Español de Andalucía


Dossier / Travail de Séminaire, 2009

20 Pages, Note: 1


Extrait


Ìndice

1. Introducción

2. La identidad lingüística andaluza

3. Andalucía prerromana

4. Los romanos y los germanos

5. La invasión árabe. La cuestión del mozárabe
5.1. Aljamía

6. Reconquista y repoblación

7. Peculiaridades lingüísticas andaluzas
7.1. La s andaluza
7.2. Ceceo y seseo
7.3. Vocalismo andaluz

8. Conclusión

9. Bibliografía

1. Introducción

El estudio de la identidad sociolingüística andaluza es un campo muy amplio y es difícil por su complejidad un estudio exhaustivo. Se debería ofrecer no sólo una descripción del andaluz como medio de comunicación y como modalidad lingüística del español sino también una descripción de la forma de ser y de pensar, es decir la realidad lingüística y su identidad cultural, que a través del lenguaje el pueblo andaluz manifiesta. Muchos autores aluden, por ejemplo, al conformismo de la identidad andaluza, a su carácter de “tierra vieja y sabia, síntesis de culturas” (Lamíquiz 1985, 30) o al tópico de la Andalucía gitana y flamenca, llena de gracia y de ingenio, a su expresividad y barroquismo, y naturalmente a su milenaria pereza, producto del clima, o a su tendencia a la hipérbole y exageración.

Mi intención es describir en este trabajo, sin pretensión a la clarificación exhaustiva, el camino del desarrollo de las hablas andaluzas, demostrar de que viene y por que fue influida la identidad lingüística andaluza.

Antes de proceder al origen del andaluz considero relevante definir qué es el andaluz y por qué se utiliza la definición las hablas andaluzas en la mayoría de casos.

Hay que destacar que dentro del andaluz no existe un habla sino una pluralidad de hablas. A pesar de ello se pueden adoptar dos posiciones, se puede acentuar o defender la unidad del dialecto o la diversidad de usos locales (intradialectales). Desde la perspectiva de la unidad se puede decir el habla andaluza, la modalidad lingüística andaluza, destacando los rasgos que unen o identifican lingüísticamente a los andaluzes. Desde la perspectiva de la variedad, se puede decir las hablas andaluzas.

También se distingue frecuentemente el andaluz occidental y el andaluz oriental debido al proceso de formación de estas hablas. Sin embargo, entre el oriente y el occidente andaluz hay diferencias lingüísticas objetivas que tienen además justificaciones históricas, por ejemplo las diferentes características de la población colonizadora, o el hecho de que muchos de los rasgos fónicos andaluces tuvieran su foco originario e irradiador en Sevilla. De todos modos, no es mi objetivo detenerme en la descripción de los rasgos especificos de estos dos diversidades del andaluz por ciertas razones. Primeramente, las fronteras lingüísticas no coinciden en absoluto. Mientras falta la uniformidad interna de ciertos fenómenos lingüísticos, los otros se entrecruzan y dispersan no sólo espacialmente, sino también diastráticamente.

Por lo tanto, no sólo hay diferencias, a base de ciertos criterios, entre el andaluz oriental y el occidental, sino también diferencias, a base de otros criterios no menos válidos, entre el andaluz de la costa y el del interior. Hay también diferencias entre el habla de la sierra y la de la campiña, y el habla de las ciudades y la de los ámbitos rurales. Y todas esas hablas son igualmente andaluzas formando parte del patrimonio común del pueblo andaluz en su conjunto.

Segundo, la frontera lingüística no coincide también con la político-administrativa: por ejemplo la s del norte de la provincia de Huelva o de la zona oriental de Jaén es más o menos como la castellana. Además, por razones de emigración a otras regiones de España o al extranjero y subsiguiente alteración de la modalidad del andaluz o adaptación a las nuevas normas lingüísticas, se produce una integración, en grado diverso, que conduce ineludiblemente al “desarraigo e incluso a la transculturación”. (Narbona 2003, 18). Es decir, primeramente atenúan e incluso desaparecen bastantes peculiariades originarias del andaluz.

El asunto general pero no menos válido es la aplicación de términos del ámbito lingüístico en este caso. Es conveniente aclarar el uso de los términos idioma y lengua aplicados al andaluz. Los conceptos de idioma, lengua y dialecto están definidos en lingüística desde perspectivas muy diversas incluso con criterios extralingüísticos. A pesar de ello lingüístas y dialectólogos están acorde de que el andaluz no es ni una lengua ni un idioma. Normalmente el término idioma se utiliza para designar la lengua oficial; y para ser definido como lengua el andaluz debería ser claramente deferenciado como un sistema lingüística con un alto grado de nivelación.

¿Es, pues, el andaluz una lengua? La respuesta sería rotunda: No. Porque le falta el grado más leve de igualación, uniformación o nivelación. Es un caos en efervescencia, que no ha logrado establecer la reordenación del sistema roto.

(Lamiquiz 1985, 38)

Entonces para definir el andaluz es importante incluir las dos perspectivas: diacrónica y sincrónica. Desde un punto de vista diacrónico, el andaluz es un dialecto del castellano:

[el dialecto se considera] como producto histórico de la fragmentación de una anterior unidad [...] se trata de una evolución in situ del castellano llevado a las tierras andaluzas por los colonizadores y repobladores a partir del s. XIII y hasta principios del s. XVI.

