico del siglo XX está caracterizado por la irrupción de un acontecimiento inexplicable en el orden establecido, en cambio, lo neofantástico no distingue entre realidad e irrealidad, sino incluye ambos en un mismo plano – una segunda realidad (cf. Alazraki 2/2013: 130).

2.1.1. Bajo el signo fantástico: La Argentina del siglo XX

En la primera mitad del siglo XX, Buenos Aires operó como plataforma de difusión por literatura mundial hacia el resto de la América Latina. El sueño y el descubrimiento del subconsciente por el psicoanálisis, así como el redescubrimiento de las culturas indígenas fue la fuente de mayor inspiración en el arte y, por consiguiente, en Argentina se desarrolló una literatura fantástica muy amplia que pronto llegó más allá de sus fronteras (cf. Spiller 2/2010: 37). Pero según Cortázar, también el azar jugó un papel muy importante en el desarrollo del género fantástico en el Rio de la Plata. El escritor argentino argumentaba que una cultura puede producir en pocos años muchos autores que se inspiran unos a otros y así un género artístico puede llegar a ser más amplio que otro (cf. Pellicier 1985: 32).

Aunque es difícil identificar los principios y los autores de la literatura fantástica del Rio de la Plata, para Ana M. Barrenechea y Emma S. Speratti Piñero es Leopoldo Lugones el primero que, en su cuento Un fenómeno inexplicable (1906), estableció elementos y motivos característicos de lo fantástico, que han sido utilizados no solamente en el periodo siguiente sino hasta hoy (cf. Pellicier 1985: 33).

Un gran nombre para el desarrollo de lo fantástico en argentina es Jorge Luis Borges, que en el año 1940 junto con Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo edita la obra Antología de la literatura fantástica, un resultado del análisis crítico del género fantástico. Borges, ocho años atrás, ya había establecido su visión de lo fantástico en el ensayo El arte narrativo y la magia (1932).

La obra de Borges, por los diferentes géneros que ocupa, es más conocida por sus cuentos fantásticos, que superan las fronteras nacionales e influyen autores a nivel internacional. El acercamiento a una visión del mundo que llega más allá de la razón, la lógica y la causalidad es característico por el cuento fantástico y, tanto Borges como Cortázar, lo convierten en el centro de su literatura. Borges, en sus cuentos fantásticos, funde ideas pre freudianas del romanticismo e ideas de la psicología profunda con el ímpetu vanguardista (en el que participó de manera activa en los años 20) en una poética independiente. Su interpretación de la literatura como sueño dirigido se apoya en el idealismo filosófico de George Berkeley y Arthur Schopenhauer, filósofos que, entre otros, influyeron no sólo en la obra sino también en la ideología de Borges. Su literatura es transnacional y transcultural, y está marcada por sus cultas lecturas y el amor por la literatura, la filosofía, el discurso metafísico y diferentes culturas y lenguas (cf. Spiller 2013: 161).

Julio Cortázar, otro gran nombre de la literatura argentina, tradujo en los años 1953/54 la obra de Edgar Allan Poe del inglés al español y nunca desmintió la influencia de este en su narrativa. Además de Poe, también los surrealistas, Franz Kafka y Jorge Luis Borges influyeron en la obra de Cortázar, que se sitúa entre el género fantástico clásico y el neo fantástico definido por Jaime Alazraki. Los cuentos de Cortázar incluyen motivos y estrategias narrativas características del género fantástico: el doble, el mundo de los adultos visto desde los ojos de niños, lo familiar que se torna siniestro y lo siniestro que se torna familiar y la cómica que anula toda trágica. El motivo de lo familiar que se torna en lo siniestro, no solamente corresponde al mecanismo freudiano del regreso de lo reprimido, sino también a una lógica transcultural que escrute cada orden de manera crítica. El escritor argentino funde, tal y como lo hace Borges, su poética del sueño en el sueño real. Igualmente, Cortázar afirma que el cuento Casa Tomada surge de una pesadilla que él mismo tuvo (cf. Spiller 2013: 163).

Samanta Schweblin, la autora más actual de los tres elegidos, de la misma manera que Borges y Cortázar, escribe preferentemente cuentos fantásticos. La literatura de Samanta Schweblin incorpora elementos de las diferentes tendencias argentinas del siglo veinte. Sus cuentos se caracterizan por elementos tenebrosos e inquietantes, que introducen escenarios cotidianos y cuestionan las normas de la sociedad, desvelan la consciencia humana y representan temas estrechamente ligados al entorno familiar. En el artículo “Samanta Schweblin: Lo fantástico de la realidad”, resultado de la entrevista entre Paola Tinoco de la revista electrónica Vice con Schweblin, esta afirma que su fascinación por el género fantástico nació con autores como Adolfo Bioy Casares, Julio Cortázar y Franz Kafka – que considera sus grandes maestros – y sigue explicando que lo que más le fascina escribiendo es lograr correr el velo entre lo “normal” y lo “anormal”, es decir: descubrir algo que está oscuro y oculto y que lo que se considera normal, a veces es sólo un pacto hecho por la sociedad (cf. Vice 2013).

2.2. Lo siniestro

Los tres cuentos El Aleph, Casa Tomada y Pasa siempre en esta casa, perteneciendo al género fantástico, introducen a los lectores en un mundo lleno de incertidumbre, confusión y temor; mediante una casa, elemento que aparece en los tres cuentos, se produce una sensación inquietante y tenebrosa. Sigmund Freud, psicólogo y fundador del psicoanálisis, en su artículo Das Unheimliche, publicado en 1919, trata de analizar este concepto aplicándolo a las novelas más tempranas del género de terror. Al principio Freud intenta explicar el término, sosteniendo que en alemán la palabra “unheimlich” (siniestro) viene de “heimlich” - algo familiar, íntimo, secreto y hogareño – y señala su contrario (cf. Freud 2006: 7-10). Eugenio Trías opina en su artículo Lo bello y lo siniestro, que el término “unheimlich” ha sido traducido de manera imprecisa al español, agregando que en alemán “unheimlich” es el antónimo de “heimlich”, deduciendo que lo siniestro provoca inquietud porque justamente no es algo conocido o familiar (cf. Trías 2006).

2.2.1. Definición y modo de acción en la literatura

En su intento de analizar lo que es siniestro, Freud se basa en la definición de Ernst Jentsch, psiquiatra alemán que en 1906 intenta definir lo siniestro en su artículo Sobre la psicología de lo extraño, opinando que lo siniestro es todo lo que debiendo permanecer oculto ha salido a la luz. Para Freud, lo siniestro “sería aquella suerte de sensación de espanto que se adhiere a las cosas conocidas y familiares desde tiempo atrás” (Freud cit. en Trías 2006). El problema que resulta entonces es, bajo qué condiciones algo familiar se puede tornar siniestro. Freud sigue explicando que una emoción viene reprimida y así convertida en miedo y después olvidada – hasta que, bajo ciertas condiciones, vuelve a la luz y produce un sentimiento siniestro. Entonces lo siniestro no es algo nuevo, sino algo conocido, familiar, que con el proceso de represión ha sido alienado (cf. Freud 2006: 54).