(Lamiquiz 1985, 38)

Desde una perspectiva sincrónica, el andaluz es una variedad, una modalidad lingüística del español que es un sistema abstracto y colectivo, que pertenece a todos los hispanohablantes y no a unos hablantes o a una región concreta. Consecuentemente, el andaluz es una modalidad del español, como también lo es el español hablado en Castilla, en Extremadura o en Canarias.

2. La identidad lingüística andaluza

El español hablado en Andalucía posee determinadas peculiaridades respecto al español del resto de España. La presencia árabe en esta región duro más de setecientos ochenta años, con lo que las peculiaridades del andaluz podrían deberse al influjo del árabe, tan presente en la identidad cultural andaluza. Por ejemplo la presencia masiva en andaluz de una pronunciación aspirada, que afecta tanto a la propia consonante h derivada de una antigua f -inicial latina, como a las consonantes j y g, como a la consonante – s final de silaba o palabra, hacen pensar en cierta semejanza con las consonantes velares y faríngeas del árabe. Pero ningún rasgo de la pronunciación andaluza se puede derivar de alguna característica de la lengua árabe, sino que se pueden explicar perfectamente por la propia evolución interna del castellano y, además, para repetir, los rasgos típicos del andaluz no se dan en toda Andalucía, no afectan por igual a todos los hablantes y ni siquiera los tenidos por más representativos pueden ser considerados como exclusivos del andaluz.

Las notables diferencias del andaluz respecto a otras zonas no dejan negar la autonomía dialectal del andaluz.

Cada uno de estos rasgos y otros que pudiéramos aducir, acercan o apartan el andaluz de las hablas meridionales, pero lo que viene a crear su especial fisonomía es la enorme cantidad de rasgos que aquí se han dado cita, el grado extremo a que se han llevado todos los procesos, la altura social que han alcanzado una a una y el conjunto de las manifestaciones lingüísticas. Es decir, aisladamente, casi todos los rasgos andaluces se dan en otros dialectos; la totalidad no se da en ningún otro.

(Lamiquiz 1985, 39)

En la conciencia lingüística andaluza coexisten la idea de unidad con el español y la de su peculiaridad dialéctica. Incluso la idea de la propia diversidad intradialectal.

Andalucía, con sus 97.329 kms. cuadrados y una población de seis millones de habitantes, tiene una superficie y población mayor que muchos estados europeos. Junto a estos hechos geográficos, hay que tener en cuenta también la presencia histórica en Andalucía de muy diversos pueblos y culturas. La diversidad cronológica de la reconquista supone una repoblación social y geográficamente diferenciada en cuanto a la procedencia de los repobladores y, como consecuencia, la existencia de distintos estratos en el castellano importado. En este castellano se pueden documentar rasgos leoneses, catalano-aragoneses, etc. Según M. Alvar (Lamiquiz 1985, 29):

Todos estos rasgos, mezclados con una abigarrada supervivencia de arcaismos y de arabismos, hacen que el andaluz sea de una polícroma riqueza. De otra parte, la complejidad fonética de la región, basada en la norma disidente de Sevilla, no es comparable a la de ninguna otra parte de España.

El estado lingüístico actual de Andalucía tiene, por estas razones, un origen complejo; la diversidad dialectal tiene su origen fundamentalmente en esta presencia histórica de otros pueblos. Así los factores geográficos, históricos y lingüísticos contribuyen en la enorme riqueza y variedad de la identidad lingüística andaluza.

La lengua de los reconquistadores vino a sustituir al árabe de los moros andalusíes, el cual acabó desapareciendo por completo del territorio. Así se trata del traslado de una lengua, desde su lugar de origen a otro nuevo, como parte de conquista militar y de la colonización posterior. A este paso, el español en Andalucía tiene fecha de nacimiento, desde 1225 a 1248 para Andalucía occidental, desde 1481-1492 para el reino de Granada. (Narbona 2003, 35)

3. Andalucía prerromana

Andalucía ha sido desde tiempos prehistoricos territorio propicio para el asentamiento de pueblos de muy distinta raza, lengua y cultura. El suroeste peninsular no tarda en convertirse en foco que atraerá distintas culturas: sea para instalarse en la región o sea sólo para mantener relaciones comerciales y económicas. Las civilizaciones tartésica e ibérica, algunas áreas de poblamiento celta y otros pueblos de origen mediterráneo se verán atraídos hacia el suroeste peninsular.

La aparición de la civilización tartésica representa uno de los acontecimientos más trascendentes de la antigüedad andaluza. Heredera de la cultura megalítica del suroeste ibérico, la civilización tartésica se desarrolló supuestamente en el triángulo formado por las actuales provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, en la costa suroeste de la península Ibérica.

El contacto con los griegos produjo asimismo una importante aculturación que introdujo a Tartessos en el ámbito de las civilizaciones más importantes del Mediterráneo, convirtiéndose en la primera gran civilización existente en la Península Ibérica.

Tras la caída de Tartessos, el territorio de la actual Andalucía quedó bajo el control cartaginés.[.]

[...]

Fin de l'extrait de 20 pages

Résumé des informations

Titre
Español de Andalucía
Université
LMU Munich
Note
1
Auteur
Année
2009
Pages
20
N° de catalogue
V146848
ISBN (ebook)
9783640573035
ISBN (Livre)
9783640573394
Taille d'un fichier
486 KB
Langue
espagnol; castillan
Annotations
Sehr gut (Kommentar des Dozenten)
Mots clés
español, dialecto, lengua, Andalucia, historia, mozárabe, identidad lingüística, invasión musulmana
Citation du texte
Tatjana Gordeichik (Auteur), 2009, Español de Andalucía, Munich, GRIN Verlag, https://www.grin.com/document/146848

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