Al mismo tiempo, Freud discute la función de lo siniestro, sobre todo, en su diferencia entre lo siniestro experimentado en un contexto cotidiano por un ser humano y lo siniestro aparecido en la literatura (cf. Zurek 2007: 53-54). En el camino de lo ajeno a la alienación, lo siniestro marca un momento de cambio de lo ajeno positivo (Amor Alieni) a lo ajeno negativo (Horror Alieni), y en su efecto y función está estrechamente conectado al “distanciamiento” (cf. Zurek 2007: 54). Freud nombra todo lo que puede producir un sentimiento siniestro, en la vida real, así como en la literatura, relazando que no todo lo que produce un sentimiento siniestro en la vida real se pude transmitir a la literatura. Lo decisivo es, si el texto literario está ambientado en un contexto real o ficticio, es decir, en un cuento de hadas, por ejemplo, la aparición de fantasmas u otros seres sobrenaturales no puede producir un sentimiento siniestro porque en este tipo de literatura los seres sobrenaturales forman parte de la realidad establecida; en cambio, en un cuento basado en la realidad, esta misma aparición produce un sentimiento siniestro justo porque no forma parte de esta. Freud sostiene, que una casa encantada es el ejemplo más característico de lo siniestro. Además, lo siniestro está relacionado con la muerte o la muerte aparente, el concepto del doble, la duda de que un ser inanimado puede estar vivo y viceversa, el final inminente del ser humano, el silencio y el ruido, sobre todo, cuando es desconocido y difícil de encasillar, así como la oscuridad. Lo siniestro también puede residir en la repetición casual de una situación, un acontecimiento, un personaje, una frase o un número; así como la omnipotencia del pensamiento y la realización inmediata de un deseo producen un sentimiento siniestro, dado que representan modos de pensar que supuestamente se han superado. El antropomorfismo, es decir, la humanización de objetos, animales y conceptos abstractos es también un elemento que puede despertar un sentimiento siniestro, produciendo una incertidumbre intelectual. Los casos de lo siniestro producido por la soledad, el silencio y la oscuridad, se aplica a lo real experimentado y del mismo modo en la literatura, siendo mucho más resistente en la literatura, dado que es el resultado de complejos infantiles reprimidos (cf. Freud 2006: 19-53).

2.3. La casa como símbolo

La casa como aparición completa – o sea grande, pequeña, extensa, torcida, casa burguesa, palacio o cabaña, en la ciudad, en la periferia o en el campo – marca el lugar en el que se encuentra mentalmente (cf. Aeppli cit. en Knappstein 2002: 250). Vivir en el sentido de habitar, no es una actividad cualquiera, sino el destino del ser humano que decide sobre su relación con el mundo y sólo en el vivir puede llegar a su satisfacción. Al mismo tiempo, el vivir forma parte de la cultura y la sociedad correspondiente, así que se puede llegar a saber algo sobre la autoimagen - así como la comprensión de la realidad de sus habitantes, a través del modo y la manera en que se vive (cf. Biehl 1989: 73-74).

Cómo símbolo, en la literatura se encuentran dos posibles asociaciones, la casa como símbolo del cosmos - universo, y la casa como símbolo del cuerpo humano. Según Mircea Eliade, el ser humano crea a través de la construcción de su casa su proprio mundo, su microcosmos y con esto imita de manera paradigmática la creación de los dioses y el comienzo del mundo (cf. Eliade 1998: 17). Para C.G. Jung y también en el psicoanálisis, la casa es un símbolo para el cuerpo humano, así que, el ático sería la mente o la conciencia y el sótano, por ejemplo, se equipara con los instintos o el subconsciente (cf. Jung cit. en Knappstein 2002: 242-243).

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Fin de l'extrait de 35 pages

Résumé des informations

Titre
La casa como presentación de lo siniestro en los cuentos fantásticos "El Aleph", "Casa tomada" y "Pasa siempre en esta casa"
Université
University of Innsbruck  (Romanistik)
Auteur
Année
2019
Pages
35
N° de catalogue
V503423
ISBN (ebook)
9783346192509
ISBN (Livre)
9783346192516
Langue
espagnol; castillan
Mots clés
unheimlich, siniestro, borges, schweblin, cortázar, haus, casa, literatura fantástica
Citation du texte
Sarah Niedrist (Auteur), 2019, La casa como presentación de lo siniestro en los cuentos fantásticos "El Aleph", "Casa tomada" y "Pasa siempre en esta casa", Munich, GRIN Verlag, https://www.grin.com/document/503423

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